La tormenta Eunice, que ya dejó al menos 16 muertos, importantes daños materiales y cortes de electricidad, seguía barriendo el sábado el noroeste de Europa, con fuertes ráfagas previstas en la costa alemana.
La tormenta se formó en Irlanda y pasó por partes del Reino Unido el viernes, luego por el norte de Francia y los países del Benelux (Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo) antes de continuar hacia Dinamarca y Alemania, donde el tercio del norte del país fue puesto en alerta roja el sábado.
“Hay riesgo de ráfagas con fuerza de tormenta severa (nivel 3 de 4) Ráfaga máxima: 100-115 km/h”, advirtió el servicio meteorológico alemán, alertando del riesgo de árboles arrancados, caída de ramas y daños en los tejados. “Manténganse alejados en particular de edificios, árboles, andamios y líneas eléctricas. Si es posible, eviten quedarse fuera”, indicaron.
La tormenta dejó un rastro de devastación a su paso y provocó grandes trastornos. Cientos de vuelos, trenes y transbordadores han sido cancelados en todo el noroeste de Europa a causa de los vientos de Eunice, menos de 48 horas después de que la tormenta Dudley matara al menos a seis personas en Polonia y Alemania.
En los Países Bajos, decenas de casas fueron evacuadas en la capital, La Haya, ante el temor de que la torre de una iglesia se derrumbara. La red ferroviaria neerlandesa quedó interrumpida y los servicios del tren Ámsterdam-Bruselas se interrumpieron, aunque un portavoz dijo que se reanudarían por la tarde.
Según la oficina meteorológica británica, es probable que las operaciones de limpieza se vean perturbadas por un nuevo vendaval, menos fuerte, que se espera en algunas zonas del Reino Unido. Al menos 400.000 hogares seguían sin electricidad en el país el sábado.
En Polonia, había 194.000 personas sin electricidad, según las autoridades locales, y varias conexiones ferroviarias están suspendidas.
En Inglaterra se registró una ráfaga sin precedentes de 196 km/h en la isla de Wight, mientras que hubo otras en tierra firme de más de 110 km/h, también en el aeropuerto londinense de Heathrow.
El servicio meteorológico británico emitió una alerta roja --el nivel más alto-- para el sur de Gales y el sur de Inglaterra, incluido Londres. Es la primera vez que la capital británica alcanza este nivel de alerta desde que se introdujo el sistema en 2011.
En el norte de Francia, unas 30 personas resultaron heridas en accidentes de tráfico relacionados con el viento, las caídas o el desprendimiento de materiales. Alrededor de 75.000 hogares estaban sin electricidad el sábado y algunos enlaces ferroviarios regionales quedaron interrumpidos.
Las fuertes rachas de viento unidas a las altas mareas hacen temer inundaciones, sobre todo porque el sábado se esperaban fuertes lluvias. El tráfico de transbordadores a través del Canal de la Mancha se vio interrumpido, cientos de vuelos fueron cancelados el viernes y el transporte por carretera y ferrocarril también se vio afectado en varios países.
En Francia, se registraron olas de más de nueve metros en Bretaña (oeste), así como rachas de viento de hasta 176 km/h en el cabo Gris-Nez (norte).
Aunque se sabe que el cambio climático aumenta y multiplica en general los fenómenos extremos, no está tan claro en el caso de los vientos y las tormentas (excluyendo los ciclones), cuyo número varía mucho de un año a otro.
El último informe de los expertos en clima de la ONU (IPCC), publicado en agosto, estima, con un grado de certeza muy bajo, que puede haber aumentado el número de tormentas en el hemisferio norte desde la década de 1980.
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