La Guardia Civil española desmanteló una organización dedicada al tráfico ilegal de plásticos sin descontaminar a distintos países de Asia, con unas ganancias de 15 millones de euros (unos 17 millones de dólares), por el que investigan a 27 personas.
La organización, liderada en España por un ciudadano de origen chino, presuntamente envió 16.000 toneladas de residuos que salieron entre 2018 y 2020 desde el puerto de Valencia, hacia países como Malasia, Camboya o Tailandia, entre otros, informó este domingo la Guardia Civil.
“El negocio de los residuos es muy lucrativo”, recordó a el diario El País, uno de los responsables de esta operación, denominada Pindaan y la cual se acaba de cerrar. “Y lo es todavía más cuando se eluden los controles medioambientales y sanitarios y se exportan ilegalmente los residuos plásticos contaminados, como presuntamente ha ocurrido en este caso” expresó.
Las pesquisas se llevaron a cabo en coordinación con la Fiscalía de Medio Ambiente y con el apoyo de Europol e Interpol, además del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
La investigación empezó cuando en mayo de 2019 el Gobierno de Malasia devolvió a España cinco contenedores cargados de plástico no reciclable que habían sido enviados a ese país de forma ilegal, sin haber sido declarados como residuos, explicó a Efe el capitán de la Guardia Civil Carlos Astrain.
Pero también llegaron contenedores con estos residuos a otros países como Camboya o Tailandia, después de que China prohibiera a finales de 2018 la importación de residuos plásticos no reciclables.
Se trataba de residuos plásticos no descontaminados y, por tanto, contenían resto de productos tóxicos fitosanitarios porque la mayoría procedía de la agricultura intensiva, es decir, de invernaderos, según la fuente.
Según el diario El País, los agentes de la operación han trabajado en colaboración con Interpol y con el Gobierno de Malasia. Además de todo el dinero que movía la red, a los agentes de la Guardia Civil les ha llamado la atención la mala reputación de España en Malasia respecto a los residuos que se envían allí para su supuesto tratamiento y que llegan contaminados por esos productos fitosanitarios.
En total, la Guardia Civil, en coordinación con la Fiscalía española, analizó 301 envíos. Según Astrain, este material es muy apreciado por su dureza y alta densidad, pero requieren un costoso proceso de descontaminación que se ahorraban. Ya en Asia se convertían muchas veces en desecho y acababan en vertederos ilegales, en el océano o en ríos.
Los investigadores comprobaron el vínculo de la organización en España con el jefe de todo este entramado, que se ubicaba en Singapur.
(con información de EFE)
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