El presidente ruso Vladimir Putin y su par bielorruso Alexandr Lukashenko se reunieron este viernes para conversar sobre las maniobras ruso-bielorrusas “Determinación aliada-2022″, que se celebran en Bielorrusia desde el pasado 10 de febrero y han despertado las alarmas de Occidente y Kiev, ante el temor de que los ejercicios sean aprovechados para atacar a Ucrania.
En la reunión, los mandatarios defendieron los ejercicios militares en Bielorrusia y no pusieron un plazo para retirar las tropas, uno de los pasos que la comunidad internacional reclama al Kremlin para rebajar las tensiones en la región.
El dictador bielorruso culpó a los “socios occidentales” de haber sacado a un primer plano el aspecto político-militar, por lo cual Bielorrusia y Rusia se vieron obligadas “a reaccionar con maniobras militares y diplomacia”.
“Ellos (Occidente) perdieron muy claramente el primer asalto. Hoy, por lo que veo, inician el segundo, al asustar a todo el mundo con que mañana atacaremos a Ucrania, la rodearemos, la destruiremos y cosas por el estilo”, dijo el mandatario bielorruso, considerado el último dictador de Europa.
Lukashenko también se refirió a las predicciones estadounidenses no cumplidas sobre un ataque de Rusia a Ucrania el pasado 16 de febrero y las nuevas fechas anunciadas sobre el 20 de febrero o “en los próximos días”.
Ello pese a que “no hemos tenido nunca esto en planes, por mucho que hayamos debatido la situación” en Ucrania, afirmó.
Durante la conferencia de prensa al finalizar el encuentro, Lukashenko también alertó que por primera vez en décadas la región “está al borde de un conflicto real”.
“Como ven, esto ya no depende incluso de nuestros vecinos, incluyendo a Ucrania. Para ustedes es evidente de quién depende la escalada de tensiones junto a nuestras fronteras. Por primera vez en décadas estamos al borde de un conflicto que podría extenderse a todo el continente”, alertó.
El presidente bielorruso acusó “una serie de políticos occidentales” de una irresponsabilidad y falta de inteligencia “que escapan a la lógica” y “un deseo enfermizo de caminar al borde” del precipicio.
Por su parte, Putin expresó su interés de debatir con su aliado más estrecho “la situación regional” y valorar la cooperación militar entre ambos países.
“Ahora estamos en una fase activa de ejercicios militares y mañana incluso participaremos en una importante actividad en el marco de la cooperación militar”, señaló, en referencia a las prácticas de las Fuerzas de Contención Estratégica, en las cuales se lanzarán misiles balísticos y de crucero, que dirigirá este sábado.
El presidente de Rusia también constató hoy un “agravamiento” del conflicto en el este de Ucrania, donde el Ejército de Ucrania afronta desde 2014 a milicias separatistas prorrusas apoyadas por Moscú y donde en las últimas horas ambas partes se han vuelto a acusar de violaciones del alto el fuego.
Occidente acusa a Rusia de preparar una invasión a Ucrania tras la concentración de unos 150.000 efectivos cerca de las fronteras de Ucrania, a lo cual se han sumado los ejercicios “Determinación aliada-2022″ y maniobras navales en el mar Negro, también cerca de las costas ucranianas.
Aunque Moscú ha negado que prepare un ataque contra Ucrania y ha informado de la retirada de parte de las tropas que participaron en estos ejercicios, Occidente insiste en que no ve signos de una distensión y en la posibilidad de una guerra.
En este contexto extremadamente tenso, el presidente estadounidense, Joe Biden y varios dirigentes occidentales mantendrán una reunión por videoconferencia este viernes para hablar de la crisis.
En la reunión participarán la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y dirigentes de Alemania, Polonia, Italia, Rumania, Reino Unido y Francia, según fuentes europeas.
Y el próximo jueves, los dirigentes de los países del G7 se reunirán por videoconferencia también para abordar el tema.
Seguir leyendo: