El director general de la agencia nuclear de la ONU, el argentino Rafael Grossi, llegó a Teherán para intentar esclarecer este sábado dudas sobre posibles actividades nucleares no declaradas de Irán, cuando todo parece indicar que un acuerdo podría anunciarse en los próximos días.
El responsable del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) llegó a la capital iraní a última hora de la noche, donde fue recibido por el portavoz de la Agencia de la Energía Atómica de Irán (AEAI), Behruz Kamalvandí.
El argentino mantendrá reuniones este sábado con altos cargos iraníes para esclarecer dudas sobre el origen de trazas fisibles encontradas en Irán en varios sitios que no se habían declarado como nucleares, y volverá a Viena hoy mismo.
La visita de Grossi se produce en la recta final de las negociaciones para restablecer el acuerdo atómico con Irán (JCPOA, siglas en inglés), que limitaba el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de sanciones.
Tras once meses de duras negociaciones para intentar salvar el pacto nuclear de 2015, todo parece indicar que un acuerdo podría anunciarse en los próximos días.
“Estamos cerca. Los negociadores del E3 (Alemania, Francia y el Reino Unido) abandonan Viena brevemente para poner al día a los ministros sobre la situación. Listos para volver pronto”, explicó el viernes en Twitter la negociadora jefa británica, Stephanie Al-Qaq.
El objetivo de la negociación es salvar el JCPOA, el acuerdo por el que en 2015 Irán se comprometió a limitar el tamaño y el alcance de su programa nuclear a cambio de un progresivo levantamiento de las sanciones internacionales que ahogaban su economía.
El pacto quedó agrietado cuando en 2018 el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo abandonó y reimpuso sanciones a Irán.
Un año después, Teherán comenzó a incumplir el pacto y aceleró sus esfuerzos nucleares y el enriquecimiento de uranio.
El OIEA aseguró el jueves que Irán dispone ya de 33,2 kilos, casi el doble de hace tres meses, de uranio enriquecido al 60%, una pureza cercana a la necesaria para ser empleada en un arma atómica.
Por otro lado, Grossi fue protagonista el viernes al afirmar que la seguridad de la mayor central nuclear de Europa se vio comprometida por un ataque ruso, pero, por “suerte” no se produjeron escapes radiactivos. “Se ha comprometido la seguridad física con lo que pasó anoche, tenemos suerte de que no hubo liberación de radiación”, declaró Grossi en una rueda de prensa en Viena, en la que dijo que lo sucedido “carece de precedentes” y se podría haber llegado a una situación “dramática”.
El jueves por la noche se produjo un ataque ruso contra la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, y el incendio de uno de sus edificios, que fue sofocado por los bomberos este viernes a las 06.20 horas (04.20 GMT), tras unas horas de incertidumbre.
“La integridad de los reactores no se ha comprometido pero sí la de la central en su sentido amplio”, subrayó el diplomático argentino, que alertó de los riesgos si los combates prosiguen cerca de centrales atómicas.
Grossi aseguró que el proyectil que impactó en la central nuclear provenía de las fuerzas rusas y reiteró el peligro de combatir cerca de esos complejos dada su gran fragilidad.
El jefe de la agencia nuclear de la ONU indicó que la situación es muy “inestable y frágil” y que está en contacto con las autoridades nucleares ucranianas para seguir los acontecimientos, y se mostró dispuesto a viajar a la antigua planta nuclear de Chernóbil para ver lo que sucede sobre el terreno.
(Con información de EFE)
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