En su 35° viaje apostólico, el papa Francisco saludó a los miembros de la Fuerza de Tarea Argentina 58 (FTA 58) que forman parte de la Misión de Paz en la región. “Los Cascos Azules que cumplen Misiones de Paz en Chipre tuvieron un cálido encuentro con el Papa Francisco, donde le transmitieron el compromiso de nuestro país y del Ministerio de Defensa de colaborar en el mantenimiento de la Paz y con ayuda humanitaria para los refugiados”, informó el ministro de Defensa, Jorge Taiana.
El Sumo Pontífice inició el jueves 2 de diciembre su viaje apostólico número 35, con una visita a la isla mediterránea de Chipre, donde permaneció dos días. Este sábado comenzó la segunda etapa de la gira, en Grecia. Como es habitual, antes de dejar la Santa Sede, el Papa envió un telegrama al presidente de Italia, Sergio Mattarella, anunciando que viajaba a Chipre y Grecia “como un peregrino que anhela fuentes antiguas, con el vivo deseo de encontrarme con los hermanos en la fe y la población local”.
El viaje apostólico tiene por objeto sensibilizar a la opinión pública, y a las autoridades europeas en especial, sobre la situación de los refugiados de Medio Oriente y del Norte de África, que buscan llegar al continente.
La Argentina integra la misión de paz en Chipre desde el año 1993. Actualmente, la FTA 58 cuenta con 224 militares, 206 varones y 18 mujeres. La presencia de una fuerza de las Naciones Unidas, integrada por personal de más de una docena de países, en ese lugar tiene una función de disuasión: evitar que resurjan los enfrentamientos entre turcochipriotas y grecochipriotas como había sucedido en 1963.
En la siguiente etapa del viaje, en Atenas, Francisco se reunió con una joven monja argentina que trabaja en Europa desde 2017 y a la que le dieron como misión fundar una comunidad católica en la isla griega de Tinos a pesar de que allí profesaban una religión distinta.
El encuentro se produjo este sábado por la mañana durante un acto en la Iglesia de San Dionisio en Atenas, durante el cual la religiosa le contó al Papa que había nacido en Santiago del Estero y que a los 18 años la habían destinado a Italia para continuar con su formación religiosa.
“Mi nombre de religiosa es María Virgen del Prado Bravo, soy nacida en Argentina en la provincia de Santiago del Estero, de una familia católica, la mayor de ocho hermanos. Pertenezco a la rama femenina de la familia religiosa del Verbo Encarnado del Instituto Servidoras del Señor y de la Virgen de Matara, que fue fundado en Argentina”, dijo, a modo de presentación.
La monja también se refirió a los desafíos de misionar en un país con una cultura religiosa tan distinta a la de ella. “No fue una sorpresa para mí porque yo me había ofrecido internamente a Dios para venir a misionar. Algo me decía que era este lugar, aunque no conocía mucho, ni el idioma, la cultura, la gente”, añadió.
“Llegamos tres hermanas para la fundación a la isla de Tinos, dos argentinas y una de Albania, para la asistencia del Santuario de la Virgen de Vrysi, también para ayudar en los apostolados de la diócesis. No sabíamos el idioma, no hablábamos nada, pero la gente y nosotras estábamos tan contentos que parecía que nos conocíamos de toda la vida”, añadió.
Y para finalizar le dijo: “Quiero que sepa que estamos dispuestas a dar la vida por Grecia y a trabajar por las almas para la gloria de Dios”. Prometió rezar permanentemente por el Santo Padre, le pidió humildemente su bendición y se despidió con un cariñoso saludo.
Por segunda vez en su historia, la capital de Grecia recibió la visita de un Sumo Pontífice. Juan Pablo II visitó Atenas en 2001 y ahora fue el turno del Papa Francisco, quien se mostró muy expectante por el recibimiento de los griegos, quienes en su mayoría son ortodoxos y para los cuales la figura del Santo Padre sigue siendo lejana.
Actualmente, los católicos autóctonos en Grecia no superan los 35.000 y se encuentran sobre todo en las islas, mientras que la mayoría de esta población son inmigrantes.
La isla de Tinos, donde se desempeña la monja argentina, es uno de los lugares donde desde hace siglos conviven ortodoxos y católicos y gracias a los programas puestos en marcha para llevar la palabra de Dios hoy en día existen unas 220 iglesias católicas.
La estadía del papa Francisco en Atenas será de dos días y medio y su llegada a esa ciudad es muy significativa ya que en su primera visita a Grecia, en 2016, no había permanecido en Atenas sino en la isla de Lesbos, puerta de entrada de miles de migrantes a Europa.
Durante esos días, Francisco va a “satisfacer su sed en las fuentes de la fraternidad” y a reforzar vínculos con sus “hermanos de fe”, los cristianos ortodoxos, separados de la Iglesia católica desde el Cisma de Oriente en 1054 entre Roma y la antigua Constantinopla.
En un video publicado poco antes de su salida de Roma, el Papa se presentó como un “peregrino” al encuentro de “todos, no solamente los católicos”, una minoría del 1,2% en un país donde domina la religión ortodoxa, vinculada al Estado.
En esta oportunidad, Francisco visitará nuevamente la isla de Lesbos. Será este domingo, y se espera una firme defensa del asilo y la “integración” de los refugiados.
El viernes, en Chipre, el papa Francisco pidió “abrir los ojos” frente a la “esclavitud” y la “tortura” que sufren los migrantes en los campos. Según las autoridades chipriotas, 50 migrantes, 10 de ellos en situación irregular detenidos, serán trasladados a Roma.
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