Rusia vetó este lunes un proyecto de resolución impulsado por Níger e Irlanda en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que establece un vínculo genérico entre el cambio climático y la seguridad mundial, iniciativa que fue respaldada por la mayoría de los miembros de la ONU.
El texto, que fue apoyado por 12 de los 15 miembros del Consejo, pedía al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, “integrar los riesgos de seguridad relacionados con el clima como un elemento central en las estrategias generales de prevención de conflictos” del organismo.
India, que no tiene poder de veto, votó en contra por considerar que el calentamiento global es principalmente una cuestión de desarrollo económico. El régimen de China, en tanto, se abstuvo.
La resolución contemplaba también pedir al jefe de la ONU que informara en un plazo de dos años “sobre las implicaciones para la seguridad de los efectos adversos del cambio climático” en los asuntos tratados por el Consejo, así como recomendaciones sobre cómo encarar estos riesgos.
Para varios diplomáticos que hablaron bajo condición de anonimato, la oposición de Rusia a “una resolución que no era revolucionaria” sigue siendo incomprensible, indicó uno de ellos.
La embajadora de Irlanda ante la ONU, Geraldine Byrne Nason, dijo el lunes antes de la votación que el proyecto era “un modesto primer paso”.
“Tenemos que entender mejor este vínculo” entre el clima y la seguridad “y tenemos que considerarlo globalmente”, apuntó. Su homólogo de Níger, Abdou Abarry, denunció la “miopía” de quienes se oponen al texto.
Moscú lleva la delantera en el Consejo de Seguridad, donde Estados Unidos ha mostrado hasta ahora poca iniciativa y contrapeso a Rusia bajo la administración de Joe Biden, utilizando a menudo y sin reparos su veto en muchos asuntos: Etiopía, Libia, Sudán, Malí, Bosnia.
El presidente de Níger, Mohamed Bazoum, acudió el jueves a la ONU para abogar por la resolución.
“Ya es hora de que el Consejo, en el marco de su mandato de prevención, tenga en cuenta los riesgos de seguridad relacionados con el cambio climático como un elemento más de nuestra arquitectura de paz y seguridad”, dijo.
Ese mismo día Guterres sostuvo que el cambio climático es “un factor agravante” de la inestabilidad, los conflictos y el terrorismo.
Las regiones más vulnerables al cambio climático “también sufren inseguridad, pobreza, una débil gobernanza y el azote del terrorismo”, afirmó.
En una reunión del Consejo de Seguridad acerca de la relación entre el cambio climático, los conflictos y el terrorismo, Guterres señaló que cuando el clima altera la capacidad de las instituciones gubernamentales para proveer servicios públicos, se “avivan los agravios y la desconfianza hacia las autoridades”.
Y cuando el impacto de cambio climático hace que la población pierda sus medios de vida “las promesas de protección, ingresos y justicia detrás de las cuales esconden a veces los terroristas sus deseos de paz, se vuelven más atractivas”, apuntó.
Según el jefe de la ONU, en la región de la cuenca del Lago Chad, en África, el grupo terrorista Boko Haram ha podido sumar incorporaciones “especialmente en las comunidades locales desilusionadas por una falta de oportunidades económicas y de acceso a recursos esenciales”.
“En el centro de Mali, los grupos terroristas han explotado las crecientes tensiones entre pastores y agricultores para reclutar nuevos miembros en las comunidades de pastoreo, que a menudo se sienten excluidas y estigmatizadas”, afirmó.
En Irak y Siria, los insurgentes del grupo extremista Estado Islámico han “explotado la escasez de agua y han tomado el control de las infraestructuras hídricas para imponer su voluntad sobre las comunidades”, dijo, mientras que en Somalia la producción de carbón vegetal ha sido una fuente de ingresos para la milicia radical Al-Shabab.
Guterres señaló que el “impacto del clima agrava conflictos y exacerba la fragilidad”, añadiendo que en ocho de las 15 naciones más expuestas a riesgos climáticos hay misiones de paz o políticas de la ONU, aunque no las nombró.
Instó a una acción colectiva para abordar las causas de base de la inseguridad, destacando que “los conflictos y el terrorismo no ocurren en un vacío” al tiempo que reclamó inversión para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse a los impactos del clima. Guterres recordó el compromiso de las naciones adineradas de proporcionar al menos USD 100.000 millones al año para acciones climáticas en las regiones más pobres. Se espera que estos costos alcancen los 300.000 millones de dólares anuales para 2030.
Por su parte, el presidente de Níger, cuyo país ostenta la presidencia del Consejo de Seguridad este mes y que presidió la reunión, dijo que en su región, el Sahel, un desafío clave es la lucha antiterrorista, “cuyos actos de odio diarios están sacudiendo los cimientos de los estados democráticos”.
“Entre esos retos tenemos también el cambio climático, que al reducir el acceso a los recursos está incrementando la pobreza y todas las lacras que conlleva”, afirmó.
(Con información de AFP)
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