Pese a las difíciles experiencias de Estados Unidos y sus aliados con regímenes como los de China, Rusia e Irán, occidente parece no estar listo para los desafíos que representan las autocracias euroasiáticas.
Según un artículo publicado por el The Wall Street Journal, las potencias democráticas han dejado a sus pueblos vulnerables ante los conflictos debido a sus posiciones frente a las amenazas.
“El principal error es pensar que hombres como Vladimir Putin, Xi Jinping y Ali Khamenei quieren lo que quieren la mayoría de los occidentales. No lo hacen”, señala el artículo firmado por Aaron MacLean, miembro senior de la Fundación para la Defensa de las Democracias en EEUU.
“La amenaza más inmediata es que Putin invadirá Ucrania o se involucrará en formas relacionadas de travesuras imprudentes. Al igual que durante la toma de Crimea por parte de Putin en 2014, existe una sensación de incredulidad ante su audacia, así como confusión sobre sus intenciones”, añade el texto.
MacLean cree que los líderes occidentales, principalmente Joe Biden, han subestimado las intenciones de regímenes como el Vladimir Putin.
“Incluso aquellos que reconocen las intenciones hostiles de Putin se quedan hablando con una especie de desaprobación episcopal. En 2014, el entonces secretario de Estado John Kerry fue objeto de burla cuando dijo sobre Putin: ‘En el siglo XXI, simplemente no te comportas a la manera del siglo XIX invadiendo otro país con un pretexto completamente inventado’, continúa.
Recientemente, Michael McFaul, quien se desempeñó como embajador de Estados Unidos en Rusia durante los años de Obama, repitió el punto en Twitter: “Putin es un hombre del siglo XIX. Trágicamente para él, vive en el siglo XXI “.
“La posición de Kerry-McFaul parece ser que uno gana la ciudadanía en este siglo a discreción de las élites occidentales”, dice la publicación.
El texto señala también que “la última generación de autócratas euroasiáticas” ha dejado ver su desprecio a los gobiernos democráticos de occidente, al probar “nuevos métodos para lograr los objetivos tradicionales del arte de gobernar como la expansión territorial, incluso frente a coaliciones con armas nucleares”.
Cita la anexión de Crimea es el mayor logro de estas innovaciones.
“Estos gobernantes corren riesgos que sus contrapartes occidentales nunca podrían soportar porque piensan de manera diferente. Son educados en la escuela mucho más dura de la política autocrática y son conscientes de una gama de ambiciones humanas que los estados liberales modernos, desde sus primeros fundamentos, han tratado de suprimir en nombre de la paz y la comodidad”, añade.
De acuerdo con la publicación, Rusia, China e Irán presentan cada uno sus propios desafíos complejos para occidente, aunque relacionados a pesar de las diferencias ideológicas de sus líderes.
La coincidencia entre ellos, es que “se sienten alentados en su imprudencia por las fantasías que durante mucho tiempo han plagado a las democracias modernas. La administración Biden y los líderes democráticos de todo el mundo deben aceptar que estos hombres no quieren lo que queremos y que el arco de la historia no siempre se inclina hacia la justicia. Los malos pueden ganar”.
SEGUIR LEYENDO: