Con casi el 42% de los votos y al menos 117 de los 230 escaños de la Asamblea de la República, aunque se espera el recuento de los votos de los portugueses residentes en el exterior, el primer ministro de Portugal, António Costa, se plantea como unificador desde la sede del Partido Socialista, en Lisboa, donde celebró ayer su aplastante victoria en las elecciones legislativas anticipadas.
Apuesta ganada. Revancha luego del revés legislativo a su propuesta de presupuesto. “Mayoría de absoluta sorpresa”, titula este lunes el diario Publico. Esta es la segunda vez que los socialistas obtienen una mayoría en el Parlamento desde la Revolución de los Claveles en 1974. La anterior fue la de José Sócrates en 2005.
El triunfo además sella otra victoria socialista en Europa. Se encuadra en la onda expansiva que en septiembre provoco la llegada del Partido Socialista a Alemania (SPD), ola que entró en las filas del Parlamento Europeo como un síntoma cuyas réplicas se irán conociendo poco a poco.
El resultado de Antonio Costa vuelve a confirmar la alianza celebrada con su par español, Pedro Sanchez. Esta sintonía, suma a Alemania que giró al país más poderoso de la Union Europea hacia la izquierda con Olaf Scholz como canciller. Algo que dio nuevo impulso a las negociaciones en el legislativo comunitario, que acaba de elegir a Roberta Metsola, eurodiputada desde 2013, como el talón de Aquiles de la institución europea.
La sociedad entre Sánchez y Costa ha llevado hasta ahora las riendas de la socialdemocracia europea. Pero la alianza desde diciembre, cuando estreno mandato el sucesor de Merkel, une otro eslabón, algo menos de izquierda, pero que con el SPD logra imprimir una posición más marcado hacia las ideas progresistas en Europa.
Para el jefe de gobierno español es una muy buena noticia. Sánchez ve en Costa a su modelo de convivencia de izquierda, uno de sus referentes. Durante años, además, ambos eran los únicos líderes que tenía la socialdemocracia en la Unión Europea. Ambos políticos se han intercambiaron elogios.
“He visto pocos líderes con las habilidades y capacidades negociadoras del primer ministro”, alabó el presidente español. “Pedro Sánchez es la voz progresista más fuerte en los consejos europeos”, le correspondió Costa, que destacó la visión compartida entre ambos países para afrontar la pandemia. Portugal y España se enfrentaron en la Unión Europea para que la respuesta a la crisis sanitaria fuese desde la solidaridad y no de la austeridad.
Mirando hacia la agenda portuguesa, la primera de las iniciativas del Gobierno de Costa debería ser la aprobación del presupuesto de 2022, rechazado el pasado noviembre, que debería facilitar la llegada de los 16.600 millones de euros del fondo de recuperación europeo. Ahora tendrá luz verde para elaborar un programa de reformas a su propio ritmo.
Hasta ahora había optado por una actitud defensiva, condicionada por las demandas de sus antiguos aliados de extrema izquierda, y se había volcado a los derechos sociales y al aumento del salario mínimo. Pero esta estrategia ha mostrado sus límites, ya que no ha llevado al aumento del resto de los salarios, mientras que cerca del 25% de la población recibe una remuneración cercana al salario mínimo.
Son tiempos políticos que han dado un nuevo brillo a la socialdemocracia en Europa, donde se confirma que estará sentada en la primera fila de la platea. En diciembre pasado, la convención del Grupo Socialdemócrata Europeo, se inflaba por toma del poder en Berlín de Scholz, y acompañada de un viento favorable que parece soplar en el continente.
En pleno centro de Bruselas, donde se reunían las primeras espadas de esta familia política en la Union Europea: el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, la recién estrenada presidenta del Gobierno sueco Magdalena Andersson y el primer ministro portugués, António Costa. También Sanna Marin, la joven que gobierna Finlandia; y una buena lista de comisarios europeos, eurodiputados y futuros candidatos a las elecciones presidenciales francesas, como la alcaldesa de París, Anne Hidalgo.
Con la firmeza, que trae la renovación de Costa, las ideas promocionales que quieren contagiar los socialdemócratas, refuerzan conceptos claves como “igualdad salarial”, “buenos trabajos”, “fomento de la innovación”, “educación”, “vivienda” y “una Europa justa”. “. Y hablan con grandes palabras de victorias, triunfos, oportunidades y responsabilidades.
Después de los primeros compases, Scholz dio la hoja de ruta de la alianza, junto a los otros cinco jefes de gobierno, y los presentadores primero preguntan: “¿Cuál es su visión de la socialdemocracia?”. Los socialistas deben centrarse en los retos que plantea la globalización y los cambios en la industria. “La gente se pregunta si tendrá una vida digna. Y eso, añade Scholz, “es algo que tenemos que preguntarnos”.
Cómo modernizar la industria y cómo estas transformaciones afectarán el empleo en 30 años, intentará esta liga politica, mientras busca lidiar con el cambio climático.