Israel impone hoy nuevas restricciones en centros comerciales y tiendas de grandes dimensiones para frenar la nueva ola de covid-19 y la propagación de la variante ómicron, además de limitar las clases presenciales en escuelas de secundaria con bajas tasas de inmunización.
Las nuevas normas, que estarán en vigor durante nueve días, limitan el aforo en estos establecimientos de más de 100 metros cuadrados a una persona cada quince metros cuadrados, además de exigir presentar el “Green Pass” a la entrada, que prueba que la persona está vacunada o recuperada de covid-19 en los últimos seis meses.
Para los no vacunados, las normas del Green Pass exigen haber tenido una PCR negativa en las últimas 72 horas, algo que ha provocado las quejas de los dueños de estos establecimientos al considerar que desincentivará el flujo de clientes.
Solo se podrá entrar sin mostrar el Green Pass a tiendas, mercados o supermercados que venden productos de primera necesidad, como alimentos, productos de higiene y medicamentos, donde el aforo se limita a una persona cada siete metros cuadrados.
El Gobierno israelí también ha aprobado nuevas restricciones para el sistema de educación secundaria (entre 12 y 17 años), de manera que en las áreas consideradas rojas, donde menos del 70 % de los alumnos estén vacunados, se volverá a las clases a distancia desde casa.
En la educación primaria, se impondrán medidas para reducir el contacto entre estudiantes.
Después de una rápida y exitosa campaña, el plan de vacunación en Israel se ha estancado al llegar a los menores, con un tasa de inmunización del 4 % en el grupo de edad de entre 5 y 11 años y de algo más de la mitad entre 12 y 17 años.
Casi 6 millones de personas en Israel cuentan con la pauta completa de Pfizer y más de 4 han recibido la tercera dosis de refuerzo, en un país de 9,3 millones de habitantes, mientras valora implantar una campaña de la cuarta dosis en plena quinta ola de la pandemia y con la ómicron en propagación.
Mientras el país impone nuevas restricciones internas, todavía muy laxas si se comparan con otros países, sí mantiene una política muy estricta de control de fronteras, cerradas a extranjeros durante casi toda la pandemia.
Después de reabrir al turismo el pasado 1 de noviembre, menos de un mes después Israel volvía a blindarse para contener la entrada de la variante ómicron, además de incluir a unos ochenta países en la lista roja, a los que sus ciudadanos no pueden viajar.
Sin embargo, el panel de expertos que asesora al gobierno en la pandemia aconsejó ayer reabrir las fronteras a los vuelos internacionales, puesto que ya hay transmisión comunitaria de la ómicron, con más de 1.100 casos, que podrían llegar a 4,5 millones de contagios en seis semanas en el país, según los expertos.
El ministro de Salud, Nitzan Horowitz, adelantó anoche que el gobierno podría eliminar gran parte de las restricciones a los viajes aéreos hacia y desde Israel, “posiblemente la semana que viene”.
”En el momento en que las infecciones se están propagando, no tiene sentido detener la entrada desde el extranjero”, indicó Horowitz.
(con información de EFE)
SEGUIR LEYENDO: