La Asamblea Nacional adoptó esta madrugada en primera lectura el proyecto de ley para introducir en Francia el pasaporte de vacunación, que veta el acceso a bares, restaurantes y lugares públicos a los no vacunados contra el coronavirus.
El texto fue aprobado por 214 votos a favor, 93 en contra y 27 abstenciones, tras tres días de arduos debates que llevaron hasta en dos ocasiones a la suspensión de la sesión.
El proyecto pasará ahora al Senado antes de su regreso a la Asamblea para una adopción definitiva, pero es poco probable que sea promulgado para el 15 de enero, cuando el Gobierno preveía ya su uso.
Con esta nueva medida, todos los mayores de 12 años deberán justificar su pauta de vacunación para acceder a actividades de ocio, restaurantes, ferias y transporte público, para lo que ya no será posible mostrar un test negativo, a excepción de los hospitales.
El lunes, durante el primer debate, los diputados de la oposición aprovecharon la ausencia de la mayoría para suspender el voto y evitar que se prolongara durante toda la noche.
El martes a última hora, la publicación de unas declaraciones del presidente, Emmanuel Macron, en las que aseguraba querer “fastidiar” a los no vacunados con el pasaporte sanitario, despertó la cólera de numerosos diputados, lo que llevó también a suspender la sesión.
Este miércoles, el primer ministro, Jean Castex, tuvo que intervenir en la apertura del debate para tratar de calmar los ánimos.
El país supera desde hace una semana todos los récords de contagios del coronavirus. El martes hubo 332.252 nuevos casos confirmados, cuando hay además unos cinco millones de personas que todavía no se han vacunado.
Las hospitalizaciones también están subiendo: hay 20.688 pacientes ingresados, 502 más en un día, de los cuales 3.695 están en unidades de cuidados intensivos.
(Con información de EFE)
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