Al menos doce combatientes del grupo terrorista Estado Islámico (EI) han muerto en la violencia desencadenada tras un motín de presos en el noreste de Siria, informaron este viernes las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), sin confirmar el número de bajas en sus propias filas.
Las FSD, una alianza armada liderada por kurdos a cargo de la seguridad en la zona, indicaron en un comunicado que siete terroristas fueron asesinados por un grupo de compañeros del EI cuando trataban de “entregarse” en la prisión de “Geweran”, en la provincia de Al Hasaka.
Se suman a los cinco yihadistas abatidos de madrugada por las fuerzas kurdosirias durante los enfrentamientos registrados en la zona después de que los prisioneros de “Geweran” se amotinaran el jueves, aprovechando la explosión de un coche bomba en sus inmediaciones.
Este viernes tuvo lugar un segundo motín en la cárcel, mientras varios combatientes radicales continúan luchando agazapados en residencias civiles de un barrio cercano, según los kurdosirios.
Una fuente de las FSD que pidió el anonimato confirmó a la agencia de noticias Efe la existencia de “muertos y heridos” en sus filas, si bien por el momento no pudo ofrecer un recuento completo debido a que los choques continúan “con toda su fuerza”.
Por su parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una ONG con sede en el Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno, situó el número total de fallecidos en 41, en su mayoría terroristas y efectivos kurdosirios.
La Policía kurda o Asayish, que lucha junto a las FSD en Al Hasaka, anunció en un comunicado que queda prohibido entrar y salir de la ciudad “hasta nuevo aviso” y pidió a la población que reporten cualquier “movimiento sospechoso” a las autoridades.
Este no es el primer motín en “Geweran”, donde están recluidos unos 3.500 combatientes y líderes del EI, pero el Observatorio lo considera el “mayor ataque de este tipo” desde la derrota territorial del grupo yihadista en Siria en marzo de 2019.
Miles de combatientes del EI y sus familiares permanecen en cárceles o en campamentos de refugiados administrados por los kurdosirios en el noreste del país, la mayoría de ellos tras haber sido detenidos durante la ofensiva para expulsarlos de los últimos territorios que controlaban en esa región.
(Con información de EFE)
SEGUIR LEYENDO: