Otros tres buques rusos de la Flota del Norte llegaron al mar Mediterráneo para las mayores maniobras navales desde la caída de la Unión Soviética en 1991, según informó hoy la Armada rusa.
Son el acorazado “Mariscal Ustínov”, la fragata “Almirante Kasatónov” y el destructor “Vicealmirante Kulakov”, que cruzaron hace unas horas el estrecho de Gibraltar, según informó la Armada rusa en un comunicado.
El pasado día 4, la Armada ya informó de que seis buques de desembarco de las flotas del Norte y del Báltico habían atracado en el puerto sirio de Tartus, que acoge una base naval rusa.
Los buques -”Piotr Morgunov”, “Gueorgui Pobedonosets”, “Olenegorski Gorniak”, “Korolev”, “Minsk” y “Kaliningrado”- llegaron a Tartus tras partir del puerto de Baltisk, en el enclave báltico ruso de Kaliningrado.
Poco antes también llegaron a la zona tras cruzar el canal de Suez tres buques de la Flota del Pacífico: el acorazado “Variag”, el destructor “Almirante Tributs” y el buque cisterna “Boris Butoma”.
Todos esos buques participarán en los ejercicios navales dirigidos por el jefe de la Armada, Nikolái Yevménov.
Además de en el Mediterráneo, también se realizarán maniobras separadas en los mares del Norte y Ojotsk, en el Océano Pacífico y en la parte nororiental del Atlántico.
El objetivo de las maniobras es “la defensa de los intereses nacionales rusos en los mares” y también “la lucha contra las amenazas militares” para el país.
Rusia niega que las maniobras militares rusas de las últimas semanas representen una “escalada” y un preludio de una invasión de Ucrania por tierra, aire y mar.
En total, en estas maniobras navales participarán más de 140 buques y casi 10.000 soldados, y se llevarán a cabo tanto en aguas territoriales como internacionales.
Por otra parte, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, dijo este lunes en Washington que Europa atraviesa el “momento más peligroso” para su seguridad desde el final de la Guerra Fría, aunque sigue siendo “posible” una “solución diplomática” con Rusia sobre Ucrania.
Cuando se le preguntó por las advertencias de Estados Unidos sobre una posible invasión rusa de Ucrania, Borrell dijo que “compartía una gran preocupación” por esta amenaza.
“Sin duda estamos viviendo, en mi opinión, el momento más peligroso para la seguridad en Europa tras el final de la Guerra Fría”, afirmó.
“Nadie concentra 140.000 soldados fuertemente armados en la frontera de un país” sin que esto “represente una fuerte amenaza”, destacó, y calculó que hay más efectivos rusos a las puertas de Ucrania que los 110.000 mencionados en los últimos días por funcionarios estadounidenses.
“¡140.000 soldados apostados en la frontera, no están para tomar el té!”, exclamó Borrell.
Junto a él, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, negó que haya “alarmismo” en las advertencias de Washington. “No es alarmismo, son solo los hechos”, indicó en rueda de prensa conjunta.
Estados Unidos y las potencias europeas acusan al presidente ruso, Vladimir Putin, de planear una posible invasión de Ucrania y amenazan con sanciones económicas masivas si lo hace.
“No creemos que Putin haya tomado una decisión, pero ha puesto los medios, por si decide hacerlo, para actuar muy rápidamente contra Ucrania de una manera que tendría terribles consecuencias para Ucrania, Rusia y para todos nosotros”, insistió el jefe de la diplomacia estadounidense.
Ambos aseguraron, sin embargo, que todavía no se ha agotado la vía diplomática. “Creemos que aún es posible una salida diplomática a esta crisis”, resumió Borrell. “Esperamos lo mejor, pero nos preparamos para lo peor”.
(Con información de EFE)
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