El presidente italiano Sergio Mattarella fue reelecto este sábado por el Parlamento, al cabo de una maratón de votaciones que pusieron en evidencia las divisiones de la coalición gubernamental en un periodo crucial de reactivación económica pospandemia.
Los diputados rompieron en aplausos cuando el presidente de 80 años, cuyo primer mandato termina el 3 de febrero, recibió los votos necesarios para un segundo período de siete años, en la octava ronda de una votación que ha dividido amargamente al gobierno de unidad nacional de Roma.
Mattarella fue reelecto por un septenio, al alcanzar una mayoría de 505 votos sobre un total de 1.009 senadores, diputados y dirigentes regionales habilitados para participar en el sufragio, que aún no ha concluido.
Luego de semanas de incertidumbre, Mattarella, único candidato posible para repetir en el cargo,, aceptó continuar en el puesto aunque era una hipótesis que no estaba en sus planes, confirmaron las propias formaciones. Y es que Mattarella había avanzado que quería retirarse para dedicarse a su familia.
Mattarella se convertirá en el segundo jefe del Estado en repetir en el cargo, después de Giorgio Napolitano, quien lo hizo en 2013, a pesar de que había dicho en varias ocasiones que quería jubilarse. En 2015 y lo sustituyó Mattarella.
“Los italianos no se merecen más días de desconcierto. Tengo la conciencia tranquila, he hecho numerosas propuestas, todas de alto nivel, todas rechazadas por la izquierda. Defendemos que Mattarella siga en el Quirinal (sede de la Jefatura del Estado) y Mario Draghi en el Gobierno”, escribió el líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini.
”Mantener a Mattarella en el Quirinal y a Draghi en el Gobierno es la mejor solución para Italia”, opinó por su parte el ex primer ministro, Matteo Renzi.El líder del progresista Partido Demócrata (PD), Enrico Letta, colgó una fotografía en Twitter en la que se podía leer “Gracias presidente Mattarella”, mientras que el de Forza Italia, Silvio Berlusconi, y el del Movimiento 5 Estrellas (M5S), Giuseppe Conte, dijeron que es el único que puede garantizar la unidad.
Sin embargo, la solución no gustó a la líder del ultraderechista Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, que en las redes sociales subrayó: “Me asombraría que Mattarella aceptara, después de haber rechazado firme y reiteradamente esta hipótesis”.
Nacido en Palermo el 23 de julio de 1941 y padre de tres hijos, Mattarella fue juez del Tribunal Constitucional y varias veces ministro, antes de ser la máxima autoridad del Estado italiano.
Como presidente de la República mantuvo siempre un perfil bajo, pero su carácter discreto no le impidió utilizar las poderosas prerrogativas que tiene su cargo cuando fue necesario, como cuando impidió en 2018 que el primer Gobierno de Giuseppe Conte, formado por la ultraderechista Liga y el Movimiento 5 Estrellas (M5S), nombrara como ministro de Economía al euroescéptico Paolo Savona.
Licenciado en Derecho en 1964 en la Universidad “La Sapienza” de Roma con la máxima calificación y honores, Mattarella enseñó derecho parlamentario en la Facultad de Derecho de la Universidad de Palermo hasta 1983, año en que fue puesto en excedencia por su ingreso a la Cámara de Diputados.
Tres años antes, en 1980, la mafia Cosa Nostra asesinó a su hermano Piersanti Mattarella cuando era presidente de la Región de Sicilia con el partido Democracia Cristiana (DC).
En 1983, Mattarella fue elegido diputado por DC y siguió siendo miembro de la Cámara de Diputados hasta 2008.
En esas siete legislaturas, fue miembro de la Comisión de Asuntos Constitucionales, de la Comisión de Asuntos Exteriores y de la Comisión de Legislación, de la que también fue presidente.
Entre 1987 y 1989 fue ministro de Relaciones con el Parlamento, y entre 1989 y 1990 lo fue de Educación, pero ese año renunció del Gobierno de Giulio Andreotti, como rechazo a la aprobación de la ley Mammì, que reorganizaba los canales televisivos y otorgaba tres de ellos a Mediaset, gigante audiovisual de la familia Berlusconi.
Ya en octubre de 1998 fue elegido vicepresidente del Consejo de Ministros hasta diciembre de 1999, cuando fue designado ministro de Defensa, cargo que ocupó hasta las elecciones de junio de 2001.
En esos años, se aprobó la ley que abolió el servicio militar obligatorio y la que convirtió a los carabineros en una fuerza armada autónoma, pero además Italia desarrolló un papel muy activo en las misiones de mantenimiento de la paz desplegadas para iniciativas de Naciones Unidas en lugares como en Bosnia-Herzegovina, Kosovo y en la ex República Yugoslava de Macedonia.
Mattarella también fue el impulsor del antiguo sistema electoral conocido como “Mattarellum”, con el que se celebraron elecciones entre 1994 y 2001.
En 2008 dejó la vida política, un año más tarde fue elegido por el Parlamento miembro del Consejo Presidencial de Justicia Administrativa, y en 2011 fue designado juez del Tribunal Constitucional.
FRACASO DE LA POLÍTICA
La elección de Mattarella ha evidenciado el fracaso de los partidos políticos para dialogar y encontrar puntos de convergencia.
El líder del PD, Letta, había defendido al actual primer ministro, Draghi, como mejor opción, pero la Liga, Forza Italia y el M5S lo habían rechazado, argumentando que debe seguir su labor en el Ejecutivo en un año relevante, pues Italia ha iniciado el camino de la recuperación económica tras la pandemia y debe demostrar a Bruselas que cumple con las reformas pactadas para recibir ya en 2022 casi 46.000 millones de euros, de los 191.500 millones podrá obtener de fondos europeos hasta 2026.
La coalición de derechas, formada por Forza Italia, Hermanos de Italia y la Liga, había propuesto varios candidatos que fueron rechazados por la izquierda y el viernes se estrelló en el Parlamento con la propuesta de la presidenta del Senado, Maria Elisabetta Alberti Casellati, que sacó incluso menos votos que los que conforman la alianza conservadora, lo que desató una crisis entre los socios por saber quién se había desmarcado de la línea pactada.
Esta alianza tripartita sale duramente dañada tras estos días, pues la líder de Hermanos de Italia no ha ocultado públicamente sus discrepancias con Salvini por la elección de Mattarella y Forza Italia ha señalado que a partir de ahora actuará con independencia.
Salvini, que tomó las riendas de la negociación por parte de la derecha, lanzó el viernes la idea de que la Jefatura del Gobierno fuera ocupada por otra mujer, algo que no ha ocurrido nunca en la historia del país y que respaldó Conte, y entonces uno de los nombres que cobró entonces fuerza fue el de la actual jefa de los servicios secretos del país, Elisabetta Belloni.
Pero fue tildada de “inaceptable” por el exprimer ministro Matteo Renzi y también este sábado el diputado de Forza Italia, Antonio Tajani, reconoció que su formación preferiría un perfil político.
(Con información de EFE y AFP)
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