El presidente de Kazajistán, Kasim Jomart Tokayev, aceptó este miércoles la renuncia del Gobierno del país y ha asignado al vice primer ministro, Aliján Smailov, como primer ministro en funciones, poco después de una protesta que tomó por asalto dependencias del gobierno de Almaty.
Manifestantes irrumpieron en el principal edificio de la administración de esa ciudad, la capital económica de Kazajistán, en medio de unas protestas sin precedentes tras el aumento de los precios del gas.
Iniciado el domingo en una ciudad de provincia, el movimiento de ira se extendió el martes por la noche a Almaty, la mayor urbe del país, cuando cerca de 5.000 personas se congregaron y fueron dispersadas por la policía con gases lacrimógenos.
El miércoles por la tarde, varios miles de manifestantes irrumpieron en el edificio de la administración de la ciudad, consiguiendo entrar a pesar de los disparos de granadas y más gases por parte de la policía.
Esta crisis es la mayor amenaza hasta la fecha para el régimen establecido por el expresidente Nursultán Nazarbayev, un aliado del mandatario ruso Vladimir Putin, que dirigió esta antigua república soviética hasta 2019 y aún mantiene una gran influencia.
Las medidas de Tokayev
El presidente de Kazajistán decretó un toque de queda y el estado de emergencia como respuesta a las estas protestas, poco comunes en este país de Asia central.
Una orden publicada en la web presidencial señaló que Kassym Jomart Tokayev había aceptado la renuncia del gabinete del primer ministro Askar Mamin. Hasta la formación de uno nuevo, el vice primer ministro Alikhan Smailov dirigirá el gobierno interinamente, precisó.
Más de 200 personas fueron detenidas en las manifestaciones por “perturbación del orden público” y 95 policías resultaron heridos, informó el ministerio del Interior. Los manifestantes bloquearon las carreteras y la circulación, agregó el ministerio.
El estado de emergencia decretado por Tokayev entró en vigor el miércoles hasta el 19 de enero e implicará la imposición de un toque de queda entre las 23:00 y las 7:00.
Previamente, el presidente se había dirigido a la población en un video colgado en redes sociales para pedir “prudencia” y “no ceder a las provocaciones”.
Los servicios de mensajería de WhatsApp, Telegram y Signal no funcionaban por la noche en Kazajistán, un país de 19 millones de habitantes.
El Kremlin, inquieto
Rusia dejó en claro que le disgustó ver la crisis en el país vecino, gobernado por un aliado y con el que ma ntiene una relación estrecha: “Somos favorables a una solución pacífica dentro del marco legal y constitucional, vía el diálogo y no con disturbios en la calle o violando las leyes”, dice el comunicado emitido por el ministerio de Relaciones Exteriores ruso.
“Seguimos atentamente los acontecimientos en el país vecino y hermano”, indicó también.
El ministerio de Exteriores ruso expresó su esperanza de constatar “un retorno cuanto antes a la normalidad en este país, con el que Rusia está vinculada por una alianza y una asociación estratégica, además del simple contacto fraterno y humano”.
“Que se vaya el viejo”
El movimiento contra el alza de precios del gas empezó el fin de semana en la localidad de Janaozen, en el corazón de la región occidental de Mangystau, antes de propagarse a Aktau, a orillas del mar Caspio, y a la capital Almaty.
La televisión informó este miércoles que el director de una usina de gas en la región de Mangystau fue destituido por haber “aumentado el precio del gas sin razón”.
En Almaty, la policía dispersó a una multitud de 5.000 personas con gases lacrimógenos. Los manifestantes gritaban “gobierno dimisión” y “que se vaya el viejo”, en alusión al expresidente Nazarbáyev, mentor de Tokayev.
El miércoles por la tarde, corresponsales de AFP también vieron otro tipo de escenas, en las que hombres uniformados de policía colocaron sus escudos y sus cascos en una pila y abrazaron a los manifestantes. “¡Pasan a nuestro lado!”, exclamó una mujer.
El presidente tuiteó el martes que las autoridades habían decidido reducir de 120 a 50 tengues (0,11 dólares) el precio del litro de gas licuado de petróleo (LPG) en Mangystau para “asegurar la estabilidad del país”, aunque eso no apaciguó las protestas.
También se reportaron pequeñas marchas y detenciones en la capital Nursultán (antes Astaná), llamada así en honor a Nazarbáyev. De 81 años, mantiene un fuerte control del país como presidente del consejo de seguridad y “Líder de la Nación”, un rol constitucional que le garantiza privilegios políticos e inmunidad ante la justicia.
Las protestas espontáneas y no autorizadas son ilegales en Kazajistán a pesar de una ley aprobada el año pasado para suavizar algunas restricciones en la libertad de reunión.
Con información de EFE, AFP y Reuters
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