Las autoridades de Canadá han anunciado este domingo que están trabajando para garantizar que “nadie vuelva a ocupar las calles” tras las protestas de las tres últimas semanas por las restricciones de COVID-19.
La Policía se encargará de mantener la presencia en el centro de la ciudad “para asegurarse de que nadie vuelva a ocupar nuestras calles”, ha recalcado este domingo el jefe de la Policía de Ottawa, Steve Bell en una rueda de prensa.
Según el último informe de la Policía de la capital canadiense, 76 vehículos han sido remolcados y 191 personas arrestadas, desde el inicio de la operación el pasado viernes, según ha explicado CBC NEWS.
Asimismo, la Policía canadiense ha asegurado el domingo el centro de la ciudad de Ottawa con vallas, mientras trabajadores de la limpieza han limpiado las calles.
Desde el 28 de enero cientos de manifestantes bloquearon el centro de la ciudad y las principales carreteras del país, lo que llevó al primer ministro, Justin Trudeau, a decretar el estado de emergencia.
En este sentido, el Gobierno de Canadá anunció ayudas por un valor de 138 millones de euros (200 millones de dólares canadienses) para las empresas de Ottawa afectadas por las protestas y por las pérdidas sufridas debidos a los bloqueos y las “ocupaciones ilegales”.
El Ejecutivo está aupando esfuerzos para evitar más bloqueos en el país, incluido en el cruce fronterizo de Pacific Highway en Columbia Británica y en Prescott, Ontario. “El objetivo es poner fin de manera segura a estos bloqueos y ocupaciones ilegales y restaurar el orden lo antes posible para garantizar la seguridad de los canadienses y el fin de las perturbaciones económicas”, aseguró el Gobierno canadiense en un comunicado.
La Policía de Ottawa confirmó este domingo que detuvo a 191 personas y presentó cargos contra 103 de ellas durante su operación para dispersar la protesta antivacunas en el centro de la capital canadiense.
Por primera vez en tres semanas, los alrededores del Parlamento de Canadá amanecieron este domingo sin camiones ni manifestantes, después de que la Policía local los expulsara el sábado en una operación que generó polémica por el uso de gas pimienta y otras tácticas contra la multitud.
Una decena de manifestantes seguían congregados a menos de un kilómetro del Parlamento, según el diario The Toronto Star, pero la escena era muy diferente a la que paralizó durante semanas el centro de Ottawa y varios cruces fronterizos con EEUU.
La Policía de Ottawa subrayó que su operación no había terminado, a pesar de haber recuperado el control de un amplio perímetro del centro, incluida la calle Wellington, donde está el Parlamento y que fue el núcleo de las protestas desde el 29 de enero.
“Estamos usando vallas para asegurarnos de que no perdemos el terreno que hemos ganado”, indicó la Policía en su cuenta oficial de Twitter.
(Con información de Europa Press)
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