Escuchar las redes sociales. Ahí reside, parece, la clave para al menos intentar empezar a equilibrar la guerra de la desinformación. La de hoy, la que se desarrolla en el contexto de la invasión de Ucrania por Rusia es lo que se ha dado en llamar una guerra híbrida. Y un elemento esencial es la información. Carmela Ríos cambió su forma de entender el periodismo a principios de la década de 2010. Entonces su cobertura en Twitter del Movimiento 15-M se convirtió en una referencia.
Con una carrera dilatada en medios de comunicación diversos –Antena 3, CNN+, El Mundo-, la victoria de Donald Trump le hizo replantearse la forma de mirar los contenidos. Ella estaba en Twitter, cuenta. Primero, como todos, contaba cosas. Luego descubrió que podía dialogar y ordenar la información. Pero, explica en conversación con Infobae, el triunfo de Trump que descolocó a todo el mundo la llevó de inmediato a descubrir que en las Redes Sociales había “escuchar”.
Tras leer con atención los primeros informes de los medios estadounidenses sobre lo sucedido y descubrir que las elecciones de 2016 en Estados Unidos fueron el escenario “de la primera gran operación de desinformación” del planeta, decidió, ya en 2017, profundizar en lo que había pasado.
“Entonces ya aparecía en los informes de los medios estadounidenses el nombre de Russia Today”, dice en referencia al canal ruso de noticias. Por eso se lanzó a hacer un “curso de verificación” antes de irse a París a cubrir las elecciones en 2017.
Los medios franceses, cuenta, estaban en alerta tras lo ocurrido en EEUU. Por eso decidieron seguir con detenimiento qué hacían durante la campaña electoral francesa Russia Today y Sputnik. El diario Libération, entre otros, decidió escuchar a 50 medios de comunicación en las redes sociales. Russia Today era el quinto medio con más impacto en redes, por delante de Le Monde, Le Figaro, France Info y BFMTV. Alrededor de 1.700 post publicados con 2,2 millones de interacciones –es decir, 60 noticias al día- los habían convertido en un actor fundamental de los comicios galos.
Le Monde investigó y publicó una información titulada: SputnikNews y RT, instrumentos de influencia de Rusia en Francia. En una conferencia de prensa junto a Vladimir Putin, el presidente de la república Francesa, Emmanuel Macron, afirmó sin dudarlo y para argumentar por qué había retirado la acreditación para su campaña a RT y a Sputnik, que se había comprobado que estos medios se habían comportado “como órganos de influencia, de propaganda mentirosa”.
Carmela Ríos sostiene que los periodistas no están bien preparados para combatir esta situación. Quizá en algunos países con recursos, pero en otros, en absoluto. “El periodismo político tal y como se hace hoy”, explica, “está obsoleto. Cómo se va explicar el crecimiento de Vox [la ultraderecha española] sin analizar las redes sociales”.
Ella escanea cada semana las redes. Y cada semana observa cómo los políticos más influyentes del mundo –los más seguidos, los que más impacto tienen- son los vinculados al populismo a la extrema derecha. Con datos de esta misma semana, precisa en su charla con Infobae, Abascal se encuentra en el top 10 mundial de líderes con más seguidores en Faceboook.
Tras su experiencia en las elecciones francesas, Carmela Ríos se desplazó a Cataluña para cubrir el 1-O, el referéndum ilegal sobre la independencia de Cataluña que convocaron los grupos independentistas. “Otra vez”, explica, “RT tenía muchos equipos en la calle. La Universidad de Washington publicó después un informe en el que explicaba el papel que había jugado”. Junto con Sputnik, publicaron 5 millones de contenidos en redes relacionados con Cataluña.
Esta era la tercera vez consecutiva que se identificaba el mismo modus operandi de los medios ligados al poder ruso. Ríos tienen claro que un factor clave es que estos medios tienen calidad, no son televisiones cualquiera.
“Esto lo explica muy bien el experto en la Rusia post-soviética Maxime Audinet”, precisa Ríos durante la conversación. “Dice que Russia Today no exhibe una vulgar y evidente propaganda prorrusa. Tiene recursos y talento para producir contenidos de calidad pero con una preferencia clara por las informaciones que pongan de relieve las debilidades del poder o las divisiones de una sociedad. Por esta razón son particularmente activos en la cobertura de procesos electorales o conflictos sociales, como la protesta francesa de los chalecos amarillos [en Francia]”.
Esta protesta fue otra guerra ganada por los medios rusos. “La rusa RT acumuló más visualizaciones que los canales de Le Monde, France 24, Huffington Post, L’Obs y Le Figaro juntos”, ha escrito recientemente Ríos.
En cualquier caso, los medios y los Gobiernos, dice, están alertados. Ya en “un informe sobre redes sociales y seguridad de la Asamblea General de la OTAN, encargado a la parlamentaria Jane Cordy en 2017, la alerta era explícita” sobre el papel que jugaba Russia Today para Putin.
El informe, ha escrito, dice: “Su máquina (rusa) de propaganda no tiene por objetivo convencer las opiniones públicas de la superioridad del modelo ruso. RT y Sputnik no se centran en Rusia. Su fin es desmoralizar y dividir a las naciones occidentales”.
El informe de la OTAN, explica Carmela Ríos, añade: “Los guerreros rusos de la información reaccionan a los grandes acontecimientos internacionales con una rapidez increíble y llegan a grandes públicos en los cuatro puntos del planeta difundiendo relatos pro-Kremlins, historias no verificadas o falsas o teorías del complot”
“Estamos ante órganos de propaganda al más alto nivel”, señala, ilustrando la situación en la que se encuentra el mundo de la comunicación y el papel de los medios en esta guerra híbrida que vive el planeta, con una frase del cineasta serbio Emir Kousturica: “La Tercera Guerra Mundial podría estallar si el Pentágono bombardea Russia Today. No tengo ninguna duda de que, en este caso, los rusos reaccionarían destruyendo la CNN”. Ríos concluye: “Kousturica lo dijo en 2015... en un programa de Russia Today”.
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