Alemania registró hoy un nuevo máximo de incidencia semanal y superó por primera vez la marca de los 600 casos en siete días por 100.000 habitantes, además de rebasar por segundo día consecutivo las 100.000 infecciones en 24 horas.
Según los datos actualizados este jueves por el Instituto Robert Koch (RKI) de virología, la incidencia en siete días se situó en los 638,8 casos, frente a los 584,4 notificados ayer y los 427,7 de hace una semana. Es el séptimo récord consecutivo en cuanto a nivel de incidencia acumulada. El total de infecciones verificadas en las últimas 24 horas fue de 133.536, mientras que el número de fallecidos con o por la covid-19 fue de 236.
Alemania había superado ayer por primera vez en toda la pandemia los 100.000 nuevos contagios en 24 horas, al alcanzarse la cifra de 112.323. Hace una semana el total diario fue de 81.410 nuevos contagios. Los niveles de incidencia son especialmente altos en Berlín, con 1.154,2 casos por siete días y 100.000 habitantes.
El ministro de Sanidad, el socialdemócrata Karl Lauterbach, ha avanzado que hacia mediados de febrero podría alcanzarse en el país el pico de contagios a causa de la expansión de la variante ómicron.
Lauterbach considera, asimismo, que ante esa evolución debería priorizarse la aplicación de test PCR a pacientes en los que de otro modo no pueda descartarse una infección de covid-19 y ante el peligro de que los laboratorios queden desbordados en sus capacidades para practicar estos análisis.
En Alemania, todo ciudadano tiene derecho a al menos un test de antígenos gratuito por semana, ampliable a más por imperativos laborales o de otra índole.
Estos tests de antígenos se realizan en los múltiples puestos establecidos en todo el país, sin cita previa ni ningún otro condicionante. La tasa de ciudadanos con la pauta completa de vacunación se sitúa en el 72,9 %, mientras que la población que además recibió la dosis de refuerzo está en el 48,3 %.
Alemania ha impulsado un endurecimiento de las restricciones para frenar la propagación. Los bares y restaurantes, que solo permitían el acceso a personas completamente vacunadas o recuperadas, ahora deben también pedir una dosis de refuerzo o un test negativo a sus clientes.
Además se han limitado las reuniones privadas a un máximo de diez personas o a personas de solo dos hogares si una de las personas no está vacunada.
El nuevo canciller Olaf Scholz quiere aprobar la vacunación obligatoria entre sus 83 millones de ciudadanos, de los que solo 60 millones disponen de la pauta completa.
Pero la medida causa rechazo o recelo, incluido entre sus compañeros de coalición centristas del FDP, que dudan del proyecto. Además, cientos o miles de personas se han protestado contra las restricciones del gobierno por la pandemia.
Aun así, Scholz insistió la semana pasada en su primera sesión parlamentaria como canciller. “Creo que es necesario y abogaré activamente por ello”, dijo.
(con información de EFE y AFP)
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