La disolución del Centro de Derechos Humanos de Memorial ordenada por la justicia rusa este miércoles provocó condenas internacionales, un día después de que la Corte Suprema decidiera prohibir la estructura central de esta emblemática organización.
“Lamentamos profundamente la decisión de la Corte Suprema de cerrar Memorial International, y del tribunal de Moscú de cerrar a su organización hermana, el Centro de Derechos Humanos”, expresó una vocera de la oficina de Derechos Humanos de la ONU a la agencia AFP.
Naciones Unidas señaló que las decisiones de la justicia rusa de prohibir a la reconocida oenegé “debilita aún más” a la comunidad de defensa de los derechos humanos en Rusia.
Tras estudiar la petición de la fiscalía, el juez Mijail Kazakov ordenó la disolución del Centro de Derechos Humanos de Memorial, que hace campaña contra los abusos de derechos en la Rusia actual y también ha dado testimonio de la historia de las víctimas del estalinismo.
En un mensaje en las redes sociales, la ministra de Relaciones Exteriores británica, Liz Truss, habló del trabajo de la oenegé y calificó las medidas de la justicia rusa de “golpe aterrador” para la libertad de expresión.
Por su parte, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) pidió el miércoles a Rusia que “suspenda” la decisión de disolver Memorial para que la Corte tenga tiempo de examinar la demanda de la oenegé, que impugnará la decisión de la justicia rusa.
El martes, la justicia ordenó el cierre de Memorial International, la estructura central que coordina la red de la organización en Rusia, y de sus antenas regionales, aduciendo que no respetaba las obligaciones de su estatuto de “agente extranjero”.
Esta etiqueta, que recuerda a la de “enemigo del pueblo” en tiempos de la Unión Soviética, se reserva para organizaciones con financiación internacional que supuestamente actúan contra los intereses rusos.
La fiscalía acusaba al Centro de Defensa de los Derechos Humanos de Memorial de hacer apología “del terrorismo y del extremismo” y de violar la ley sobre “agentes extranjeros” al no calificarse como tal.
“Durante las últimas tres décadas, todas nuestras actividades han ido dirigidas a proteger a los ciudadanos de Rusia y los intereses del Estado ruso”, se defendió ante el tribunal Alexander Sherkasov, director del centro.
“Evento monstruoso”
Expertos y observadores internacionales consideran que las autoridades rusas utilizan las acusaciones de extremismo y terrorismo para castigar a los críticos de Putin.
La fiscalía agregó el martes que Memorial “crea una imagen falsa de la URSS como un estado terrorista y denigra la memoria de la Segunda Guerra Mundial”.
La persecución contra Memorial International, que goza de un gran prestigio en Occidente por su papel de cronista de los abusos en Rusia desde la época soviética, suscitó gran indignación en el extranjero.
El cierre de esta oenegé “muestra el miedo del gobierno ruso, que ya no está dispuesto a tolerar un control objetivo y honesto de su comportamiento, tal y como Memorial hacía”, dijo en una declaración en video el director ejecutivo de la ONG Human Rights Watch, Kenneth Roth.
El martes, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, calificó el cierre de Memorial de “persecución”, mientras que el jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, recordó que “las miradas críticas a su pasado son esenciales para el sano desarrollo y progreso de las sociedades”.
Estas acciones judiciales se enmarcan en el clima de creciente de represión contra aquellos percibidos como adversarios del Kremlin.
El jefe del grupo de derechos proscrito en Rusia dice que “nadie piensa renunciar”
El director del grupo ruso de derechos humanos Memorial dijo el miércoles que tanto él como sus colegas encontrarán la forma de continuar con su trabajo a pesar de las dos sentencias judiciales que les ordenan cerrar.
“No se derrota la memoria de los abuelos y bisabuelos de la gente tan fácilmente”, sostuvo Jan Raczynski en una entrevista.
Jan Raczynski, presidente del consejo de administración de Memorial, dijo a la agencia Reuters en una entrevista en su sede de Moscú que se encontraría la manera de seguir documentando los crímenes de la era soviética, como el “Gran Terror” de Josef Stalin, así como los abusos de hoy en día.
“Esto (los crímenes de la era soviética) es un asunto que afecta a millones de nuestros conciudadanos y... es un problema de toda la antigua Unión Soviética”, dijo. “Así que, de una forma u otra, la gente hará este trabajo”.
“Pero nadie piensa renunciar. Algunos tendrán que buscar otro trabajo si las cosas van realmente mal, porque tienen que alimentar a sus familias. (Pero) tenemos la intención de seguir con todo este trabajo. No es sólo nuestro trabajo. Es un trabajo que la sociedad necesita”, añadió.
Fundada en 1989 por disidentes soviéticos, entre ellos el premio Nobel de la Paz Andréi Sájarov, Memorial puso el foco en los crímenes estalinistas y los gulags, y tras la caída de la Unión Soviética se comprometió también con la defensa de los derechos humanos y las minorías en Rusia.
Durante las dos guerras de Chechenia en los años 1990 y 2000 reportó los abusos de las fuerzas rusas y sus aliados locales. En 2009, su responsable en la región del Cáucaso fue asesinada en un crimen todavía no dilucidado.
(Con información de AFP y Reuters)
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