A medida que aumentan las tensiones con Estados Unidos, Occidente ve cada vez con mayor preocupación las últimas maniobras del régimen chino. La “guerra” con Washington no se reduce únicamente al ámbito comercial. Vinayak Bhat, coronel retirado del Ejército indio, fue contundente respecto a las aspiraciones de Beijing, al advertir que el Partido Comunista Chino (PCCh) busca “dominar y controlar el mundo”.
Ni las denuncias por violaciones a los derechos humanos, ni las acusaciones por su manejo negligente desde el inicio de la pandemia, detienen la sed expansionista del régimen de Xi Jinping.
El propio Xi Jinping lanzó meses atrás un fuerte mensaje a Occidente, en medio de las celebraciones por el centenario del PCCh. “El pueblo chino no permitirá nunca que fuerzas extranjeras le intimiden y le opriman. Quien lo haga corre el riesgo de ser aniquilado ante una Gran Muralla de acero edificada por 1.400 millones de chinos (…) El gran renacimiento de la nación china ha entrado en un proceso histórico irreversible”, dijo el pasado 1 de julio frente a una multitud de jóvenes y de miembros del partido congregados en la Puerta de Tiananmen, desde donde Mao Zedong proclamó la República Popular en 1949.
Aunque los funcionarios chinos rechazan tajantemente los señalamientos de que Beijing se dedica al expansionismo militar, alegando que el país desarrolla sus fuerzas de defensa para proteger su soberanía, seguridad e intereses nacionales, el ambicioso plan ya está en marcha.
En un artículo publicado este miércoles, The Washington Times asegura que el gigante asiático busca la dominación mundial a través de una red “comercial y militar”.
Desde hace casi una década China impulsa la Iniciativa de la Franja y la Ruta -conocida como la nueva Ruta de la Seda-, un programa multimillonario de infraestructuras y desarrollo que tiene como objetivo establecer enlaces marítimos y ferroviarios entre China y el resto del mundo. El proyecto comprende a 60 países, entre los cuales reúnen el 75% de las reservas energéticas mundiales y al 70% de la población global.
Además de intentar consolidar su estatus de superpotencia económica, el régimen chino ha redoblado esfuerzos en los últimos años para ganar apoyos de los países en desarrollo.
En el marco de esta Iniciativa de la Franja y la Ruta, China cuenta con una red de más de 95 instalaciones portuarias en todo el mundo, por medio de la cual Beijing busca ampliar su poder sobre el flujo internacional de mercancías para garantizar el dominio de los productos chinos en el mercado mundial.
Sin embargo, analistas y especialistas alertan que esos puertos también tienen propósitos militares. Un funcionario norteamericano describió la red portuaria china como un sistema de doble uso para atender las necesidades civiles y militares del régimen.
En esa línea, un informe de la Escuela de Guerra Naval de Estados Unidos advirtió que, los 95 puertos de ultramar podrían servir como puntos de acceso estratégicos para el Ejército Popular de Liberación (EPL) chino.
“Los objetivos de esta política son fuertemente apoyados por el EPL a través de sus bases de ultramar, que son cuidadosamente elegidas para controlar todas las vías marítimas estratégicas de comunicación, así como las redes de carreteras que forman parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta”, dijo el coronel Bhat. Y agregó: “Las bases de ultramar del EPL (…) se utilizan como una herramienta para promover los objetivos del PCCh para dominar y controlar el mundo”.
Este miércoles, un día después de firmar un tratado de no proliferación nuclear, China anunció que continuará “modernizando” su arsenal. Según reveló un funcionario norteamericano bajo condición de anonimato a The Washington Times, uno de los mayores peligros que se esconden tras la emergente red de puertos chinos es el desarrollo de misiles de largo alcance capaces de ser disparados desde lanzadores disfrazados de contenedores marítimos.
Esa fuente detalló que el Ejército Popular de Liberación está construyendo una variante del misil de crucero de largo alcance YJ-18 que puede ser disparado desde un lanzador móvil disfrazado de contenedor, de 12 metros de largo. Es decir, una vez que el programa se encuentre completamente desarrollado, el sistema podría convertir los puertos de contenedores de China en bases de misiles de crucero.
“En el improbable escenario de una guerra con China, los primeros ataques probablemente vendrán de los misiles en contenedores”, señaló el funcionario norteamericano.
