Un periodista filipino que informó de la “guerra contra las drogas” promovida por el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, que se ha saldado con miles de muertos desde 2016, ha sido asesinado este miércoles a tiros en el este del país.
Jesús Malabanan, reportero de 58 años para un periódico inglés y una cadena de televisión en Manila, ha recibido un disparo en la cabeza y ha muerto de camino al hospital de la región costera de Calbayog City, a 482 kilómetros al sureste de la capital, según ha informado la Policía, que todavía está investigando el motivo o la causa del asesinato.
El periodista se encontraba viendo la televisión en una pequeña tienda de barrio propiedad de su familia cuando un hombre no identificado que portaba una pistola se bajó de una motocicleta conducida por otro sospechoso.
Malabanan, que es el vigésimo segundo periodista asesinado en el país asiático desde que Duterte llegó a la presidencia en 2016 y colaboró con la agencia Reuters, habría recibido amenazas antes de su muerte, según destacan los informes policiales.
El miércoles, la periodista filipina Maria Ressa, Premio Nobel de la Paz conjunto en 2021, pidió a sus colegas que defiendan sus derechos para no perderlos frente a los “dirigentes de corte autoritario” y a los “dictadores emergentes”.
“Quieren que renunciemos nosotros mismos a nuestros derechos” afirmó Ressa en referencia a ese tipo de mandatarios, poco después de bajar del avión en Oslo, donde recogerá el viernes el Nobel que ganó conjuntamente con el periodista ruso Dimitri Muratov.
La cofundadora de la página de noticias Rappler, muy critica con Duterte, pidió a la profesión que defienda sus derechos, “ahora más que nunca, sino los perderemos”.
“Cuando los hechos están amenazados, cuando ya no hay hechos honestos, no puede haber elecciones honestas. Comienza en nosotros: tenemos que seguir encontrando los hechos y sirviendo a la población”, añadió la antigua corresponsal de la cadena estadounidense CNN.
Para poder viajar a Oslo, Ressa, de 58 años, tuvo que pedir permiso a cuatro tribunales diferentes, ya que se encuentra en libertad condicional a la espera del recurso por una condena por difamación.
Además de la condena por difamación, penada con hasta seis años de cárcel, Ressa se enfrenta a otros seis procesos judiciales.
El trabajo de Ressa permitió sacar a la luz la violencia que acompaña a las campañas antidroga del presidente Duterte, que podría haber provocado decenas de miles de muertos, según las organizaciones de defensa de los Derechos Humanos.
Tanto ella como Muratov, redactor jefe del periódico crítico ruso Novaia Gazeta, fueron reconocidos en octubre con el Nobel de la Paz por su combate para “proteger la libertad de expresión”.
Filipinas ocupa el puesto 138 de la clasificación mundial de la libertad de prensa que cada año realiza Reporteros Sin Fronteras (RSF), y Rusia el 150.
(Con información de Europa Press y Reuters)
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