El papa Francisco afirmó este domingo que hay “campos de concentración” para los migrantes en Libia, y pidió a los países de la Unión Europea (UE) que se pongan de acuerdo para lograr “un equilibrio”, en una entrevista en un programa de la televisión pública italiana Rai, en la que también habló del perdón, de sus amigos y hasta de su pasión por el tango.
“Lo que se hace con los migrantes es criminal, sufren tanto para llegar al mar, hay grabaciones sobre los campos de concentración, sí uso esta palabra, de traficantes en Libia, lo que sufren los que quieren huir, se puede ver en estas grabaciones”, dijo al ser preguntado por Fabio Fazio, presentador de “Che tempo che fa”, de Rai 3.
El pontífice se refirió al Mediterráneo como “el cementerio más grande de Europa”, lamentó que después de todo ese sufrimiento “sean rechazados” y recordó “esas naves que giran esperando un puerto” que las autoridades tardan en conceder.
“Cada país debe decir cuántos migrantes debe acoger, es un problema de política interna, pero la UE debe ponerse de acuerdo y llegar así a un equilibrio”, comentó, citando a España e Italia como los países donde llegan más migrantes, que deben ser “acogidos, acompañados, promovidos e integrados” y más con el descenso demográfico pues “se necesita gente y un migrante integrado ayuda al país”.
Preguntado sobre los 19 migrantes muertos de frío recientemente en Europa, Francisco se refirió a la “cultura de la indiferencia” y de “las categorías” de la sociedad que otorga “el primer puesto a las guerras” y “el segundo a las personas”.
“Hay un problema en las prioridades, y las guerras, lamento decirlo, están ahora mismo en primer lugar. Los niños, los migrantes, los pobres, los que no tienen para comer no cuentan, están en las categorías bajas, no están en los primeros lugares. En el imaginario universal, lo que cuenta es la guerra. Con un año sin fabricar armas puedes dar comida y educación para todo el mundo gratis, pero esto queda en un segundo plano”, aseguró el Papa.
Y puso como ejemplo la guerra de Yemen, “tantos años que hablan de ella” pero no se soluciona porque lo que cuenta es “la venta de armas”, afirmó.
En una larga entrevista desde su residencia de Santa Marta, en el Vaticano, el Papa se refirió a la necesidad de “sentir y tocar” para no caer “en la tentación de mirar hacia otro lado”, así como a que “la capacidad de ser perdonado es un derecho humano”.
“Cuando Jesús habla de cómo comportarse, utiliza la parábola del buen samaritano. Dos personas, quizás incluso buenas, ven a un hombre herido en el suelo y pasan de largo. El samaritano se detiene, toca, siente el dolor y actúa. Ante el sufrimiento que muchas veces vemos y pasamos por alto, olvidamos. Ver no es suficiente, hay que sentir, tocar. Cuando hay alguien viene a confesarse, a menudo pregunto: cuando das limosna, ¿tocas la mano de la persona a la que se la das? ¿Lo miras a los ojos?”, dijo.
Entre otros muchos temas, como el cambio climático, la necesidad de que los padres estén cerca de sus hijos o el peligro del clericalismo dentro de la Iglesia católica, Francisco también contestó a algunas preguntas personales, como que tiene “pocos amigos, pero verdaderos” y “que le gusta la música clásica y el tango”.
“Nos creemos omnipotentes frente a la Tierra. Hay que retomar la relación con la tierra de los pueblos originarios, el buen vivir. Debemos hacernos cargo de la Madre Tierra: los pescadores de San Benedetto del Tronto que vinieron a mí una vez encontraron toneladas de plástico y limpiaron ese tramo de mar. Tirar plástico al mar es criminal, mata”, dijo.
Preguntado sobre si lo había bailado, el papa con cierta ironía respondió que “un porteño que no baila tango no es un porteño”.
(Con información de EFE)
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