El canciller alemán, Olaf Scholz, afirmó hoy que la retirada de algunas unidades militares de Rusia de las fronteras de Ucrania es una buena señal, pero debe haber más para rebajar la tensión.
”Que ahora escuchemos que algunas unidades serán retiradas, es una buena señal. Esperamos que haya más”, afirmó Scholz en una rueda de prensa conjunta tras reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin, durante unas tres horas. El encuentro se dio poco después de que Rusia anuncie el regreso de algunas tropas que habían participado en ejercicios militares cerca de la frontera. Aunque muchas otras permanecen desplegadas, Kiev recibió con beneplácito el informe como un avance de las conversaciones diplomáticas.
En la conferencia previa a la reunión, Putin había destacado la importancia de la relación económica entre ambos países. “La economía energética es una de las prioridades (en las relaciones entre Rusia y Alemania). No recuerdo todas las cifras. Son bien conocidas, y podemos mencionarlas en la reunión con los medios de comunicación de hoy. De todos modos, Rusia ha sido un proveedor de energía fiable durante mucho tiempo, durante décadas. Durante décadas no ha habido ni un solo incidente en el suministro de Rusia. Seguimos los principios del mercado y no tenemos ninguna pregunta o duda”.
Posteriormente, afirmó: “Estamos dispuestos a seguir trabajando en común. Estamos dispuestos a seguir el camino de la negociación”.
Scholz, en sintonía, abogó por continuar los diálogos para evitar un conflicto armado. “Estoy expresamente de acuerdo en que las opciones diplomáticas están lejos de agotarse”, dijo.
Alemania y Rusia tienen intensas relaciones económicas. Rusia es el principal suministrador de gas de Alemania.
El gasoducto Nord Stream II, que transporta gas ruso a Alemania a través del Báltico, está ya terminado pero todavía no está operando y una escalada en la crisis de Ucrania podría llevar a que no se autorice su funcionamiento. Berlín se ha mostrado reacio a usar el gasoducto como arma geopolítica, como lo pide Washington para torcer el brazo ruso.
El canciller alemán rechazó someterse a una PCR rusa antes de su entrevista con Putin y, en cambio, se hizo el test necesario en la embajada de su país en Moscú, supervisado por una médica alemana. Por ello, ambos se sentaron en una mesa larga, igual que sucedió con el presidente francés, Emmanuel Macron.
En la víspera, Scholz instó a Rusia a aprovechar las “ofertas de diálogo” para desencallar una crisis que ha despertado en Europa el espectro de una guerra.
Este martes, la ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, exhortó a Rusia a que retire sus tropas de la frontera. “La situación es particularmente peligrosa y puede agravarse en cualquier momento”, alertó la ministra en un comunicado.
Rusia indicó el lunes que está dispuesta a seguir negociando. El máximo diplomático de Rusia le aconsejó a Putin que mantenta el diálogo con Occidente sobre las demandas de seguridad rusas, indicio de que el Kremlin está dispuesto a continuar las gestiones diplomáticas en medio de temores que Rusia está a punto de invadir Ucrania.
Moscú no quiere que la OTAN incorpore a Ucrania ni a otras antiguas naciones soviéticas, y le ha pedido a la alianza militar que frene el envío de armas a Ucrania y que retire sus fuerzas de Europa oriental. Pero la OTAN se niega a aceptar dichas peticiones.
(Con información de EFE y AFP)
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