Los líderes mundiales están haciendo otro esfuerzo diplomático con la esperanza de evitar una invasión rusa de Ucrania, incluso cuando continúan los intensos bombardeos en el este de Ucrania y el Kremlin consideró reconocer la independencia de las regiones separatistas en el este de Ucrania.
Los intensos bombardeos han aumentado en los últimos días a lo largo de la tensa línea de contacto entre las fuerzas ucranianas y los rebeldes separatistas respaldados por Rusia en Donbas, el corazón industrial del este de Ucrania.
Es una guerra que comenzó en 2014 después de que Rusia anexó Crimea de Ucrania. La lucha se ha cobrado al menos 14.000 vidas, pero ha estado en silencio durante un tiempo.
El portavoz militar ucraniano, Pavlo Kovalchyuk, dijo que las posiciones ucranianas fueron bombardeadas 80 veces el domingo y ocho veces el lunes temprano, y señaló que los separatistas estaban “disparando cínicamente desde áreas residenciales usando a civiles como escudos”. Dijo que las fuerzas ucranianas no respondían al fuego.
Una reunión de Biden-Putin ofrecería una nueva esperanza de evitar una invasión rusa que, según funcionarios estadounidenses, podría comenzar en cualquier momento a partir de las 150.000 tropas rusas estimadas que se han acumulado cerca de Ucrania.
Sin embargo, analistas internacionales ven diferentes razones por las que Putin podría decidirse por no invadir Ucrania:
El costo será alto
Cientos de miles pueden huir de Ucrania, presentando a Europa una gran emergencia humanitaria y de refugiados. No se pueden descartar graves violaciones de derechos humanos y atrocidades con armas químicas, como en Siria. Y la que deberá pagar a nivel internacional será Rusia.
Lo cierto es que, económicamente, Rusia es una potencia en declive. Su PIB es aproximadamente la mitad del del estado de California, Estados Unidos. Rusia, un petroestado que depende de las exportaciones de gas y petróleo, sufre las sanciones impuestas por Occidente después de que Rusia se apoderara precipitadamente de Crimea.
Sanciones sin precedentes
Occidente ha amenazado con imponer enormes sanciones si Moscú decide ingresar a territorio ucraniano. La profundidad de estas medidas económicas para castigar al Kremlin seguirá perjudicando a la relativamente pequeña economía rusa, especialmente si se excluye del sistema bancario Swift, como algunos piden. Swift gestiona las transferencias financieras internacionales y es usado por más de 11.000 instituciones en más de 200 países.
La Casa Blanca ha dicho a la industria de chips de Estados Unidos que esté preparada para nuevas restricciones a las exportaciones a Rusia si Moscú ataca a Ucrania, incluyendo el potencial bloqueo del acceso de Rusia a los suministros electrónicos globales.
Medidas similares se desplegaron durante la Guerra Fría, cuando las sanciones mantuvieron a la Unión Soviética tecnológicamente atrasada y frenaron el crecimiento económico.
Sancionar a individuos mediante la congelación de activos y la prohibición de viajar es una herramienta de uso común. Estados Unidos, la Unión Europea y Gran Bretaña ya han impuesto sanciones a varios ciudadanos rusos.
Un proyecto de ley presentado por los demócratas del Senado estadounidense prevé la imposición de amplias sanciones a altos cargos del gobierno y el Ejército ruso, incluido Putin, y el presidente Joe Biden ha dicho que estaría dispuesto a considerar la imposición de sanciones personales al gobernante.
Moscú ha dicho que cualquier medida para imponer sanciones al propio Putin no perjudicaría al presidente ruso personalmente, pero resultaría “políticamente destructiva”.
También se endurecerían las sanciones existentes contra los bancos estatales o se ampliaría la lista de instituciones financieras sujetas a restricciones, posiblemente para incluir a bancos privados. Los grandes bancos rusos están profundamente integrados en el sistema financiero mundial, lo que significa que las sanciones podrían repercutir mucho más allá de sus fronteras.
El derrame de sangre
El asesor de seguridad nacional de EEUU, Jake Sullivan, dijo que podría comenzar una invasión en los próximos días o en las “próximas horas”, ya que Moscú está listo para atacar con hasta 190.000 fuerzas que se desplazan hacia la frontera con Ucrania desde múltiples lados. Ucrania resistirá, al menos inicialmente. A pesar de que sus fuerzas son ampliamente superadas por las de Rusia, habrá bajas de ambos lados.
