El Reino Unido no mandará a sus representantes políticos a los Juegos Olímpicos de invierno en Beijing, anunció el miércoles el primer ministro Boris Johnson, sumándose al boicot diplomático propugnado por Estados Unidos alegando violaciones de los derechos humanos por parte de China.
“Como he dicho anteriormente, no apoyamos los boicots deportivos, pero no hay planes para (...) que los ministros asistan a los Juegos Olímpicos de Invierno”, afirmó en el Parlamento, subrayando que “habrá un boicot diplomático” al que también se sumó Australia el miércoles.
“El gobierno no duda en plantear estos problemas a China, como lo hice con el presidente Xi la última vez que hablé con él”, agregó en referencia a las violaciones de derechos humanos del régimen del mandatario chino Xi Jinping.
En ninguno de los casos, el boicot diplomático afecta a las contiendas deportivas ni impide la participación de los atletas británicos, estadounidenses o australianos.
La Casa Blanca confirmó el lunes que estaba organizando un boicot diplomático de los próximos Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing para protestar contra los abusos contra los derechos humanos en China. China ha prometido reaccionar con “contramedidas firmes”.
Los gobiernos occidentales, incluidos Estados Unidos, Australia y Gran Bretaña, han criticado a Beijing por los abusos de los derechos humanos contra su minoría uigur en la provincia noroeste de Xinjiang y la represión de las protestas democráticas en Hong Kong.
A “nadie le importa saber si vienen o no” los representantes políticos, dijo por su parte el miércoles un portavoz de la diplomacia china, Wang Wenbin, reaccionando al anuncio de Camberra. “Sus maniobras políticas y sus pequeños trucos no cambiarán nada al éxito de los Juegos Olímpicos”, añadió.
Debido a las restricciones de China a la entrada de extranjeros por la lucha contra el covid-19, se espera que pocos líderes mundiales viajen a Beijing, excepto el presidente ruso Vladimir Putin, que aceptó una invitación de su homólogo chino Xi Jinping.
Desde hace meses, los gobiernos occidentales buscan la manera de posicionarse ante los Juegos de Invierno, un evento mundial organizado del 4 al 20 de febrero de 2022 por un país al que EEUU acusa de perpetrar un “genocidio” contra los musulmanes uigures de Xinjiang.
Varias organizaciones de derechos humanos acusan a Beijing de haber internado al menos a un millón de musulmanes en Xinjiang en “campos de reeducación”.
Las autoridades chinas denuncian sistemáticamente la “injerencia” de los occidentales que condenan esta situación, asegurando que son “centros de formación profesional” para apoyar el empleo y combatir el extremismo religioso.
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