Las protestas contra las medidas sanitarias en Canadá, que se prolongan desde hace casi tres semanas, dejaron de ser “pacíficas”, dijo el jueves el primer ministro Justin Trudeau ante la Cámara de los Comunes sobre la implementación de la ley sobre medidas de emergencia.
“Los bloqueos y ocupaciones ilegales no son protestas pacíficas”, dijo, y agregó que era hora de “restaurar la confianza en (las) instituciones”.
La policía canadiense se desplegó masivamente en la mañana del jueves en las calles de Ottawa, ocupadas desde hace casi tres semanas por manifestantes contrarios a las medidas sanitarias.
Por primera vez desde el inicio del movimiento, cientos de policías se posicionaron ante los manifestantes y los camiones que bloquean las calles, señaló la prensa local.
La ciudad de Ottawa, la provincia de Ontario y todo Canadá están en estado de emergencia por este movimiento de protesta sin precedentes, partido de la oposición de los camioneros a vacunarse contra el covid-19 para cruzar la frontera con Estados Unidos y extendido luego a protestas contra el conjunto de las medidas sanitarias y el gobierno.
Las fuerzas de seguridad han levantado barricadas para proteger los edificios del Parlamento. La policía advirtió a los manifestantes que abandonaran la zona “inmediatamente”.
Unos 400 camiones todavía ocupan las calles del centro de Ottawa y muchos camioneros han quitado las llantas de sus vehículos para que sea más difícil quitarlos.
El lunes, en respuesta a esta crisis nacional, el primer ministro invocó el recurso a la Ley de Emergencias por segunda vez en la historia en tiempos de paz en Canadá.
La última ocasión en que se empleó esta disposición, que permite recurrir a “medidas extraordinarias”, fue durante la crisis de 1970 en Quebec, cuando Pierre Elliott Trudeau, el padre del actual primer ministro, ejercía el gobierno.
“El objetivo de todas las medidas, incluidas las financieras, previstas en la Ley de Emergencias, es hacer frente a la amenaza actual y controlar totalmente la situación”, afirmó Justin Trudeau.
“Los bloqueos y las ocupaciones representan una amenaza para nuestra economía y nuestras relaciones con nuestros socios comerciales”, dijo.
“No usamos la ley de situaciones de emergencia para llamar al ejército. No limitamos la libertad de expresión de las personas. No limitamos la libertad de expresión pacífica”, dijo en respuesta a la oposición, que le reprochaba haber invocado esta ley.
En una carta dirigida el miércoles por la noche a los primeros ministros de las provincias, Trudeau consideró que el movimiento de protestas “amenaza la democracia” y socava “la reputación de Canadá en el extranjero”.
Inicialmente minimizadas por las autoridades, las movilizaciones canadienses comenzaron a fines de enero impulsadas por camioneros que protestaban contra la obligación de vacunarse para cruzar la frontera con Estados Unidos.
Pero las protestas abarcaron luego el conjunto de las medidas sanitarias y, para numerosos manifestantes, fueron ocasión de hacer público su rechazo al gobierno de Justin Trudeau.
Los manifestantes, decididos a quedarse “hasta el final”, recibieron el miércoles un ultimátum de la policía, que rodeó los camiones para repartir un volante ordenándoles “abandonar el recinto”.
“Están tratando de asustar a la gente para que no venga este fin de semana”, dijo a la agencia AFP el camionero Kevin Veurink, de 39 años, en reacción a la instalación de estas barricadas alrededor del recinto parlamentario.
Con el logo “Libertad juntos” en la espalda, este hombre que cargaba un carrito con bidones de gasolina dice que está listo para quedarse “hasta que nos arresten, si eso sucede”.
El miércoles por la noche, el nuevo jefe de policía de Ottawa dijo a los funcionarios de la ciudad que disponía de un “plan metódico” para poner fin a la protesta. “Algunas de las técnicas que se nos permite usar y estamos preparados para usar no se ven comúnmente en Ottawa”, advirtió.
El mal tiempo, la lluvia de la mañana y la nieve prevista para la tarde podrían complicar las operaciones de la policía, que se enfrenta a una situación compleja y peligrosa para desalojar a los manifestantes de las calles de Ottawa.
Las fuerzas del orden temen en particular la presencia de “elementos radicales”, pero también de muchos niños en la manifestación, incluidos bebés.
Una de las organizadoras del “Convoy de la Libertad”, Tamara Lich, dijo que esperaba ser arrestada. “Creo que es inevitable a estas alturas”, afirmó en un video subido a las redes sociales.
(Con información de AFP)
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