El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, invocó el lunes poderes de emergencia para poner fin a protestas de antivacunas y contra la medidas sanitarias para frenar el COVID-19 que la policía teme se tornen violentas.
“El gobierno federal ha invocado la Ley de Emergencias para complementar la capacidad provincial y territorial de hacer frente a los bloqueos y ocupaciones”, dijo Trudeau en una conferencia de prensa, y agregó que en esta etapa no se desplegarían militares.
Las protestas en la capital de Canadá han entrado en su día 18, según la emisora pública de la nación.
La Ley de Emergencias otorga al Gobierno federal poderes extraordinarios, incluido el derecho de prohibir los viajes desde o dentro de cualquier área específica y de requisar la propiedad que considere necesaria para manejar la situación.
La ley también permite al Gobierno ordenar la prestación de “servicios esenciales” por parte de cualquier persona e imponer multas de emergencia o prisión por violar las órdenes. Nunca se ha utilizado desde que se promulgó en 1988, pero requiere una “situación urgente y crítica, de carácter temporal, que ponga en peligro la vida, la salud o la seguridad de los canadienses”, según un memorando del Gobierno sobre la legislación.
El Gobierno de Trudeau se ha enfrentado a una presión cada vez mayor para intervenir, luego de que las protestas por los mandatos de vacunación y otras restricciones por el COVID-19 se extendieron la semana pasada al puente que transporta una cuarta parte del comercio de Canadá con Estados Unidos, su mayor socio comercial.
Sin embargo, los nuevos poderes del Gobierno están limitados por la carta de derechos de Canadá y deben ser revisados por legisladores electos. Se debe realizar una consulta pública dentro de los 60 días posteriores al término de la emergencia, de acuerdo con la legislación, y se debe presentar un informe al parlamento dentro de un año.
Las protestas contra las reglas de vacunación, que incluyen cientos de camiones estacionados en las calles de Ottawa, aumentaron a miles durante el fin de semana. Pero los camioneros se encontraron el domingo con contraprotestas de residentes que están enojados porque partes de su ciudad han estado paralizadas, con negocios cerrados y calles intransitables, desde que llegaron los camiones el 28 de enero.
Varias provincias han anunciado planes para deshacerse de las restricciones por el covid, pero Trudeau ha mantenido los mandatos de vacunación que están bajo el control de su Gobierno, incluidos los de los trabajadores del Gobierno federal, los viajeros aéreos y los camioneros que ingresan al país desde EEUU.
El Gobierno de Ontario anunció el lunes que eliminaría muchas de sus medidas de lucha contra la pandemia el próximo mes a medida que disminuyan los casos y las hospitalizaciones.
El primer ministro de esa ciudad Doug Ford declaró una emergencia el viernes, y la policía comenzó a remover a los manifestantes en el puente Ambassador entre Detroit y Windsor, Ontario, el sábado por la mañana. El tramo estuvo bloqueado durante seis días y finalmente se reabrió el domingo por la noche.
La reapertura del puente marca el fin de las protestas más perturbadoras desde el punto de vista económico que se han extendido por Canadá en las últimas semanas. Al menos seis plantas automotrices se vieron obligadas a reducir su producción debido a la escasez de piezas, mientras que los envíos de todo, desde alimentos hasta productos electrónicos, también se vieron obstaculizados.
(Con información de AFP y Bloomberg)
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