La organización rusa Memorial, que fue liquidada hoy por el Tribunal Supremo, ha dedicado los últimos 30 años a investigar tanto las represiones políticas soviéticas hasta 1991 como a denunciar los abusos de los derechos humanos cometidos en Rusia desde la caída de la URSS.
“Tenemos un pasado muy complicado, pero el presente no lo es menos. En el pasado de Rusia no hay menos secretos horribles que en los países latinoamericanos que vivieron bajo una dictadura. Es decir, terror, desaparición de gente y ejecuciones sumarias”, comentó a la agencia EFE Alexandr Cherkásov, director de Memorial.
Fue fundada formalmente en 1991, aunque ya funcionaba desde el año anterior, coincidiendo con la desintegración de la URSS, con el fin de mantener viva la memoria de los millones de personas que fueron represaliadas por el Estado totalitario comunista.
Entre sus fundadores figura el científico y disidente soviético Andréi Sájarov, Premio Nobel de la Paz en 1975, padre de la bomba de hidrógeno y precursor de la defensa de los derechos humanos en este país.
La voz de las víctimas del estalinismo
Desde un principio, Memorial hizo hincapié en la rehabilitación y defensa de las víctimas del estalinismo, para lo que creó una base de datos de represaliados, que puede ser consultada por cualquier interesado.
Memorial logró que incluso antes de la caída de la URSS se aprobara una ley sobre la rehabilitación de las víctimas de la represión política, de la que se han beneficiado desde entonces cientos de miles de personas.
Además, gracias a sus esfuerzos se instaló frente al edificio del KGB en la Plaza de Lubianka un monumento en recuerdo a las víctimas del GULAG, los campos de trabajo soviéticos.
Esa roca, que fue traída expresamente desde el archipiélago de Solovki, considerado el primer GULAG de la historia, estuvo durante nueve meses junto a la estatua del fundador del KGB, Félix Dzerzhinski, que sería finalmente retirada.
Archivo de memoria histórica
Ya en el siglo XXI creó un archivo que incluye a todos aquellos que combatieron en las filas del Ejército ruso, cuyo objetivo es que los familiares de los veteranos conozcan la suerte de los caídos o desaparecidos en combate.
Sus historiadores han investigado asuntos muy sensibles para las autoridades, como la matanza de más de 20.000 oficiales polacos en Katyn, que fue negada durante décadas por el Kremlin, para lo que han exigido la desclasificación de los documentos secretos.
La ONG más antigua de Rusia organizó también una conferencia internacional sobre el diplomático sueco Raoul Wallenberg, secuestrado por el KGB tras salvar la vida de 50.000 judíos en Budapest durante la Segunda Guerra Mundial y que, supuestamente, murió en Moscú en 1947.
Memorial se dedica a denunciar los abusos de las autoridades en todo el territorio nacional, pero también en Ucrania, Kazajistán y Georgia, entre otros países, además de las violaciones de las leyes humanitarias durante los conflictos.
Crítica con el autoritarismo de Putin
Defensor del estado de derecho en Rusia frente al retorno del totalitarismo, ha sido muy crítico con las crecientes tendencias autoritarias en el Kremlin, especialmente desde que el presidente ruso, Vladímir Putin, regresara al Kremlin en 2012.
La organización ha criticado en especial la ley que restringe la libertad de manifestación, la que limitaba las adopciones internacionales o la que perseguía la propaganda homosexual.
También ha cuestionado el papel ruso en la guerra en Ucrania, lo que le ha valido algunos ataques vandálicos por parte de los ultranacionalistas.
Las críticas sobre la situación en Chechenia costaron la vida al director de su filial en Grozni, Elena Estemírova, que fue asesinada en 2009, crimen del que muchos acusan directamente al líder chechén, Ramzán Kadírov.
El asesinato obligó a Memorial a cerrar sus oficinas en Chechenia, donde Kadírov ha instaurado un estado policial donde son moneda común las represalias y secuestros, según sus críticos.
Se ha enfrentado a las autoridades rusas, tanto en los tribunales locales como en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos para prevenir la repatriación forzosa de emigrantes a Asia Central, donde serían muy probablemente encarcelados o torturados.
Agente extranjero
En 2016 fue catalogada de “agente extranjero” por el Ministerio de Justicia por realizar actividades políticas con financiación extranjera, al igual que ocurriera antes con prestigiosas organizaciones como el Centro Levada o Golos.
Justicia le acusó de recibir financiación de organizaciones consideradas indeseadas por el Gobierno ruso como la estadounidense National Endowment for Democracy.
Sus activistas participaron en las protestas antigubernamentales contra el fraude oficialista que estallaron tras las elecciones legislativas de diciembre de 2011, las mayores desde la caída de la URSS.
Memorial, que recibió el Premio Sájarov del Parlamento Europeo en 2009, había sido promovida en numerosas ocasiones para el Nobel de la Paz, entre otros por el expresidente polaco Lech Walesa.
En noviembre pasado la Fiscalía rusa se dirigió al Supremo con una demanda de liquidación por presuntas violaciones de la Constitución y el incumplimiento de sus funciones como agente extranjero.
(Con información de EFE)
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