El monje budista Thich Nhat Hanh, uno de los más influyentes del mundo por promover la práctica del “mindfulness” a Occidente, falleció el sábado en Vietnam a los 95 años, señaló su organización en su cuenta de Twitter.
Este monje y activista por la paz es considerado el artífice de la introducción en las culturas occidentales del “mindfulness” o atención plena, una terapia de meditación destinada a tomar conciencia total del presente sin evaluarlo.
El maestro “falleció en paz” en el templo Tu Hieu en la ciudad de Hue, el corazón del budismo en Vietnam, indicó la Comunidad de Budismo Comprometido de la Aldea de Plum, su organización de enseñanza.
El maestro zen tenía un rango dentro del budismo considerado el segundo después del dalái lama.
Durante décadas, Thich Nhat Hanh ha promovido esta técnica en los países occidentales (en casas de celebridades de Hollywood o en empresas de Silicon Valley) antes de volver a Vietnam en 2018 tras casi cuatro décadas de exilio en Francia.
En ese tiempo organizó retiros por todo el mundo y escribió alrededor de cien libros sobre “mindfulness” y meditación.
El monje de sonrisa serena fue expulsado de su país por pedir el fin de la guerra de Vietnam. Luego no se le permitió volver porque defendía la libertad religiosa, incluida en el régimen comunista vietnamita donde la fe estaba estrictamente controlada.
Las autoridades le permitieron pasar sus últimos días en el templo Tu Hieu, aunque vigilado de cerca por la policía que estaba siempre apostada en los alrededores del complejo religioso, convertido en lugar de peregrinaje para sus devotos. Sus mensajes no siempre fueron bien recibidos porque las autoridades del partido único de Vietnam desconfían de la religión.
Pese a ello, el periódico Cong An Nhan Dan, considerado el portavoz oficial del Ministerio de Seguridad Pública, publicó el domingo un homenaje al escritor, poeta, erudito, historiador y activista por la paz, calificándole de “maestro espiritual que ejerció una profunda y amplia influencia en todo el mundo”.
El féretro de Thich Nhat Hanh debería permanecer en la sala de meditación durante una semana antes de una ceremonia de cremación el próximo sábado.
A primera hora de la mañana del domingo, los monjes que cantaban llevaron su cuerpo cubierto por una sábana amarilla junto con paraguas decorativos entre la multitud.
El olor a incienso flotaba en el aire mientras ponían su cuerpo en un ataúd de madera y lo colocaban en la sala de meditación decorada con margaritas amarillas.
Los monjes budistas con túnicas amarillas y marrones recitaron oraciones y los seguidores vestidos de gris permanecieron en silencio.
Entre los asistentes estaba Tran Dinh Huong, de 46 años, que viajó apresuradamente desde Hanói para presentar sus respetos.“Leí muchos de sus libros y sus palabras me ayudaron mucho cuando estaba deprimida o pasaba por dificultades”, dijo a la AFP. “Creo que pasará mucho tiempo hasta que Vietnam y el mundo vuelvan a tener un maestro tan grande”, aseguró.
(Con información de AFP)
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