Estados Unidos estima que los ataques de artillería, misiles y bombas y los enfrentamientos terrestres podrían matar a 50.000 civiles, una cifra que puede resultar conservadora si la lucha se prolonga. Una lucha larga implicaría un derramamiento de sangre aun mayor.
Un paria internacional
Cuando Rusia anexó Crimea, el costo político fue altísismo, y se puso a Occidente en contra. Esta vez, los expertos proyectan que será peor, incluso entre sus mayores aliados estratégicos: hasta China podría dejarlo de lado. Elministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, dijo en la Conferencia de Seguridad de Mínich: “La soberanía, la independencia y la integridad territorial de cada país deben salvaguardarse. Ucrania no es una excepción”.
Las ya mencionadas sanciones sin precedentes de EEUU y la UE seguirán a una invasión también generarán un aislamiento diplomático y apuntarán a la riqueza personal de Putin y la de sus compinches oligarcas.
En Rusia, la imagen no será positiva
El envío de armas o el despliegue de tropas rusas en Ucrania es impopular, y se ha vuelto aún más a medida que los rusos se cansan de la guerra que Moscú y sus representantes han librado en el este de Ucrania desde 2014. Según la última encuesta del Washington Post a 3.245 rusos en diciembre, solo el 8% piensa que Rusia debería enviar fuerzas militares para luchar contra las tropas del gobierno ucraniano. Solo el 9% piensa que Rusia debería entrenar o equipar a las fuerzas separatistas con armas rusas.
El apoyo a la intervención armada se ha reducido casi a la mitad desde 2016. Y esa caída se ha producido entre los partidarios del Partido Rusia Unida de Putin, los comunistas y el partido nacionalista LDPR por igual. Entre los más nostálgicos de la Unión Soviética, para quienes se espera que resuene más la restauración de la esfera de influencia soviética, menos del 10% quiere ver a las tropas rusas luchar en Ucrania.
Si Putin invade Ucrania, tendrá que convencer al pueblo ruso de que fue el movimiento correcto o arriesgarse a dañar su popularidad, que sigue siendo más baja que durante la mayor parte de su tiempo en el cargo.
Además, según la misma encuesta, solo alrededor del 6 por ciento en todo el país dijo que Rusia debería acercarse a Occidente como un enemigo.
Podría salir todo mal
Las fuerzas armadas de Ucrania no serán derrotadas fácilmente. Los civiles pueden unirse a la lucha y ya lo están haciendo. Estados Unidos y el Reino Unido no han descartado armar a los combatientes de la resistencia, como ocurrió durante la ocupación soviética de Afganistán y ya colaboran enviando equipamiento militar. Los ministros británicos predicen un “pantano” de larga duración, con Rusia sufriendo bajas significativas. En tal escenario, la opinión pública rusa podría volverse contra Putin.
Según Andriy Zagorodnyuk, un miembro distinguido del Centro Eurasia y ex ministro de defensa de Ucrania, “Ucrania ya ha logrado detener a las fuerzas rusas antes, y cada batallón tiene experiencia directa en el campo de batalla. Todos los altos mandos de las Fuerzas Armadas de Ucrania son oficiales de campo de batalla. Por supuesto, se dan cuenta de que será un desafío muy difícil, particularmente debido a la abrumadora ventaja de los rusos en el aire. Pero dado que están listos para cambiar de táctica, incluso operar en formaciones de grupos pequeños, esta ventaja no será decisiva”.
Los rusos necesitan adquirir territorio con fuerzas terrestres moviéndose con tanques y vehículos blindados. La cantidad de armas antitanque que posee Ucrania supera la cantidad de tanques y vehículos blindados que Rusia ha reunido alrededor de sus fronteras, según el ex ministro. Las fuerzas armadas también cuentan con el apoyo popular, están potenciadas por la defensa territorial, tienen reservas, están más motivadas y conocen la zona.
“Sobre la base de una evaluación de las capacidades, creo que Rusia no puede completar la ocupación a gran escala de Ucrania con las fuerzas que ha logrado reunir. Pueden adquirir algunas áreas específicas (incluidas ciudades), pero en este caso la cuestión sería mantener dichas áreas, ya que serán atacadas constantemente por grupos ucranianos día y noche”.
(Con información de Reuters y AP)
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