En junio pasado, el delantero inglés Harry Kane salió a la cancha para el partido de octavos de final de la Eurocopa 2020 contra Alemania luciendo una banda de capitán con un arcoiris, en apoyo a la comunidad LGBT+. Fue un gesto de unidad que se sintió en todo el mundo, en especial en Inglaterra, donde no hay ningún jugador de fútbol de la Premier League abiertamente gay.
“Fue un gran momento”, recuerda Lord Nick Herbert durante una entrevista con Infobae en la Residencia del Embajador del Reino Unido en Argentina. Él, que fue nombrado en mayo del 2021 como Enviado Especial del primer ministro para los derechos LGBT+, se encontraba en el número 10 de Downing Street, en donde Boris Johnson había organizado una pequeña recepción con ocasión del mes del Orgullo
“Vimos a Harry Kane anotar el gol de la victoria usando su arcoíris. Para mí, esa fue una declaración bastante poderosa, porque uno de los invitados de la recepción era un joven que había sido atacado unas semanas antes, y también había un militar trans, y una pareja que se había casado en Irlanda del Norte. Ahí me di cuenta de la importancia de tener figuras aliadas como Harry Kane, que están abrazando la inclusión. Lo que nos falta es jugadores abiertamente gays en el fútbol, nuestro juego nacional”.
En 1972, unas 2000 personas marcharon en las calles de Londres por los derechos de la comunidad gay. A 50 años de su primera marcha del Orgullo, el 2022 se convierte para Gran Bretaña en un año clave para analizar de qué manera han avanzado las libertades de las personas LGBT+ durante este medio siglo.
Por eso, organizará su primera conferencia global sobre los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales en Londres del 29 de junio al 1 de julio de 2022, bajo el nombre de Safe To Be Me.
Se espera que el evento sea el más grande de su tipo, e invita a funcionarios electos, activistas y legisladores de todo el mundo, mientras se apresuran a cumplir sus promesas los 42 países de la Equal Rights Coalition, cuya co-presidencia comparten Argentina y Reino Unido hasta el día previo a la conferencia Safe to Be Me.
Nick Herbert, quien fue Miembro del Parlamento para el Partido Conservador de Arundel y South Downs de 2005 a 2019 antes de ser nombrado Lord el año pasado, ha sido anunciado como presidente del evento. A lo largo de este año, Herbert visitará países de todos los rincones del mundo para recabar apoyo a los derechos LGBT+ e impulsar medidas ambiciosas con anterioridad a la conferenci de junio.
En este contexto, en el curso de su visita a Buenos Aires el jueves 17 y viernes 18, se reunió con activistas, funcionarios de gobierno, representantes de la sociedad civil y también del sector empresario. Y durante un hueco en su agenda oficial, Herbert habló con Infobae y ahondó sobre el progreso y los desafíos que tienen aún el Reino Unido y el mundo en temas LGBT+.
-¿Cómo se puede llevar un verdadero cambio a países que aún criminalizan la homosexualidad, muchos de los cuales son ex colonias británicas?
-Creo que tienes razón al llamar la atención sobre esos países. 71 jurisdicciones en todo el mundo todavía criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo y el Reino Unido sí tiene cierta responsabilidad en aquellos países donde hubo un legado colonial. Eran leyes que impusimos hace mucho tiempo. Hemos dicho que eso estuvo mal y que lo lamentamos. Apoyaremos a cualquier país que desee cambiarlo. Algunos están progresando discretamente. Más recientemente, Botswana ha dicho que cambiará, y eso es alentador. Otros, sin embargo, no lo son. Así que hemos visto, por ejemplo, que en Ghana se están introduciendo leyes represivas. Eso es muy preocupante. De los 71 países, 35 están en la Commonwealth y hay mucho que se puede hacer para alentar ese cambio. Once de los 71 países aún tienen la pena de muerte, lo que claramente es completamente inapropiado.
Pero lo que debemos recordar es que la discriminación no ocurre sólo en esos países. Las personas LGBT+ están oprimidas en países sin esas leyes. Incluso en países que no tienen todas esas leyes formales que prescriben la actividad, aún pueden ser discriminados y creemos que los derechos LGBT+ son derechos humanos fundamentales, que todos tienen derecho a la misma dignidad para vivir sus vidas como elijan sin miedo. Las personas LGBT+ no piden derechos especiales; piden los mismos derechos que todos los demás y por eso creo que es tan importante que animemos a los países para avanzar, pero también que hablemos cuando los países están haciendo lo incorrecto.
