El pánico y la destrucción vuelve a apoderarse este domingo de Irpin, ciudad vecina de Kiev, donde Rusia volvió a atacar, como en la víspera, zonas donde civiles desarmados buscaban evacuar el lugar.
Al intentar llegar al puente destruido por las fuerzas de Vladimir Putin, Infobae presenció los sonidos constantes de artillería, las bombas y los misiles, que obligan a poner el cuerpo a tierra y correr en busca de refugio. El área continúa siendo sumamente peligrosa.
Las explosiones ocurrieron muy cerca de la zona donde estaban los civiles y la prensa, rodeando a la población por arriba y por abajo.
“No vayan, no vayan” a Irpin, recomienda una familia que sale de la ciudad, a 20 kilómetros del centro de Kiev, mientras las autoridades recomiendan agacharse y alejarse, con el sonido cada vez más cercano de disparos y lanzamientos. Los tiros envuelven la zona y las fuerzas locales impiden el paso hacia el puente que fue destruido en la víspera, bajo el cual decenas de civiles buscaban protegerse de los ataques aéreos, que buscan tomar la localidad para tener más rodeada a la capital.
“La ciudad estaba ocupada. Los rusos todavía no habían tomado la ciudad, pero creo que van a hacer explotar Irpin”, dijo desesperado un joven que ya estaba a bordo de un bus de evacuación. A pocos metros, milicias ayudaban a un adulto mayor a abordar el vehículo.
Los bombardeos están cada vez más cerca de los civiles, es el lugar más peligroso y sangriento entre las cercanías de Kiev. La importancia estratégica de Irpin gravita en el aeropuerto aledaño, que los rusos buscan tomar para que sirva de base para lanzar desde allí futuros ataques contra la capital.
“La casa de nuestros vecinos se vino abajo, dos se incendiaron. Pasamos la noche en un refugio y hoy decidimos irnos”, contó Yulia, de 37 años, casi sin inmutarse por sonidos de explosiones, con su gato en una mochila. “Perdimos a nuestro perro, asustado por los sonidos. Corrió por el río”, agregó.
El sonido de los bombardeos es permanente, los tiros rodean la zona y las fuerzas locales impiden el paso hacia el puente que fue destruido en la víspera, bajo el cual decenas de civiles buscaban protegerse de los ataques aéreos.
La población intenta llegar a Nuevo Pueblo, cerca del límite entre Irpin y Kiev, punto de evacuación, ya que la salida no puede ser en tren, sino en buses, luego del ataque contra la estación ferroviaria que las fuerzas rusas perpetraron ayer. Algunos vehículos se adentran a la ciudad para buscar a las personas con movilidad reducida que no pueden caminar hasta el punto de encuentro designado. La gente llega muy agotada luego de cruzar zonas destruidas.
La línea de fuego está cada vez más cercana, a un kilómetro del lugar.
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