Cinco mapas que explican qué sucede en Ucrania y cómo es la invasión de Putin

El dictador ruso ordenó la incursión área y terrestre del democrático país vecino. El este de Europa y los aliados de la OTAN

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Alrededor de todo el mundo se multiplicaron las manifestaciones a favor de Ucrania y en contra de la invasión de Rusia (Reuters)
Alrededor de todo el mundo se multiplicaron las manifestaciones a favor de Ucrania y en contra de la invasión de Rusia (Reuters)

Vladimir Putin ordenó la invasión total de Ucrania y provocó la reacción del mundo occidental que teme una escalada aún mayor por parte del Kremlin, en su afán por desequilibrar Europa y el resto del planeta. Rusia lleva ahora su ofensiva en Ucrania a las puertas de su capital, Kiev, tras una serie de ataques aéreos sobre ciudades y bases militares y de entrar al país desde tres flancos en una invasión que podría reescribir el orden de la seguridad mundial tras la Guerra Fría.

El sonido de las explosiones sacudió Kiev antes del amanecer y más tarde se escucharon disparos cerca del barrio gubernamental, mientras los líderes occidentales convocaban una reunión de urgencia y el presidente de Ucrania pedía ayuda internacional para frenar un ataque que podría derrocar a su gobierno elegido democráticamente, causar un gran número de víctimas y provocar daños en la economía mundial. La intención del dictador de Moscú es colocar una administración títere en Kiev para controlarla y evitar sus lazos con las democracias europeas y Estados Unidos.

La OTAN, pieza clave

Desde el final de la Guerra Fría, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) creció y permitió el ingreso de países que habían estado bajo la órbita de la colapsada Unión Soviética, de la que Putin era un esmerado agente de la KGB destinado en Alemania Oriental. La mayoría de sus integrantes conformaron la alianza luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial y para contrarrestar el bloque soviético en el este del continente europeo. En un primer momento, fueron parte de este conjunto de naciones: el Reino Unido, Portugal, España, Francia, Bélgica, Luxemburgo, Dinamarca, Alemania, Noruega, Islandia, Turquía, Italia y Holanda, además de Estados Unidos y Canadá, en América.

Tras la caída del Muro de Berlín y la disolución posterior de la Unión Soviética, se unieron: Estonia, Lituania, Letonia, Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Croacia, Eslovenia, Rumania, Bulgaria, Albania, Montenegro y Macedonia.

De esta forma, tras décadas de influencia y manejo de estos países, Moscú vio cómo uno a uno abandonaba la gran potencia para acercarse a Occidente. Ahora, con esa excusa sobre la mesa, Putin invadió Ucrania, para impedir que se uniera también a la OTAN.

Ucrania, el diamante

La vecina Ucrania siempre fue una obsesión para Putin y su círculo de poder: los recursos naturales, su localización estratégica y su historia, resultaron demasiados tentadores para que el Kremlin quisiera impedir que se acercara a sus “enemigos” de Europa y de Estados Unidos. Mucho más: que fuera una democracia consolidada y un ejemplo de desarrollo en materia económica dejaba mal parado a Moscú ante el resto de su población. ¿Acaso las democracias no eran para otro tipo de sociedades?

Fue así que el experimento de Putin se inició en 2014, cuando tras masivas protestas ciudadanas se provocó la caída del presidente Víktor Yanukóvich, aliado de Moscú que se negó a firmar un tratado político y comercial con la Unión Europea por pedido de sus verdaderos jefes. Rusia respondió de manera furibunda. Decidió la anexión de la península ucraniana de Crimea, a lo largo de la costa norte del Mar Negro y fomentando una rebelión separatista que se hizo con el control de parte de la región de Donbás, a lo largo de la frontera sureste de Ucrania con Rusia. Putin había lanzado su brutal contraofensiva que llegó hasta hoy.

La última excusa

Putin diseñó una narrativa propia para justificar ante la opinión pública internacional su invasión a Ucrania. Sugirió que no existía como país, dijo que históricamente había sido un invento de Rusia y posteriormente de la Unión Soviética para finalmente anunciar que reconocía la independencia de dos autoproclamadas repúblicas separatistas dentro de aquel país, a las que asistiría “humanitariamente” con “fuerzas de paz”.

Pero durante ocho años, Moscú había desatado una “guerra híbrida” contra su víctima geográfica: ataques cibernéticos, presión económica, campañas de desprestigio, entre otras cosas.

La invasión, hoy

Luego de la incursión aérea y terrestre, Putin consiguió -además de la muerte de centenares de personas- que Occidente emprendiera una batería de sanciones contra su economía, empresas y entidades bancarias que podrían dinamitar las cuentas de Rusia y generar un profundo malestar interno en la nación. La invasión es total y los ucranianos están comenzando a ver de cerca la guerra propuesta por el Kremlin.

La OTAN, hoy

Por su parte, luego de la invasión de Putin a Ucrania, la OTAN resolvió fortalecer su límite este de Europa para disuadir al dictador ruso de avanzar más en el continente. Fue así que se dispuso un refuerzo sobre todo en Polonia, el país que más frontera comparte con los ucranianos. Los países que conforman la alizan militar de Occidente pusieron tropas en estado de alerta y desplegaron: batallones, aviones y barcos. La acumulación de estos recursos, que se ve en este mapa, incluye miles de tropas estadounidenses desplegadas en Polonia.

La esperanza de Zelensky

Este viernes por la noche, el presidente de Ucrania, Volodomyr Zelensky, anunció que mantuvo con su par estadounidense, Joe Biden, una conversación en la que acordaron el endurecimiento de las sanciones contra Rusia y ayuda militar. Además, se mostró agradecido con los Estados Unidos. “Endurecimiento de las sanciones, asistencia a la defensa concreta y una coalición contra la guerra acaban de ser discutidos con (Joe Biden). ¡Agradecido con EEUU por el fuerte apoyo a Ucrania!”, afirmó en su cuenta el mandatario.

Más temprano, Zelensky había publicado un video en el que aparecía junto a sus funcionarios y colaboradores delante del palacio presidencial, y que publicó para demostrar que no había abandonado Ucrania en medio del avance ruso. “Estamos todos aquí, nuestros militares están aquí, los ciudadanos, la sociedad, estamos todos aquí, defendiendo nuestra independencia, nuestro país”, proclamó Zelensky, acompañado entre otros por su primer ministro, su jefe de gabinete y un asesor cercano.

Las próximas horas serán determinantes para saber cuál será el futuro de Kiev, mientras el mundo se pregunta hasta dónde estará dispuesto a llegar Putin en su expansión territorial y en el recuento de cuerpos, de un lado y otro de la frontera.

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