Este lunes 27 de diciembre, fue publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, un estudio realizado por un grupo de investigadores dirigido por Vasıf Şahoğlu de la Universidad de Ankara, en el cual se dio a conocer información sobre el evento cataclísmico de Thera y sobre los primeros restos hallados tras la erupción minoica, considerada por varios especialistas como una de las explosiones volcánicas más grandes en la historia de la humanidad.
En el artículo, el equipo internacional de investigadores presentó evidencia de un tsunami destructivo que le siguió al cataclismo volcánico ocurrido en la isla de Santorini, hace aproximadamente 3,600 años. Cabe destacar que el desastre natural ocurrió al sur del Mar Egeo, a unos 200 km al sureste del territorio griego, del cual, varios especialistas han concluido en que sus dimensiones podrían ser comparables con la detonación de millones de bombas atómicas como las accionadas en la ciudad japonesa de Hiroshima.
Pese a que en diversos estudios se ha asegurado que no hay relatos de primera mano de la erupción y del posterior tsunami, diversos investigadores modernos han tratado de definir su alcance, así como el impacto que tuvo en la vida de los pobladores del Mar Mediterráneo, especialmente para la civilización de los minoicos, una de las potencias marítimas más poderosas que radicó en el isla cercana de Creta, la cual entró en declive en el siglo XV a.C.
Un aspecto que había desconcertado a los investigadores fue que, aunque se ha señalado la erupción devastó al menos a una civilización entera, los restos de víctimas humanas nunca habían aparecido. Sin embargo, este 27 de diciembre, los investigadores dirigidos por Vasıf Şahoğlu de la Universidad de Ankara revelaron que han encontrado los primeros restos humanos del catastrófico evento. Los restos fueron encontrados en Çeşme-Bağlararası en la actual Turquía, un sitio que fue sacudido por lo que los investigadores creen que fueron, al menos, cuatro tsunamis diferentes causados por la erupción de Thera.
El área de estudio abarcaba muros de fortificación alterados, una capa de escombros, sedimentos caóticos, así como una capa de ceniza volcánica y una capa carbonizada rica en huesos. Los resultados incluyeron evidencia de inundación de agua de mar y el colapso de edificios asociado a los tsunamis derivados de la exhalación del volcán.
De este modo, los científicos afirmaron haber encontrado la primer posible víctima de la catástrofe: los restos óseos de un hombre joven y sano con signos de un traumatismo contundente, que se encuentra boca abajo entre los escombros del depósito del tsunami. También fueron encontrados los restos de un perro estaban cerca en una puerta colapsada.
Actualmente, existen diversas teorías sobre la falta de víctimas. Una de ellas apunta que erupciones anteriores más pequeñas llevaron a la gente a huir del área antes de que ocurriera la erupción cataclísmica, otra está relacionada con que las víctimas fueron incineradas por gases sobrecalentados o que, tras el evento, fueron enterradas en fosas comunes que aún no han sido identificadas.
Al respecto, Jan Driessen , arqueólogo de la Universidad de Lovaina, Bélgica, y director del grupo de investigación Talos, el cual se ha dedicado a explorar el impacto de la erupción de Santorini, apuntó para National Geographic que los restos pueden servir como estudio de caso para que los arqueólogos y otros científicos comprendan mejor la devastación que debieron sufrir muchos sitios del mar Egeo, localizados en las cercanías del volcán.
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