La coalición militar liderada por Arabia Saudita, que interviene en el Yemen desde 2015, acusó al grupo terrorista chií Hezbollah y al régimen de Irán de apoyar a los rebeldes hutíes yemeníes, así como de propagar el sectarismo religioso en los países árabes.
En una conferencia de prensa en Riad, el portavoz de la coalición, Turki al Malki, mostró imágenes en las que presuntamente miembros de Hezbollah entrenan a los hutíes para lanzar drones explosivos.
“La guerra en el Yemen es una batalla intelectual, cultural, social y económica (...), se trata de una batalla entre la paz y la destrucción; la paz a la que aspira la coalición capitaneada por el reino (de Arabia Saudita) y la destrucción que lidera Irán”, dijo Al Malki.
Añadió que “Irán transmitió su ideología sectaria a la región árabe (...), al Yemen, al Líbano, a Siria e Irak (...), estos países que han sufrido las interferencias iraníes y de Hezbollah”, grupo al que acusó, además, de “plantar células de inteligencia en Kuwait y Baréin”.
Al Malki afirmó que los rebeldes hutíes, apoyados por Irán, “usan zonas civiles para almacenar armas” y “emplean a los civiles como escudos humanos”, algo que utilizó para justificar los recientes bombardeos contra varias localidades del Yemen y, en especial, la capital.
En las últimas semanas, la coalición ha bombardeado decenas de veces Saná, incluido el aeropuerto, donde según Riad los hutíes almacenan armas y utilizan el aeródromo para lanzar sus ataques contra Arabia Saudita.
Según Al Malki, desde 2015 los hutíes han lanzado 430 misiles balísticos contra Arabia Saudita, además de 851 drones desde 2018 y sembraron un total de 247 minas navales en el mar Rojo desde 2017.
El número de permisos otorgados por la coalición para aviones de socorro llegó a 3.525 en el Aeropuerto Internacional de Sana.
Los hutíes se alzaron en armas en 2014 contra el gobierno internacionalmente reconocido del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, ahora exiliado en Riad, y controlaron importantes provincias del norte, incluida Saná.
Desde febrero pasado, los insurgentes yemeníes mantienen una ofensiva para controlar la estratégica provincia de Marib, rica en petróleo y punto de conexión con el sur yemení, y atacan con drones y misiles instalaciones civiles y militares en el sur de Arabia Saudita.
Aunque raramente se informa de víctimas en esos ataques, el último de ellos causó la muerte de un saudí y un yemení el pasado viernes en la ciudad saudí de Yizan (sur).
La coalición árabe ha intensificado en los últimos meses sus ataques contra supuestas posiciones de los hutíes en Marib y otras ciudades del norte, donde informa casi a diario de la muerte de decenas de “milicianos”, y en las últimas semanas empezó una serie de bombardeos contra “puntos selectivos” en Saná.
(Con información de EFE)
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