Yuval Noah Harari, historiador israelí y autor de bestsellers como Sapiens, Homo Deus, o 21 lecciones para el siglo XXI, decidió volcar en Twitter su angustia por la situación que se vive hoy en Ucrania tras la invasión de las tropas de Vladimir Putin.
“Este es un día de dolor. La cruel ambición de una persona inflige terror y violencia a decenas de millones y empuja a toda la humanidad hacia el desastre. Estamos justo al borde del abismo”, escribió en un tweet acompañado por la imagen del Guernica de Pablo Picasso.
Y agregó en otro tweet: “Si triunfa la agresión, el mundo entero se verá envuelto en una nueva era de guerra, y es posible que no veamos el final de esta era en nuestra vida. El futuro de todos nosotros ahora depende de la valentía del pueblo ucraniano. Es nuestro deber apoyarlos”.
¿Por qué escogió el Guernica?
El Guernica de Picasso (que hoy se encuentra en el Reina Sofía de Madrid) es quizás la obra más admirada del artista español. Un óleo sobre lienzo de 3,50 metros de altura y 7,80 metros de largo ilustra con blanco, negro y matices de gris el espíritu del terror. En ella no se hace referencia directa al evento que le dio su nombre, cuando el 26 de abril de 1937 el pueblo vasco de Guernica fue bombardeado por la Legión Cóndor alemana durante la Guerra Civil Española, sino que se evoca su espíritu a través del simbolismo. Un caballo agonizante, los aullidos desesperados y sin sonido de una mujer desesperada. Una casa en llamas.
En 1937, el Gobierno de la Segunda República encargó a Picasso un cuadro que sería destinado para el pabellón que representaría a España en la Exposition International des Arts et Techniques dans la Vie Moderne en París. Sin embargo, a pesar de haberse comprometido a realizarlo, no comenzó a trabajar hasta el infame bombardeo. Conoció sus efectos devastadores debido a las fotografías publicadas en diversos medios. Lo sacudieron. Se conmovió tanto que decidió reflejar en su lienzo el poder destructivo de la guerra.
Es un mural atemorizante, un gran estallido contenido dentro de la sobriedad monocromática y el impacto de sus trazos. Es trágico, y constituye el emblema de una sociedad envuelta en la catástrofe y el infortunio. Cuentan que un oficial nazi entró un día al estudio parisino de Picasso y al ver un boceto del Guernica le preguntó: “¿Esto es obra suya?”. A lo que el artista simplemente contestó: “No, ustedes lo hicieron”.
Por eso, este cuadro hoy es un símbolo que resume la volatilidad y la banalidad de las guerras desde el principio de los tiempos.
Seguir leyendo: