Mientras las conversaciones actuales en la ciudad de Viena sobre la posibilidad de reeditar el acuerdo nuclear iraní ingresan en una pausa, muchos se preguntan sobre las consecuencias de un eventual fracaso. La actitud iraní deja poco espacio para el optimismo: sus representantes en la capital austríaca plantean nuevas demandas de máxima al tiempo que se retractan de concesiones anteriores, todo mientras sus científicos están cruzando umbrales de enriquecimiento peligrosos.
En ese contexto, la think tank de política exterior para Medio Oriente Washington Institute, acaba de publicar un comunicado en el que analiza la etapa actual de las conversaciones y da sus recomendaciones para revivir la vía diplomática y lograr un acuerdo que limite las posibilidades iraníes de convertirse en una amenaza regional.
“Si no se logra convencer a Irán de que sufrirá graves consecuencias si mantiene la misma actitud, hay pocas razones para esperar el éxito de la diplomacia”, explica la declaración, firmada por los expertos y ex funcionarios Howard Berman, Michèle Flournoy, Jane Harman, Leon Panetta, David Petraeus, Dennis Ross y Robert Satloff.
Según ellos, el éxito de la diplomacia exterior estadounidense en materia del acuerdo nuclear depende de la capacidad de restaurar el temor de Irán en una respuesta militar por parte de EEUU: “El desafío es cómo restaurar la credibilidad de Estados Unidos a los ojos de los líderes de Irán”, explican. “Creemos que es importante que la administración de Joe Biden tome medidas que lleven a Irán a creer que persistir en su comportamiento actual y rechazar una resolución diplomática razonable pondrá en riesgo toda su infraestructura nuclear, construida minuciosamente durante las últimas tres décadas”.
Entre las medidas sugeridas por el grupo de expertos figura la realización de ejercicios militares de alto perfil, que podrían llevarse adelante por EEUU en conjunto con sus aliados, para que reflejen la solidez del bloque occidental. También sugieren que EEUU proporcione a los aliados y socios locales, así como a las instalaciones y activos estadounidenses en la región, capacidades defensivas mejoradas con el objetivo contrarrestar cualquier eventual represalia que Irán decida realizar.
Por último, señalan la necesidad de que EEUU cumplan con sus promesas de acción enérgica ante los atropellos iraníes, lo que “podría tener un impacto saludable mostrando la seriedad de los compromisos” estadounidenses.
“Seamos claros: no estamos instando a la Administración de Biden a amenazar con un “cambio de régimen” ni a abogar por una estrategia de “cambio de régimen”. No se trata de hostilidad hacia Irán o su pueblo. De hecho, instamos al gobierno de los EEUU a brindar apoyo humanitario, incluida la donación de vacunas contra el COVID-19 y asistencia médica, independientemente del estancamiento diplomático. Pero es fundamental romper este impasse y detener el peligroso avance del programa nuclear iraní.”, subrayan.
En ese mismo sentido, la declaración insiste en que un acuerdo diplomático que garantice de manera plena y verificable que el programa nuclear de Irán sea únicamente para fines pacíficos sigue siendo la mejor opción. ”También es la mejor manera de prevenir una ola de proliferación nuclear en Medio Oriente, en la que otros países de la región se sientan obligados a igualar las capacidades iraníes, con consecuencias desastrosas para la seguridad regional y las normas globales de no proliferación”, añaden.
El comunicado también se refiere al peligroso comportamiento de Irán y los motivos por los que el conflicto debe ser resuelto en un lapso breve de tiempo. Es que, como lo afirmó el director general de la Asociación Internacional de Energía Atómica, Rafael Grossi, la decisión de Irán de enriquecer uranio al 60%y producir uranio metálico no tiene un propósito civil justificable.
“La realidad más ominosa de hoy es que Irán ahora enriquece uranio al 60% y amenaza con pasar al 90%. Además, al ritmo actual, los expertos dicen que podría acumular, en cuestión de meses, suficiente uranio enriquecido al 60% y suficiente conocimiento técnico sobre el proceso de enriquecimiento que haría que las limitaciones, como se conciben actualmente, sean en gran medida irrelevantes”.
Y advierten, finalmente: “Su acción debería hacer sonar las alarmas no solo por su peligro inherente, sino porque indican que Teherán no teme que haya consecuencias por tomar estas medidas”.
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