Gobernantes del mundo condenaron el jueves la invasión “bárbara” de Rusia a Ucrania y anunciaron sanciones económicas sin precedentes a Moscú y a personas cercanas al presidente Vladimir Putin.
Occidente y sus aliados no mostraron la menor disposición de enviar tropas a Ucrania —que no es miembro de la OTAN— y arriesgarse a provocar una guerra europea más amplia. Pero la OTAN reforzó a sus Estados miembros en el Este de Europa como precaución a un ataque a ellos. “Que nadie se equivoque: defenderemos a cada aliado contra un ataque en cada pulgada de territorio de la OTAN”, dijo el secretario general Jens Stoltenberg.
Mientras tanto, los aliados empezaron a tomar medidas para aislar a Moscú y obligarlo a pagar un precio tan alto para que cambie de rumbo.
El primer ministro británico Boris Johnson calificó el ataque de “odioso y bárbaro” y dijo sobre Putin: “Ahora lo vemos tal como es: un agresor manchado de sangre que cree en la conquista imperial”.
Johnson anunció la congelación de activos de grandes bancos rusos y prohibir a empresas rusas y el Kremlin que recauden fondos en los mercados británicos. También vedará la exportación a Rusia de una amplia gama de productos de alta tecnología como semiconductores y prohibirá a la aerolínea rusa Aeroflot aterrizar en aeropuertos británicos.
Canadá impuso sanciones que tendrán como objetivo a 58 personas y entidades, incluidos miembros de la élite rusa y sus familias, el grupo paramilitar Wagner y los principales bancos rusos.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que el “ataque bárbaro” a una nación independiente amenaza “la estabilidad en Europa y el orden internacional de paz en su totalidad”. La UE planeaba realizar una cumbre de emergencia en Bruselas, donde la OTAN también está reunida por pedido de Polonia y los Estados del Báltico fronterizos con Rusia y Ucrania.
Nadie prometió una defensa militar de Ucrania, que podría provocar una gran guerra europea, pero la OTAN decidió reforzar su flanco oriental frente a Rusia. Putin advirtió a quien quisiera escuchar que cualquier interferencia provocará “consecuencias como jamás se han visto en la historia”.
Von der Leyen dijo que “es el presidente Putin quien trae la guerra de regreso a Europa”, y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que “la paz en nuestro continente ha sido destruida”.
Lituania, que es miembro de la UE y la OTAN, declaró estado de emergencia. Esta nación del Báltico es fronteriza con la región rusa de Kaliningrado hacia el suroeste, Bielorrusia hacia el este, Letonia hacia el norte y Polonia hacia el sur.
La mayor parte del mundo —pero no China— condenó a Rusia y amenazó con golpear a sus elites con “el paquete más fuerte, el paquete más duro de sanciones que jamás hayamos aplicado”, según el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell.
“Una gran potencia nuclear ha atacado a un país vecino y amenaza con tomar represalias contra cualquier otro estado que pueda acudir al rescate”, apuntó Borrell. “Esto no es solo la mayor violación del derecho internacional, es una violación de los principios básicos de la coexistencia humana. Está costando muchas vidas con consecuencias desconocidas para el futuro. La Unión Europea responderá con la mayor firmeza posible”.
Von der Leyen dijo que las “sanciones masivas y selectivas” que someterá a los gobernantes de la UE estarán “dirigidas a sectores estratégicos de la economía rusa mediante el bloque del acceso a tecnologías y mercados que son clave para Rusia”.
Si se aprueban, las sanciones “debilitarán la base de la economía rusa y su capacidad para modernizarse. Y, además, congelarán activos rusos en la Unión Europea y cortarán el acceso de los bancos rusos a los mercados financieros europeos”, añadió.
La agitación por el inicio de la temida agresión rusa se extendió desde Europa hasta Asia. Los mercados bursátiles se desplomaron, el precio del petróleo se disparó y las autoridades de aviación europeas advirtieron de un alto riesgo para la aviación civil que sobrevuele Ucrania, recordando a los operadores aéreos que “esta es ahora una zona de conflicto activo”.
En Nueva York, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas celebró una reunión de emergencia para disuadir a Rusia de enviar tropas a Ucrania. El pedido de su secretario general, António Guterres, de dar “una oportunidad a la paz” se produjo justo mientras Putin aparecía en la televisora estatal para anunciar una operación militar que, según dijo busca proteger a los civiles ucranianos.
Putin, quien señaló que los rebeldes del este de Ucrania había pedido ayuda militar a Moscú, advirtió a otros países de que cualquier esfuerzo para interferir en el operativo ruso podría derivar en “consecuencias que nunca han visto”.
Mientras los líderes en Asia y Europa se apuraban a condenar el ataque, en la capital de Ucrania, Kiev, y en otras ciudades del país podían escucharse explosiones. Esta semana, naciones de todo el mundo habían impuesto una nueva ronda de sanciones a Moscú.
Rusia acumuló más de 150.000 soldados en las fronteras ucranianas. Putin reconoció el lunes la independencia de las dos regiones separatistas de Donbás y ordenó la entrada de fuerzas rusas a esos territorios para lo que calificó de “misión de paz”. En la ONU, Guterres lo refutó afirmando que sus tropas estaban entrando a otro país sin consentimiento.
El canciller de Alemania, Olaf Scholz, calificó el ataque ruso de “día terrible para Ucrania y un día oscuro para Europa” además de “una flagrante violación del derecho internacional. No puede justificarse con nada”.
China, que había criticado las sanciones al Kremlin, aconsejó a sus ciudadanos en Ucrania que se queden en casa y coloquen una bandera china en sus autos si necesitan recorrer grandes distancias. “El orden social es caótico y está fuera de control, especialmente en las ciudades, donde en momentos de graves disturbios caminar por las calles puede convertirlo a uno en objeto de un ataque, el tránsito puede detenerse en cualquier momento y salir al exterior crea la posibilidad de enfrentarse a riesgos incontrolables”, señaló en un aviso.
China ha alineado cada vez más su política exterior con la rusa para desafiar a Occidente, y ha culpado a Estados Unidos y a sus aliados por provocar a Moscú.
Por su parte, el primer ministro de Australia, Scott Morrison, señaló que las sanciones a Rusia se convertirán en ley el viernes pero no entrarán en vigor hasta finales de marzo para dar tiempo “a las empresas que han tenido operaciones e intereses comerciales legítimos en Rusia y en los territorios afectados de Ucrania para poder hacer cambios en sus acuerdos”.
(Por Raf Casert y Sam Petrequin - AP)
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