El principal sindicato francés de docentes de escuelas primarias, Snuipp-FSU, lanzó una convocatoria de huelga nacional para el próximo 13 de enero para protestar contra el “caos” derivado de la gestión de la pandemia y para obtener unas condiciones “seguras” frente a Ómicron.
El Snuipp-FSU “llama al personal de escuelas a participar en la huelga del jueves 13 de enero ante el caos, el desprecio y las mentiras, para obtener las condiciones de una escuela segura frente a Ómicron”, indica el colectivo en un comunicado.
El sindicato denuncia un “lío indescriptible” tras la aplicación de las nuevas medidas contra la oleada de casos por la expansión de la variante Ómicron y propone al resto de sindicatos de educación que se sumen a la protesta.
“La situación desde el regreso a las aulas en enero ha generado un lío indescriptible y un sentimiento fuerte de abandono y rabia entre el personal educativo”, denuncian y lamentan que la reunión con el Ministerio de Educación este jueves no resultara productiva.
Piden que se vuelva a implantar el protocolo de cierre de aulas cuando se registre un caso positivo, así como el aislamiento del círculo familiar y que se instale una política de test preventivos de forma semanal y sistemática.
El protocolo actual para las escuelas de primaria en Francia, que reabrieron el pasado lunes, establece que si se detecta un positivo en un aula, todos los alumnos de esa clase deberán someterse a tres pruebas COVID. La primera el mismo día en que se detecte el contagio en el aula que, en caso de resultar negativo, permitirá continuar yendo a clase.
Para la realización de las dos pruebas posteriores, el alumno recibirá gratuitamente en la farmacia otros dos autotest que realizará al segundo y al cuarto día.
El sindicato exige además que se distribuyan mascarillas quirúrgicas y FFP2 de forma inmediata para el personal, así como autotest dentro de las escuelas.
El ministro de Educación anunció esta semana que “de aquí a finales de enero” se distribuirán mascarillas quirúrgicas para los profesores, que sustituirán a las de telas que ofrecían hasta ahora, una medida que para el colectivo educativo llega dos años tarde.
El sindicato lamenta que el objetivo del Gobierno de mantener la escuela abierta para que los padres sigan yendo al trabajo y los niños mantengan el vínculo con la educación se está haciendo a costa de la salud de los profesores.
Y reclaman al Ejecutivo que actúe para ampliar el número de profesores ausentes ante el abundante número de bajas, cuando el ministerio cifró ayer el número de profesores positivos en 5.631, un récord hasta la fecha.
(Con información de EFE)
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