El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi anunció el sábado a sus socios su renuncia a aspirar a la jefatura del Estado, a dos días del inicio de este trámite parlamentario, informaron en su coalición conservadora.
El magnate, en su mansión de Arcore (en el norte del país), reunió esta tarde por videoconferencia a sus ministros y colaboradores para estudiar su eventual candidatura a la presidencia de la República, para lo que lleva días tratando de sumar apoyos parlamentarios.
Después tuvo lugar otra reunión con sus socios de coalición, los ultraderechistas Matteo Salvini y Giorgia Meloni, y les transmitió su decisión de renunciar y de proponer un nombre de forma conjunta.
“Elección decisiva y fundamental, Berlusconi ofrece un gran servicio a Italia y al centroderecha, que ahora tendrá el honor y la responsabilidad de dar sus propuestas sin vetos de la izquierda”, indicó Salvini en un breve comunicado.
Una de las exigencias de Berlusconi fue que el actual primer ministro, el economista Mario Draghi, cuyo nombre es la principal apuesta para el cargo, siga al frente del Gobierno, y se elija a otro candidato que proponer al resto de fuerzas políticas.
El lunes el Parlamento italiano, reunido en sesión conjunta -630 diputados, 320 senadores y 58 delegados regionales-, empezará a votar al sucesor de Sergio Mattarella en la jefatura del Estado para los próximos siete años.
Ni la derecha ni la izquierda tienen los escaños suficientes para imponer a un candidato y por eso las aspiraciones de Berlusconi habían bloqueado la negociación, pues sus rivales, como el Partido Demócrata o el Movimiento 5 Estrellas, lo veían “inaceptable”.
Mañana domingo todos los partidos italianos celebrarán asambleas y encuentros con otros líderes para limar estrategias, pues el acuerdo aún parece lejano.
Draghi es una de las apuestas predilectas porque cuenta con un gran apoyo y de hecho dirige desde febrero del 2020 un Gobierno para gestionar la pandemia, sostenido por todos los partidos del hemiciclo menos por los ultras Hermanos de Italia de Meloni.
El ex presidente del Banco Central Europeo había dejado caer su disponibilidad a acceder al mayor cargo del país en la tradicional rueda de prensa de fin de año, pero su “ascenso” es temido por algunos partidos porque podría derivar en un adelanto electoral.
Ya que su llegada al Quirinal implicaría tener que buscarle un sustituto en el Ejecutivo como primer ministro, y no está claro si los partidos lograrían encontrar una figura “imparcial” como él para llevar la legislatura a su término natural, en 2023.
Con información de EFE
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