El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condenó este miércoles la muerte de al menos 35 personas en un ataque ejecutado por el Ejército de Myanmar en el estado de Kayah, en el este del país, en el que murieron dos trabajadores de la organización no gubernamental Save the Children.
“Los miembros del Consejo de Seguridad condenan la muerte de al menos 35 personas, incluidos cuatro niños y dos miembros del personal de Save the Children, en el estado de Kayah el 24 de diciembre”, según destaca un comunicado atribuido al embajador de Níger ante la ONU, Abdou Abarry, y actual presidente del Consejo.
Asimismo, pidieron el cese inmediato de toda la violencia y destacaron “la importancia de respetar los Derechos Humanos” y de “garantizar la seguridad de los civiles”. Subrayaron, además, la necesidad de garantizar la rendición de cuentas por este acto.
El comunicado también resalta que se debe asegurar “un acceso humanitario sin obstáculos para todas las personas necesitadas” y también el acceso a la protección y seguridad “plenas” del personal humanitario y médico.
La organización no gubernamental Save the Children confirmó este martes que entre las 35 personas muertas en un ataque ejecutado el viernes por el Ejército de Myanmar en el estado de Kayah (este) figuraban dos trabajadores del organismo.
Las cerca de 40 víctimas fueron halladas el sábado dentro de una decena de vehículos completamente destruidos en las inmediaciones del pueblo de Moso, según relató uno de los líderes de la resistencia armada de la región, donde se asienta el pueblo karenni, según el portal Myanmar Now.
Unos cien soldados del Ejército birmano hicieron acto de presencia en la zona el viernes, desde el municipio de Demoso hacia Hpruso, donde mantuvieron un enfrentamiento con fuerzas de la milicia KNDF, que sufrió al menos cuatro bajas.
Tras ello, la ONG indicó que dos de sus trabajadores estaban desaparecidos y detalló que volvían a sus casas tras una misión humanitaria en la zona cuando su coche privado fue atacado y quemado, si bien este martes ha confirmado su fallecimiento.
“Esta noticia es absolutamente devastadora. La violencia contra civiles inocentes, incluidos los trabajadores humanitarios, es intolerable, y este ataque sin sentido es una violación del Derecho Internacional humanitario”, ha dicho la directora general de Save the Children, Inger Ashing.
“Estamos conmocionados por la violencia llevada a cabo contra la población civil, incluido nuestro personal, que son trabajadores humanitarios dedicados que ayudan a millones de niños y niñas vulnerables en todo Birmania”, agregó, diciendo que no es un evento aislado y que la población “sigue siendo blanco de una violencia cada vez mayor”.
En este sentido, la organización hizo hincapié en que la Asociación de las Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN) debe también convocar una reunión urgente para revisar su postura acordada en abril ante la crisis desatada por el golpe de Estado militar del 1 de febrero.
“Estos pasos se requieren con urgencia para proteger a los niños, las niñas y al personal de las organizaciones humanitarias. En Save the Children estamos desolados por el asesinato de nuestros dos queridos e irremplazables colegas, cuyas muertes representan una pérdida para la infancia de Kayah y Birmania”, remarcó Ashing.
El estado de Kayah fue una de las primeras regiones del país en alzarse contra la junta militar responsable del golpe de Estado, que anuló los resultados de las elecciones generales de noviembre de 2020, en las que salió vencedor el partido de la antigua ‘líder de facto’ Aung San Suu Kyi, la Liga Nacional para la Democracia (NLD, por sus siglas en inglés).
CONDENA DE WASHINGTON
Estados Unidos también condenó este martes el ataque y se mostró “alarmado” por la “brutalidad del régimen militar en gran parte de Myanmar”, mientras que insistió en que “los ataques contra personas inocentes y agentes humanitarios son inaceptables”.
“Las atrocidades generalizadas del Ejército contra el pueblo de Birmania subrayan la urgencia de exigir responsabilidades a sus miembros. La comunidad internacional debe hacer más para promover este objetivo y prevenir la repetición de atrocidades en Myanmar, incluso poniendo fin a la venta de armas y tecnología de doble uso a los militares”, pidió el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en un comunicado.
Blinken avisó que Washington “continuará trabajando con sus socios y aliados para promover la rendición de cuentas”, mientras que seguirá presionando para que “se restablezca el camino de Myanmar hacia la paz y la democracia”.
(Con información de Europa Press)
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