La Prefectura de Policía de París informó este sábado de la detención a lo largo de las últimas horas de 54 participantes en las protestas de camioneros que intentaron bloquear la capital francesa para protestar contra las restricciones frente al coronavirus en el denominado Convoy de la Libertad.
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, publicó un mensaje en Twitter en el que agradecidó a los gendarmes y policías movilizados “por hacer cumplir el orden republicano” y garantizar “la libertad de circulación”. Además se presentaron 337 partes por infracciones solo en París y se informaron de 32.100 manifestantes en toda Francia, de los que 7.600 corresponden a París.
Según la Policía, unos 3.000 vehículos han intentado desde esta mañana la entrada en París por los distintos accesos de la carretera de circunvalación del Super-periférico, donde los agentes amonestaron primero verbalmente a los participantes de esta manifestación no autorizada antes de proceder con las detenciones.
Los miembros de los llamados “convoyes de la libertad”, que se manifiestan en contra de las vacunas y de las restricciones para contener la pandemia, lograron sin embargo acceder a los Campos Elíseos de París.
Reunidos en diversas ciudades de Francia a lo largo de la semana, inspirados por los convoyes de camioneros en Canadá, los manifestantes buscaban un golpe de efecto y ninguno mejor que lograr acceder a los Campos Elíseos, el emblemático centro de la capital francesa que ya sirvió de escenario hace unos años de las concentraciones de los llamados “chalecos amarillos”.
Los manifestantes consiguieron burlar los controles policiales y el dispositivo puesto en marcha por la Prefectura, 7.200 agentes, un número similar al desplegado durante los días más duros de los “chalecos amarillos”.
Los coches de los manifestantes, en muchos casos adornados de pancartas y banderas, lograron acceder a la céntrica avenida de la capital y llevar su protesta junto al Arco del Triunfo.
La policía cargó en varias ocasiones para dispersarlos, puesto que la Prefectura no había autorizado esas manifestaciones. La situación fue tensa también en la Plaza de Italia, donde se registraron enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden.
Los vehículos llegaron desde Niza, Lille, Estrasburgo, Vimy (Paso de Calais) o Chateaubourg (Bretaña). Hicieron noche a las afueras de París y este sábado ingresaron a la capital.
De los detenidos, al menos cinco han pasado a disposición policial en el sur de la capital por posesión de hondas para lanzar piedras, según los datos de la Policía recogidos por Le Figaro.
La Prefectura aseguró que unas 337 personas han sido multadas por participación en manifestación no autorizada y recordó que la sanción asciende a 135 euros.
Para evitar la vigilancia policial, los convoyes se han dispersado y se han dado cita en diversas entradas a la ciudad.
Las autoridades siguieron de cerca la situación para evitar imágenes similares a las que hace unos años provocaron las protestas de los llamados “chalecos amarillos”, que dieron la vuelta al mundo.
Los “convoyes de la libertad”, inspirados en los que ha logrado bloquear Ottawa, publicaron a través de las redes sociales una serie de reivindicaciones, que giran en torno a su rechazo a las vacunas y a las medidas para incitar a aplicársela, como el pase vacunal.
En una carta abierta dirigida al presidente, Emmanuel Macron, y al primer ministro, Jean Castex, pidieron que se les devuelva “la libertad de la que durante dos años se (nos) ha privado por circunstancias excepcionales que ya no se dan”. Además, exigen que se abandone la vacunación y que se cree una investigación farmacológica independiente sobre sus efectos.
También reclamaron que vuelvan a sus puestos los sanitarios despedidos por negarse a vacunarse y que se indemnice a todo trabajador que haya sufrido consecuencias por no hacerlo.
Además, algunos de quienes tomaron las calles también protestaron contra el aumento de los precios de la energía y de alimentos. Jean-Paul Lavigne, de 65 años, 40 de ellos trabajando en una fábrica, que llegó el jueves desde Albi (sudoeste), dijo que protestaba contra el alza de precios pero también contra las vacunas, “una mentira de nuestro gobierno”.
Macron sigue con atención este nuevo movimiento de protesta que se produce a dos meses de la primera vuelta de las presidenciales a las que, aunque todavía no se ha declarado candidato de forma oficial, encabeza todas las encuestas.
En una entrevista con el diario Ouest-France, Macron efectuó un llamado a la calma y admitió que hay un cansancio colectivo por la situación que se vive desde hace dos años.
“Este cansancio se expresa de distintas formas: desesperación en unos, depresión en otros. Vemos un sufrimiento mental muy fuerte, en jóvenes y no tan jóvenes. Y a veces este cansancio se refleja en cólera. Lo entiendo y lo respeto”, dijo.
(Con información de AFP, EFE y EuropaPress)
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