-¿Qué pasaría en el caso de una invasión rusa con la comunidad LGBT+ en Ucrania?
-Uno de los problemas para la gente en Ucrania es el de los derechos humanos y estamos preocupados por la situación de los derechos LGBT+ en partes de Europa del Este, pero por supuesto tenemos preocupaciones mucho más amplias sobre una posible invasión rusa de Ucrania y estamos haciendo todo lo posible diplomáticamente y con una fuerte resolución con nuestros aliados para tratar de evitar que suceda.
-Hace 10 años, usted era el ministro gay de mayor rango de Gran Bretaña, y el año pasado Boris Johnson lo nombró enviado especial sobre los derechos LGBT+. ¿Cuál es el progreso que se ha hecho en el Reino Unido en la última década con respecto a los derechos LGBT+?
-Bueno, indudablemente hicimos un gran progreso en el Reino Unido durante la última década, pero también, por supuesto, durante un período más largo. Cuando nací, ser gay era un delito -o al menos la conducta homosexual- era un delito. Ahora soy libre para casarme con el hombre que amo. Ese fue un gran cambio y no sucedió de inmediato, sucedió durante un período de tiempo. Hubo una serie de leyes que culminaron con la legislación del matrimonio igualitario y yo fui uno de los líderes de la campaña. Creo que estas leyes en todo el mundo han tenido mucho éxito, tuvieron el efecto de hacer felices a las personas. Ha sido algo bueno y creo que son una señal de que en muchas partes del mundo las actitudes están cambiando para mejor, pero hay otras partes del mundo donde incluso los derechos LGBT+ están retrocediendo y eso nos preocupa mucho. Creo que es importante que tomemos una postura colectiva para tratar de alentar a los países a avanzar y ser muy decididos. Las personas LGBT+ están siendo abusadas y es importante que nosotros, como nación, estemos comprometidos con los derechos humanos para unirnos en estos temas.
50 años de Orgullo, y aún persisten los desafíos
Según Stonewall, la organización de derechos LGBT+ más grande de Europa, durante los 70 hubo varios hitos, como la primera conferencia trans que se realizó en Leeds, o cuando Maureen Colquhoun se convirtió en la primera Miembro del Parlamento abiertamente lesbiana de Gran Bretaña. En la década de 1980, el progreso se aceleró rápidamente a medida que más personas LGBT+ exigieron la igualdad de trato, pero, en 1988, Margaret Thatcher introdujo la Sección 28, una ley que vedaba a las autoridades locales “promover la homosexualidad” y prohibía de hecho la discusión de temas LGBT+ en las escuelas.
En la década de 1990, la Organización Mundial de la Salud desclasificó la atracción por personas del mismo sexo como una enfermedad mental, y bajo el gobierno de Tony Blair en la década de 2000 se introdujo una serie de leyes positivas: las parejas del mismo sexo obtuvieron los mismos derechos al solicitar la adopción y la Sección 28 finalmente se derogó en todo el Reino Unido.
La Ley de Unión Civil y la Ley de Reconocimiento de Género fueron introducidas en 2004: se otorgaron a las parejas del mismo sexo los mismos derechos que las parejas casadas, y se permitió que las personas trans obtengan nuevos certificados de nacimiento.
En la década de 2010, la Ley de Igualdad agregó la reasignación de género como una característica protegida, y se introdujo el matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el Reino Unido. Un momento crucial fue cuando el gobierno emitió un indulto póstumo a todos los hombres condenados en virtud de las leyes de delitos sexuales que criminalizaban a las personas por ser bisexuales o homosexuales.
En 2019, 1,5 millones celebraron la diversidad y protestaron en defensa de la equidad en un mundo que todavía no había sido azotado por el coronavirus.
Pero los desafíos permanecen. Desde 2015, los delitos de odio relacionados con la orientación sexual y la identidad de género han aumentado año tras año, según datos gubernamentales de Inglaterra, Gales y Escocia. Los activistas dicen que es probable que las cifras reales de delitos de odio sean más altas debido a la falta de informes, mientras que otros alegan que esta escalada se debe a que las autoridades toman más en serio que antes el registro de denuncias.
Lo cierto es que en el año hasta marzo de 2020 en Inglaterra y Gales, los delitos de odio por orientación sexual aumentaron en un 19% a 15.835, y los delitos de odio por identidad transgénero en un 16% a 2540, con un promedio de más de 50 denuncias por día.
