Los rusos podrían llegar a enfrentar sentencias de prisión de hasta 15 años por diseminar información que contradiga la posición oficial del gobierno sobre la inavsión a Ucrania, en un paso que se produce cuando las autoridades bloquean el acceso a la prensa extranjera.
El parlamento aprobó unánimemente el viernes una propuesta de ley que criminaliza la diseminación intencional de lo que Rusia califica como reportes “falsos”.
Las autoridades rusas han lamentado reiteradamente reportes de tropiezos de las tropas rusas o de muertes civiles en Ucrania, diciendo que son falsos. La prensa estatal se refiere a la invasión rusa de Ucrania como una “operación militar especial” en lugar de una “guerra” o una “invasión”.
La propuesta fue aprobada por ambas cámaras del parlamento en rápida sucesión y se dirige ahora al despacho del presidente Vladimir Putin para su firma, con la mira en ponerla en vigor el sábado, dijo el presidente de la cámara baja, Viacheslav Volodin.
“Es posible que, para mañana, sus reglas someterán a aquellos que mintieron e hicieron declaraciones que desacreditan a nuestras fuerzas armadas a un severo castigo”, dijo Volodin.
“Yo quiero que todo el mundo entienda y que la sociedad entienda que hacemos esto para proteger a nuestros soldados y oficiales y para proteger la verdad”.
La medida prevé sentencias de hasta tres años o multas por diseminar lo que las autoridades consideran información falsa sobre las fuerzas armadas, pero el castigo máximo se eleva a 15 años para casos que se diga llevaron a “consecuencias graves”, dijo la cámara baja.
El tipo de material que enfrenta desaprobación oficial quedó claro el viernes cuando el regulador federal de comunicaciones, Roskomnadzor, dijo que iba a bloquear a cinco organizaciones de prensa basadas en el extranjero.
El regulador dijo en una declaración que esas organizaciones habían publicado “información falsa” sobre varios asuntos, incluyendo “los métodos de ejecutar operaciones de combate (ataques a la población civil, ataques contra infraestructura civil), los números de bajas de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa y de víctimas entre la población civil”.
La orden afecta a la BBC, la Voz de las Américas y Radio Europa Libre, financiadas por el gobierno estadounidense; la televisora alemana Deutsche Welle y el portal letón Meduza.
Por otra parte, ayer el canal de televisión ruso Dozhd, crítico con el Kremlin y clasificado como “agente extranjero” por el Gobierno de Rusia, anunció la suspensión de su actividad, después de que el regulador de las comunicaciones bloqueara sus emisiones.
La directora general de la cadena, Natalia Sindeeva, explicó que se ha tomado “la decisión de detener temporalmente la actividad del canal de televisión. La palabra temporalmente es muy importante. Necesitamos energía y espacio para entender cómo proceder de aquí en adelante”.
La decisión se produjo poco después de que el consejo de dirección de Gazprom Media, propietaria de la radioemisora Eco de Moscú, uno de los pocos medios que ofrecía espacios a las voces críticas con el Kremlin, ordenara el cierre de la estación y de su página web.
El director de la cadena de televisión opositora, Tijon Dzyadko, informó el miércoles de que abandona Rusia junto con algunos empleados del medio después de su bloqueo por la cobertura de la invasión rusa de Ucrania. “He tomado la decisión de abandonar Rusia. También la han tomado una serie de trabajadores de la redacción. Después del bloqueo ilegal de la web y las cuentas de Dozhd en redes sociales, y amenazas que recibieron algunos empleados, es evidente que peligra nuestra seguridad personal”, escribió en su cuenta de Telegram.
Ya desde el extranjero, Dzyadko dijo al portal independiente Meduza que para que el canal pueda reanudar su emisión en un futuro “la situación tiene que regresar al menos un poco a la normalidad”. “Pero por ahora no tengo esta esperanza”, añadió.
(Con información de AP y EFE)
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