El Ministerio de Defensa ruso amenazó este domingo a los empleados de las empresas de defensa ucranianas de próximos ataques que se llevarán a cabo con armas de alta precisión, según lo adelantado por el portavoz de esa cartera, Igor Konashenkov.
Las Fuerzas Armadas rusas lanzarán ataques contra las empresas de la industria de defensa “en el marco del cumplimiento de los objetivos” de lo que la parte rusa llama “desmilitarización de Ucrania”, informaron hoy las agencias de noticias rusas.
La advertencia del Ministerio de Defensa ruso llega con antelación a los ataques planeados contra estas instalaciones para evitar poner en peligro la vida de los empleados de las empresas.
Por otra parte, Konashenkov advirtió de que los países vecinos que permitan estacionar aviones de combate ucranianos en sus bases para ser usados posteriormente contra las fuerzas armadas rusas se arriesgan a ser considerados parte del conflicto armado.
Aseguró, además, que prácticamente toda la aviación ucraniana ha sido destruida, al tiempo que dijo tener constancia de que aviones de guerra ucranianos volaron previamente a Rumania y otros países fronterizos.
El portavoz de Defensa añadió que las fuerzas armadas rusas descubrieron evidencias de una “eliminación de emergencia” de rastros que apuntan, dijo, a un programa biológico-militar desarrollado en Ucrania y financiado, según indicó, por Estados Unidos.
Así, los empleados de los laboratorios biológicos supuestamente informaron de la destrucción de emergencia el pasado 24 de febrero de patógenos particularmente peligrosos como la peste, el ántrax, la tularemia, el cólera y otras enfermedades mortales.
Rusia recrudeció este domingo los combates y bombardeos en Ucrania, donde el éxodo de refugiados ya supera el millón de personas y el asedio se estrecha sobre las principales ciudades.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, insistió en que mantendrá su llamada “operación especial” en Ucrania, iniciada el pasado 24 de febrero, hasta que acabe la resistencia en ese país a la invasión y acepte las demandas rusas, informa la agencia estatal rusa RIA Nóvosti, citando fuentes del Gobierno.
Así se lo comunicó en conversación telefónica a varios líderes internacionales que este domingo le han pedido infructuosamente un inmediato alto el fuego en Ucrania, como el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, el primer ministro israelí, Naftali Bennett, o el mandatario francés, Emmanuel Macron.
Según informó hoy el Elíseo, Putin no tiene intención de renunciar a los cuatro objetivos que se ha marcado con la invasión de Ucrania y los logrará bien por aceptación de Kiev o con la guerra.
Esas cuatros exigencias son lo que Moscú llama la “desnazificación” de Ucrania, su desmilitarización, el reconocimiento de la independencia de Crimea y el reconocimiento de la independencia del Donbás (este de Ucrania).
Putin aseguró a Macron que no tiene no tiene intención de atacar las instalaciones nucleares en Ucrania, después del ataque ruso el pasado viernes a la central de Zaporiyia, que causó un incendio en un edificio administrativo a unos cientos de metros de los seis reactores y el temor a una expansión del conflicto.
No obstante, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) advirtió este domingo de que un militar ruso dirige ahora la gestión técnica de la planta nuclear de Zaporiyia, bombardeada y tomada por Rusia durante su invasión de Ucrania, lo que contraviene principios básicos para su seguro funcionamiento.
”La dirección de la planta está ahora bajo las órdenes del comandante de las fuerzas rusas que tomaron el control del lugar la semana pasada”, informó el director general de este organismo de la ONU, el argentino Rafael Grossi.
Grossi mostró su “grave preocupación” por un cambio que, advirtió, contraviene un pilar indispensable de la seguridad nuclear, al quedar limitada la capacidad del personal técnico de “tomar decisiones libres de presiones indebidas”.
El OIEA indicó que la autoridad reguladora nuclear ucraniana ha informado de que cualquier acción, incluidas las relacionadas con el funcionamiento técnico de los seis reactores, requiere la aprobación previa del comandante ruso, según un comunicado de este organismo para informar sobre la situación en la planta.
Además, Grossi habla de un segundo “grave desarrollo” al explicar que desde hoy hay problemas para comunicarse con el personal técnico de Zaporiyia, debido a que las línea de teléfono fijas no funcionan, así como el fax o los correos electrónicos, y que el contacto por red móvil es de mala calidad.
Esa situación viola otro de los considerados siete pilares básicos de seguridad nuclear, el de mantener comunicaciones fiables entre el regulador nuclear y el operador de la planta.
“El deterioro de la situación de las comunicaciones vitales entre el regulador y la central nuclear de Zaporizhzhya es también una fuente de profunda preocupación, especialmente durante un conflicto armado que puede poner en peligro las instalaciones nucleares del país en cualquier momento”, alertó Grossi.
“Estoy muy preocupado por estos acontecimientos de los que me han informado hoy”, dijo el diplomático argentino También hay problemas de comunicación con la antigua planta de Chernóbil, donde en 1986 se produjo el accidente nuclear más grave de la historia, y que está en manos de las tropas invasoras rusas desde el 24 de febrero.
Con información de EFE
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