“El despliegue de misiles lanzados desde contenedores en su flota mercante aumentaría significativamente las capacidades bélicas de China”, alertó, por su parte, el capitán retirado de la Marina, Raúl Pedrozo, en la última publicación de la revista International Law Studies.
El especialista indicó que, una vez que los misiles de contenedores se encuentren perfeccionados, “proporcionarán a China una capacidad de ataque de precisión de largo alcance que puede atacar tanto a combatientes de superficie como a objetivos terrestres”.
Los puertos chinos incluyen 31 en el Atlántico, 25 en el Océano Índico, 21 en el Pacífico y 16 en el Mediterráneo. En tanto, 22 se encuentran en Europa, 20 en Medio Oriente y 20 en África. La mayoría están cerca de vías marítimas vitales, como el Canal de la Mancha, el Estrecho de Malaca, el Estrecho de Ormuz, el Canal de Suez, el Estrecho de Gibraltar y el Estrecho de Turquía.
Todas las instalaciones están operadas por cuatro compañías chinas: China Ocean Shipping Co. (Cosco), Hutchison, China Merchants Port y China Merchant Port (Terminal Link).
El control chino de esos puertos, advierten los especialistas, podría allanar el camino a los buques de guerra del EPL. De 2014 a 2018, la Armada china desplegó más buques de guerra que las fuerzas navales de Gran Bretaña, Alemania, India y España combinadas.
Ese enorme despliegue, que para muchos representa un desafío directo a Estados Unidos, incluye portaaviones y barcos con misiles guiados.
“Una red logística militar global del EPL y las instalaciones militares del EPL podrían tanto interferir con las operaciones militares estadounidenses como apoyar operaciones ofensivas contra Estados Unidos a medida que los objetivos militares globales de la RPC evolucionen”, señala el último informe anual del Pentágono.
Ese reporte indica, además, que el régimen chino está ampliando su presencia a nivel global con planes para construir bases e instalaciones en países como Camboya, Myanmar, Tailandia, Singapur, Indonesia, Pakistán, Sri Lanka, Emiratos Árabes Unidos, Kenia, Seychelles, Tanzania, Angola y Tayikistán.
Pero sus planes expansionistas no terminan ahí. De acuerdo a lo informado por el boletín de noticias en línea Silk Road Briefing, China ha estado operando durante dos años una base en las montañas Pamir, de Tayikistán, al tiempo que estaría construyendo otra en la frontera de ese país con Afganistán.
Otros informes sostienen que el régimen chino está negociando con Irán para la creación de bases militares en el Golfo Pérsico, más precisamente en la isla de Kish o en el puerto de Chabahar. El gigante asiático también tendría planeado establecer una base en el puerto Khalifa, de los Emiratos Árabes Unidos.
China también ha expandido su poder militar en África. El Gobierno de Estados Unidos cree que el gigante asiático está cerca de construir su primera base militar en el océano Atlántico, en concreto en Guinea Ecuatorial. Lo propio ocurre en América Latina, donde crece la influencia china en países como Cuba, Panamá y El Salvador.
Pero en Washington también preocupa la creciente presión de Beijing para controlar varios puertos europeos. La empresa estatal China Ocean Shipping Co. (Cosco), bajo el control directo del Ministerio de Transporte chino, tiene el contrato para gestionar el puerto griego del Pireo.
Otros puertos importantes vinculados al régimen chino en Europa incluyen las instalaciones de Cosco en Zeebrugge, Bélgica, y Valencia, España.
Matthias Postl, investigador asociado de la academia de defensa del ejército austríaco, afirmó que las iniciativas económicas globales de China sirven de cobertura para objetivos a largo plazo, como la expansión militar que podría incluir nuevas bases del EPL en Trieste (Italia), Lamu (Kenia), Eyl (Somalia), Bagamoyo (Tanzania), Bata (Guinea Ecuatorial), Tánger (Marruecos) y El Hamdania (Argelia).
“Las bases estratégicas de doble uso están ganando terreno porque ofrecen beneficios logísticos en tiempos de paz, así como de inteligencia y comunicaciones”, advirtió Postl.
Sin embargo, mientras China redobla esfuerzos para expandir su dominio militar, el gobierno norteamericano trabajaba tras bambalinas para limitar o bloquear la extensa red de bases chinas. Según The Washington Times, la Casa Blanca apela a una combinación de incentivos económicos y advertencias a las naciones de todo el mundo de que habilitar los puertos controlados por China pondrá en peligro la asistencia de seguridad de Estados Unidos.
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