Ucrania pidió este lunes a sus aliados que actúen con rapidez para disuadir a Rusia de invadirla, afirmando que una ofensiva rusa podría empezar “en un abrir y cerrar de ojos”.
“Es mejor actuar ahora, no más tarde” para “frenar a Rusia”, manifestó el jefe de la diplomacia ucraniana, Dmitri Kuleba, en una sesión informativa en línea.
Según Kuleba, Rusia ha acumulado unos 115.000 efectivos en torno a Ucrania, así como en Crimea -la península ucraniana anexionada por Moscú en 2014- y en los territorios controlados por los separatistas en el este del país.
“Lo que estamos viendo es muy grave. Rusia ha desplegado una gran fuerza militar cerca de la frontera ucraniana. Esto incluye tanques, sistemas de artillería, sistemas de guerra electrónica, fuerzas aéreas y navales”, detalló.
En las últimas semanas, Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europea (UE) han expresado su preocupación por los movimientos de tropas rusas en torno a Ucrania, temiendo una posible invasión. Rusia, no obstante, ha negado cualquier plan de este tipo y ha acusado a Ucrania y a sus aliados occidentales de aumentar las “provocaciones”.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, exigió este domingo a Moscú transparencia y que apele a una desescalada ante la “muy preocupante” presencia militar creciente de Rusia en la frontera con Ucrania y advirtió de las consecuencias en caso de uso de la fuerza.
Este lunes, destacó este lunes el “claro mensaje” de disuasión que envían los batallones que la Alianza tiene desplegados en los países bálticos y en Polonia ante el refuerzo militar que lleva a cabo Rusia junto a la frontera ucraniana.
“Estas fuerzas envían un claro mensaje. Un ataque contra un aliado es un ataque contra todos los aliados”, enfatizó Stoltenberg en una rueda de prensa junto al presidente de Letonia, Egils Levits, previa a que se inicie mañana en Riga una reunión de dos días de los ministros aliados de Exteriores.
Sobre cuáles pueden ser las consecuencias de un nuevo ataque ruso contra Ucrania, Stoltenberg aseguró en una conversación durante su visita al batallón que hay “una amplia serie de opciones”.
Aseguró en cualquier caso que las decisiones se tomarán solo cuando la OTAN sepa “exactamente qué puede pasar”, y recordó que después de la anexión rusa de Crimea los aliados ya impusieron “severas y fuertes sanciones económicas, financieras, y también reacciones diplomáticas y políticas contra Rusia”.
Stoltenberg visitó hoy el batallón multinacional en la localidad letona de Adazi, uno de los cuatro que la Alianza desplegó (además de los de Lituania, Estonia y Polonia) tras la anexión por parte de Moscú de la península ucraniana de Crimea y de la ciudad portuaria de Sebastopol en 2014, en lo que conformó el mayor refuerzo aliado desde el fin de la Guerra Fría.
“Seguimos vigilantes” y “dispuestos a ayudar a los aliados”, dijo el político noruego, quien reconoció “preocupación” por la segunda gran concentración “inusual” rusa de fuerzas militares junto a Ucrania en lo que va de año, con decenas de miles de tropas “listas para el combate”.
El este de Ucrania está sumido en una guerra entre el gobierno de Kiev y los separatistas prorrusos desde 2014, que estalló poco después de que Moscú se anexionara Crimea. Desde entonces el conflicto ha causado más de 13.000 muertos.
A pesar de sus desmentidos, se acusa a Rusia de apoyar a los separatistas prorrusos y de suministrarles hombres y armas.
En ese contexto, el dictador de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, advirtió este lunes que su país tomará partido en favor de Rusia en caso de que las potencias occidentales desaten una guerra en las fronteras rusas.
“Ellos entienden perfectamente que si de nuevo lanzan una guerrita en el Donbás (este de Ucrania) o en otro lugar de la frontera con Rusia, Bielorrusia no permanecerá al margen”, dijo Lukashenko durante una reunión sobre la seguridad militar del país, según informa la agencia BELTA.
Lukashenko, que presidió la reunión en uniforme militar, subrayó que ese es el motivo por el que la OTAN ha comenzado reforzar su frontera septentrional.
“Está claro en qué bando estará Bielorrusia”, subrayó el dictador, quien estimó en unos 8.000 los efectivos del contingente militar occidental desplegado en la frontera con Polonia y los países bálticos.
Desveló que ha encargado al ministro de Defensa y al servicio estatal de fronteras que elaboren un plan de respuesta en caso de agresión: “No estoy dramatizando la situación, pero debe haber una respuesta adecuada. Esa es nuestra misión. Estamos dispuestos a dialogar. Pero si alguien viene con la espada o con el fusil, tenemos con qué responder”.
Al respecto, destacó la existencia de varias unidades especiales de reacción rápida que pueden ser desplegadas en “cualquier punto de Bielorrusia en el plazo de tres horas”.
También acusó a Occidente de inventarse unos supuestos planes de agresión de Rusia contra Ucrania y le retó a poner “sobre la mesa” pruebas que confirman esa tesis.
La pasada semana medios ucranianos y estadounidenses alertaron sobre un posible ataque ruso durante el invierno basándose en la concentración de más de 90.000 militares rusos en la frontera.
La eventual invasión se produciría desde diferentes flancos, incluido el este separatista de Ucrania y la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014.
Recientemente, Rusia y Bielorrusia acordaron prolongar en 25 años la presencia militar rusa en territorio de la antigua república soviética, a lo que hay que sumar el sistema conjunto de defensa antiáerea.
Lukashenko aseguró a principios de septiembre que Minsk recibiría en breve varias decenas de cazas rusos (Su-30CM), helicópteros, baterías antiaéreas y, posiblemente, sistemas S-400.
(Con información de AFP y EFE)
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