El opositor ruso Alexei Navalny presentó este miércoles ante un tribunal de la localidad de Petushkí, en la región rusa de Vladimir, otra demanda contra el centro penitenciario IK-2, en el que se encuentra encarcelado.
La corte indicó que el documento denuncia acciones por parte de altos cargos del centro penitenciario relacionadas con “condiciones carcelarias precarias para personas que se encuentran bajo custodia o han sido condenadas”, sin embargo no dio más detalles al respecto.
Navalny presentó anteriormente otros tres recursos contra el centro por el comportamiento de sus empleados, según informaciones de la agencia de noticias Sputnik. En sus demandas, el opositor afirma que el personal del IK-2 censura los periódicos que recibe, se niega a entregarle libros solicitados y lo trata como si fuera una persona con alto riesgo de fuga.
La tercera demanda fue rechazada por la Justicia rusa, aunque las audiencias judiciales anteriores fueron suspendidas a petición del propio opositor. Ahora, el disidente ha mostrado su oposición a que el centro lo declare como persona “extremista y propensa a perpetrar ataques terroristas o extremistas”.
A principios de febrero, la Justicia rusa dictaminó que Navalny había violado reiteradamente las reglas de su libertad condicional e hizo efectiva una pena suspendida de 3 años y medio de prisión por fraude y blanqueo de capitales.
El recurso de la apelación presentado por la defensa no prosperó. La Justicia restó a la pena el tiempo que Navalny había pasado bajo arresto domiciliario, por lo que tendrá que cumplir otros dos años y medio.
Navalny fue detenido el 18 de enero a su llegada al aeropuerto de Moscú por incumplir la libertad condicional tras pasar meses en Alemania recuperándose de un envenenamiento del que el destacado opositor ruso culpa directamente al presidente del país, Vladimir Putin.
Costurero en la prisión
Por otro lado, en un mensaje en su cuenta de Instagram, Navalny reveló el martes que trabaja en la cárcel de costurero, después de que la institución penitenciaria le obligara a elegir una actividad laboral. “Llevas nueve meses con nosotros, es hora de trabajar”, le dijeron las autoridades de la cárcel de Vladimir, a unos cien kilómetros al este de Moscú.
El opositor explicó que pudo elegir entre las vacantes que había: capataz del orden, cocinero, panadero, auxiliar y costurero. Señaló que le gustaba verse como panadero, “un tipo rubio con una gorra blanca que vería, con las manos en las caderas, cómo se hace el pan en el horno”, pero finalmente se inscribió en el taller de costura.
Con información de EuropaPress y EFE
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