Tras haberla mantenido bloqueada y asediada con sus tropas durante varios días, en la madrugada de este sábado Rusia anunció un alto el fuego en la estratégica ciudad portuaria de Mariupol para permitir la instalación de un corredor humanitario en el lugar.
Así lo informó el Ministerio de Defensa del Kremlin, que confirmó la medida que posibilitará la evacuación de los residentes de este lugar. Lo mismo ocurrirá en Volnovakha, otra de las regiones que está siendo atacada por las tropas invasoras.
Los civiles comenzarán a ser evacuados de Mariupol a la las 9.00 GMT (11.00 de Ucrania), según precisó el ayuntamiento en las redes sociales en un mensaje que agregó que también será posible salir “en transporte privado”.
“En total, serán necesarias varias etapas de evacuación, divididas en varios días para que cada persona que quiera partir pueda hacerlo”, agregó la misma fuente en su cuenta Telegram. El corredor de evacuación de los civiles conduce a la ciudad ucraniana de Zaporiyia, 220 kilómetros al noroeste.
El anuncio se produce después de que el alcalde de la primera de estas ciudades, Vadim Boychenko, dijera el sábado que la región estaba bajo el “bloqueo” de las fuerzas rusas después de días de ataques “despiadados”.
Mientras sitiaban Mariupol durante días, las tropas del Kremlin cortaron la electricidad, los alimentos, el agua, la calefacción y el transporte en pleno invierno, lo que provocó comparaciones con el bloqueo nazi de Leningrado en la Segunda Guerra Mundial.
“Por ahora, estamos buscando soluciones a los problemas humanitarios y todas las formas posibles de sacar a Mariupol del bloqueo”, explicó Boychenko, quien pidió un alto el fuego y un corredor humanitario para alimentos y medicinas.
La toma de esta ciudad de 450.000 habitantes, situada al borde del mar de Azov, sería un importante giro en la invasión rusa de Ucrania porque permitiría conectar a las fuerzas rusas en la ocupada península de Crimea con las tropas separatistas prorrusas en el este ucraniano.
Algunos residentes de Mariupol han huido al centro de la ciudad para escapar de los bombardeos más intensos en las afueras, dijo el empresario de 30 años Ivan Yermolayev, que se ha refugiado en el pequeño sótano de su casa en la ciudad y ha hecho fila para conseguir agua en un pozo local.
Desde que el ejército del presidente Vladimir Putin invadió el 24 de febrero, Rusia ha golpeado ciudades ucranianas, ha matado a cientos de civiles y asaltado la planta de energía atómica más grande de Europa.
La invasión ha provocado la condena y severas sanciones de las naciones occidentales, equilibrando el castigo del Kremlin con el temor de una escalada peligrosa.
El jueves pasado, Rusia y Ucrania acordaron la necesidad de crear corredores humanitarios para ayudar a los civiles a escapar de los combates, el primer avance aparente en las conversaciones que vienen manteniendo las delegaciones de ambas naciones en Bielorrusia.
Rusia califica sus acciones en Ucrania de “operación especial” que, según dice, no está diseñada para ocupar territorio, sino para destruir las capacidades militares de su vecino del sur y capturar a los que considera peligrosos nacionalistas. Niega haber atacado a los civiles, pese a las decenas de testimonios, videos y fotos que lo comprueban.
(Con información de AFP y Reuters)
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