Además, según un informe reciente de Galop, una organización benéfica contra el abuso LGBT+ del Reino Unido, 1 de cada 4 encuestados informó haber sufrido agresión sexual con la intención de “convertirlo o castigarlo” por su orientación sexual o identidad de género.
-Los delitos de odio relacionados con la orientación sexual y la identidad de género han aumentado en los últimos años en el Reino Unido y en el mundo. ¿Cómo ha exacerbado la pandemia este problema?
-Creo que hay alguna evidencia de que las personas LGBT+ sufrieron mucho en la pandemia. Hemos visto un impacto en los programas de salud que es particularmente dañino, políticas discriminatorias que ya tenían un impacto dañino, principalmente relacionadas con los programas de VIH en todo el mundo. Esto agregó un incentivo para que mejoráramos la situación.
Este año, en Safe To Be Me, reuniremos a los gobiernos de todo el mundo con la sociedad civil, las empresas y los parlamentarios de todo el mundo y debatiremos cómo podemos hacer avanzar esta agenda, centrándonos particularmente en poner fin a la violencia; abordar las leyes que necesitan ser cambiadas -por ejemplo en los 71 países que discutimos recién-; garantizar el acceso equitativo a los servicios públicos; y promover el caso comercial y económico para la inclusión, porque cada vez hay más evidencia de que los países que adoptan una postura progresista en estos temas también son países económicamente exitosos, sociedades abiertas donde las personas son libres de ser, que pueden expresarse, son aceptadas por lo que son. Entonces, no solo hay un argumento de derechos humanos para promover los derechos LGBT+, también hay un argumento económico.
Las personas trans, en plena lucha
Bajo el mandato de Boris Johnson, los Tories han sido criticados por retroceder los derechos de las personas trans. En septiembre del 2020, luego de casi dos años de espera, el gobierno británico publicó su respuesta a la consulta sobre la Ley de Reconocimiento de Género (GRA, por sus siglas en inglés). Hubo algunas mejoras, pero lo cierto es que se desecharon las reformas a la GRA que habrían permitido que las personas trans se identificaran a sí mismas -como ocurre en países como Argentina, Noruega o Irlanda-, en vez de tener que requerir un diagnóstico médico.
También se critica que no se haya legalizado aún permitir una tercera opción de género en el pasaporte, para incluir así a las personas no binarias.
-El gobierno británico ha sido criticado por cómo ha lidiado con varias problemáticas trans, como el hecho de que a las personas trans aún no se les permite identificarse a sí mismas, necesitan un diagnóstico médico. Después de todo el debate tras los dichos de JK Rowling, ¿cree que la sociedad aún no está dispuesta a incluir completamente a las personas trans y no binarias?
-Hay un debate sobre el tema de la identidad de género, y es importante decir que en el Reino Unido tenemos protección total para las personas trans en la Ley, que están protegidas por la Ley de Igualdad y también tenemos desde 2014 la Ley de Reconocimiento de Género que permite a las personas cambiar legalmente su identidad de género. Es cierto que se ha propuesto que las personas deberían poder hacerlo sobre la base de la autocertificación. El gobierno decidió que el proceso debería ser más fácil y económico, y quiere proceder sobre esa base. Sabemos que hay otros aspectos de la política en los que es importante mejorar la posición de las personas trans, por ejemplo, en relación con la atención médica. Por lo que la autocertificación no es el único problema.
El debate establece una especie de conflicto entre los derechos de las mujeres y los derechos trans y no creo que sea un conflicto necesario y creo que es perfectamente posible respetar los derechos de ambos grupos y nuestras leyes actuales sí lo permiten. Me preocupa la naturaleza del debate a nivel mundial -no es solo en el Reino Unido-, y los peligros que presenta un clima de hostilidad hacia las personas trans y creo que es muy importante que no estén sujetos a eso y no sean discriminados injustamente. Igualmente pensamos que es importante la libertad de expresión y creemos que está mal impedir eso, pero ese comentario siempre debe ser cuidadoso, considerado y amable, y a veces el debate no ha sido así, particularmente en las redes sociales, lo que ha exacerbado estos problemas. Creo que con buena voluntad podemos lograr el equilibrio adecuado y garantizar que las personas trans tengan la protección que necesitan y merecen, y también que respetemos plenamente los derechos de las mujeres. No creo que haya un conflicto necesario entre los dos y creo que tenemos que tratar de evitar los extremos del debate que hemos visto.
