Una madre en Reino Unido mató a su babé recién nacida asfixiándola contra la cama de un hospital, en lo que podría haber sido un caso de homicidio involuntario.
La mujer, Aimee Jones, de 32 años, dio a luz a la pequeña Keira Mae Jones en la madrugada del 14 de mayo de 2020 en el Hospital de Barnsley (Inglaterra) después de ser inducida a parto.
La madre estaba tomando analgésicos a base de opioides durante el embarazo y estaba decidida a entregar a su hija a un hogar de crianza apenas naciera. Pero por el consumo de drogas de Jones, la recién nacida tuvo que permanecer en el hospital hasta cinco días internada, pues la niña sufría síntomas de abstinencia.
El 16 de mayo, apenas dos días después de nacer, la niña sufrió un daño cerebral catastrófico y fue encontrada boca abajo en la cama de su madre en la sala de neonatología del hospital. Luego de intentos desesperados por resucitar a Keira-Mae, se le colocó soporte vital, pero se le desconectó cuatro meses después.
Los análisis de sangre y orina tomados de Aimee Jones unas horas después de que se encontró que la niña no respondía revelaron que había tomado cocaína recientemente.
El caso tiene conmocionada a Inglaterra y esta semana se llevó a cabo el juicio que podría enviar a la madre a prisión.
La doctora Dianna Garside, toxicóloga que declaró en la audiencia, le dijo al medio Yorkshire Live que la evidencia sugería que Aimme habría consumido la droga en una ventana de tres días antes de que la bebé fuera encontrada muerta, es decir, el 14 de mayo, día en que nació Keira Mae.
Aimee Jones fue arrestada bajo sospecha de “superposición criminal” por llevar a la niña a la cama mientras estaba bajo la influencia de sustancias en ese momento.
Ella negó que estuviera drogada horas antes de que su hija muriera, pero también dijo que alguien con cocaína podría cuidar a un bebé porque “te pone más alerta”.
El padre de Keira-Mae y esposo de Aimee, Alex Jones, de 38 años, también fue arrestado bajo sospecha de pervertir el curso de la justicia, pero ambos fueron liberados más tarde.
El forense principal David Urpeth dictaminó ayer que la niña había muerto debido al “acto ilegal de la madre”, y agregó que estaba “sorprendido” de que no se hubieran presentado cargos contra ella.
“Creo que la muerte de Keira-Mae Jones se debió al acto ilegal de la madre. Estoy convencido de que el hallazgo de la causa de muerte en este caso en el balance de probabilidad es un homicidio ilegítimo”, afirmó Urpeth.
La investigación escuchó a la vecina de al lado de la madre, quien dijo que se acercó a Aimee en los días posteriores a que Keira-Mae recibiera soporte vital.
La vecina le dijo a la corte que estaba ‘mortificada’ cuando Aimee le dijo “la asfixié, lo hice”. Además, dijo al tribunal que Aimee y Alex solían organizar fiestas en casa, lo que se informó a la policía en los días posteriores a la muerte de Keira-Mae.
También se escuchó el testimonio de una de las parteras del hospital que atendió el nacimiento de Keira-Mae: dijo que cuando entró a la clínica Aimee estaba particularmente alerta y exaltada.
Sin embargo, dijo que estaba negativa e irritable el día del incidente después de discutir con su pareja sobre la posibilidad de que le quitaran sus 16 perros.
Este cambio de comportamiento se describió como “errático” en varias declaraciones de testigos del personal de la sala.
En su hallazgo, Urpeth dijo que creía que este cambio de humor era causado por el abuso de sustancias, pero Jones lo negó.
Alrededor de las 6 de la tarde del 16 de mayo de 2020, Aimee afirma que llevó a Keira-Mae a la cama para alimentarla. Dijo que su ‘próximo recuerdo’ fue despertarse a las 8 de la noche, cuando encontró a Keira-Mae boca abajo en la cama.
Los médicos se apresuraron a salvar la vida de Keira-Mae e inicialmente pudieron resucitarla.
Mientras tanto, según los informes, Aimee Jones reunió sus pertenencias en una bolsa de transporte y escribió una nota disculpándose con Keira-Mae diciendo que “estaba mejor sin mí”.
Luego se encontró con Alex en el estacionamiento del hospital, quien la convenció de volver a entrar.
En ese momento, Keira-Mae estaba siendo preparada para ser transferida a otra sala, donde pasaría el resto de su corta vida con soporte vital con daño cerebral ‘catastrófico’.
Una muestra de sangre tomada de Aimee menos de dos horas después del incidente mostró subproductos del consumo de cocaína. También se tomó una muestra de orina.
De acuerdo con el forense Aimee habría tomado la cocaína el mismo 16 de mayo, día en que su hija recibió las lesiones que le ocasionarían la muerte.
Él escribió en su informe: “Encuentro como un hecho que hubo cambios sustanciales y dramáticos en su comportamiento el 16 de mayo y estos indican intoxicación. Por lo tanto, teniendo en cuenta ambos, creo que, en términos de probabilidad, el momento más probable en que se tomó la cocaína fue en el hospital el 16 de mayo”.
Aimee, que estaba presente para declarar, se fue antes de que se completara el fallo.
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