Varias ciudades chinas impusieron confinamientos o restricciones a los viajes tras hallar nuevos brotes de COVID-19 cuando el país se prepara para albergar los Juegos Olímpicos de Invierno y celebrar el Año Nuevo chino, donde son habituales los desplazamientos masivos.
Al margen del confinamiento de la ciudad de Xi’an, donde los residentes no pueden salir de sus casas desde el pasado 23 de diciembre, también se han decretado cuarentenas parciales en localidades como Ningbo, en la provincia oriental de Zhejiang, o en Yuzhou, en la central de Henan.
Allí, solo puede salir de casa un familiar cada dos días para comprar víveres, aunque en las zonas más afectadas por el brote el confinamiento será total, según el diario Global Times.
Henan tan solo ha informado de nueve positivos por transmisión local desde el pasado 3 de enero, suficiente para que las autoridades prohibieran este miércoles el transporte interprovincial, además de la suspensión de eventos en lugares públicos.
En la capital de la provincia, Zhengzhou, de 10,3 millones de habitantes, también se han decretado confinamientos en algunas zonas y se harán pruebas de ácido nucleico a toda la población.
Autobuses y taxis no circularán y lugares como centros comerciales o museos permanecerán cerrados en los próximos días como medida de precaución para evitar la propagación del coronavirus, y quienes residan en las zonas de riesgo no podrán salir de la ciudad sin una autorización expresa para ello.
Los contagios y las correspondientes medidas de prevención llegan a menos de un mes para que comiencen los Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing, un evento que el régimen chino está empeñado en proteger a toda costa.
Para entrar en la capital china desde otros puntos del país, es necesario presentar un test negativo de COVID realizado hasta 48 horas antes de viajar allí.
Además, China celebrará el próximo 1 de febrero la llegada del Año Nuevo chino, y los Gobiernos locales ya están pidiendo que no se viaje si no es “estrictamente necesario” con el objetivo de evitar los desplazamientos masivos típicos de estas fechas.
Se estima que casi 300 millones de trabajadores de las grandes ciudades de China son inmigrantes rurales, que acostumbran a regresar en esta época a sus pueblos para pasar las fiestas con sus familias, en la que es conocida como la mayor migración interna del planeta.
Hasta ahora, el país asiático ha desarrollado una estrategia de tolerancia cero frente al coronavirus, lo que supone estrictos controles de entrada con cuarentenas de entre dos y cuatro semanas y numerosas analíticas de diversos tipos, además de campañas de test masivos y de confinamientos en los lugares donde se detecta un rebrote.
Según el parte emitido este miércoles por las autoridades sanitarias chinas, hay actualmente 3.291 casos activos en todo el país, 31 de ellos graves.
De los 41 nuevos casos locales contabilizados hoy, 35 se hallaron en Xi’an (capital provincial de Shaanxi), 4 en Henan y 2 en Zhejiang.
Desde el inicio de la pandemia, las cifras oficiales indican que en China se han infectado 102.932 personas y fallecido 4.636.
(Con información de EFE)
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