Terapia de conversión, una práctica abusiva que atenta contra la juventud LGBT+
Según cifras del gobierno, al 5% de las personas LGBT+ se les ha ofrecido una terapia de conversión en el Reino Unido, y el 2% se ha sometido a ella.
La terapia de conversión está justamente en el centro del debate en la actualidad. Un proyecto de ley presentado en octubre, objeto de una consulta pública que se prolongará varias semanas, busca prohibirlas en el caso de los menores de 18 años y los adultos que no firmen un consentimiento. Castigaría estas prácticas en menores con hasta cinco años de prisión. Pero en el caso de los adultos, sólo se aplicará si no han dado su consentimiento libremente. Y aquí hay un vacío legal que los activistas buscan solucionar.
El texto fue acogido como “un paso adelante” por Galop y otras asociaciones LGBT+, pero su última cláusula es muy criticada, ya que denuncian que no puede haber “consentimiento informado” en las terapias de conversión, que son consideradas abuso. Dejaría en una posición de especial vulnerabilidad a los jóvenes de entre 18 y 25 años, el grupo etario más afectado por esta práctica.
-Quería preguntarle sobre la Consulta de Terapia de Conversión. El borrador actual permite que los mayores de 18 años den un “consentimiento informado” a esta práctica abusiva. Esto podría ser especialmente perjudicial para las personas de entre 18 y 24 años, que son las más vulnerables a esta práctica. ¿No sería mejor seguir el ejemplo de otros países como Francia y prohibirlo por completo?
-Bueno, estamos consultando en este momento. Nuestra clara intención es prohibir la terapia de conversión y hacerla lo más efectiva posible. Hemos dicho que si los adultos, las personas mayores de 18 años, dan su consentimiento, no están cubiertos, pero es muy importante entender que eso significa consentimiento informado, lo que significa que se les debe dar toda la información sobre lo que implica ese proceso y no pueden ser obligados a participar en el proceso. Por lo tanto, creemos que las propuestas serán efectivas y sólidas, pero analizaremos detenidamente lo que nos dicen las respuestas a la Consulta. También analizaremos otras prohibiciones que se han implementado en todo el mundo para garantizar que nuestras medidas sean sólidas. Pero no hay duda de nuestra intención: la terapia de conversión es una práctica abominable que no tiene cabida en una sociedad moderna, nadie debe ser obligado a cambiar su sexualidad e identidad de género en contra de su voluntad. Debería ser proscrito. Tenemos un creciente cuerpo de opinión en el Reino Unido que está de acuerdo con prohibirlo, incluso líderes de organizaciones religiosas, y por eso creemos que es correcto proceder.
-¿A qué otras prácticas son vulnerables los jóvenes LGBT?
-En primer lugar, sabemos que las personas LGBT+ se ven afectadas de manera desproporcionada por la falta de vivienda. Creo que la actitud ha cambiado hacia las personas LGBT+ ha cambiado considerablemente en nuestra sociedad, pero todavía hay problemas. Queremos continuar asegurándonos de que haya presión para prevenir el bullying de los niños en las escuelas. Queremos hacer más para alentar a los deportes a reconocer el papel que desempeñan, porque creo que los modelos a seguir son muy importantes para los jóvenes, para poder expresar quiénes son. Así que creo que hay toda una gama de servicios y temas que son importantes para los jóvenes porque es ese período de sus vidas en el que necesitan aceptar quiénes son y necesitan el apoyo de sus familias y la sociedad cuando lo hacen. Necesitamos asegurarnos de que estamos protegiendo a esas personas vulnerables. E incluso con una sociedad en pleno cambio positivo, es difícil para alguien “salir del armario” y cuanto más tengamos modelos a seguir, figuras destacadas en todos los ámbitos de la vida, será más fácil una aceptación más amplia.
Donde todavía hay mucho más estigma es en relación a las personas transgénero. Por eso tenemos que trabajar más en términos de aceptación pública. Eso se nota en nuestro Parlamento. Ahora tenemos parlamentarios gays, bisexuales y lesbianas, pero no tenemos un parlamentario transgénero, y otros Parlamentos de todo el mundo han dado ese paso. Por supuesto, es un asunto de los partidos políticos seleccionar candidatos y alentar a esos candidatos a presentarse y luego elegir a esos candidatos, lo cual no es poca cosa. Ayudaría si hubiese más personas transgénero en la vida pública.
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