“No habrá conversaciones bilaterales entre la delegación de Irán y la de Estados Unidos en Viena”, afirmó en su rueda de prensa semanal el vocero del Ministerio de Exteriores iraní, Said Jatibzade. Al igual que en las seis ediciones celebradas hasta ahora -paralizadas durante cinco meses por las elecciones iraníes- las negociaciones para salvar el acuerdo nuclear se producirán de forma indirecta ante la negativa de Irán a sentarse en la misma mesa que los estadounidenses.
Así, las delegaciones de Rusia, China, Alemania, Francia y el Reino Unido, coordinadas por la Unión Europea (UE), se reunirán con la delegación de Irán en un lujoso hotel de Viena. Pero Estados Unidos seguirá la reunión a través de intermediarios desde otro punto de la ciudad.
En esta nueva reunión se desarrolla en un ambiente de desconfianza entre todas las partes y con los iraníes más cerca de la capacidad de fabricar una bomba. El Gobierno del nuevo presidente iraní, Ebrahim Raisí, demanda que Estados Unidos elimine las sanciones económicas contra el país y ofrezca garantías de que no abandonará un nuevo acuerdo nuclear como sucedió en 2018 con la administración del expresidente Donald Trump.
Washington abandonó entonces de forma unilateral el pacto firmado entre Irán y Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania, y el propio Estados Unidos, y re impuso sanciones contra Teherán. Tras un año de “paciencia estratégica”, Irán respondió con la producción de más uranio y de más pureza de lo permitido en 2019, y este año alcanzó un nivel del 60 %, más cerca del límite necesario para una bomba atómica (90 %).
Tras la llegada al poder del actual presidente estadounidense, Joe Biden, comenzaron nuevas negociaciones entre Irán y las seis grandes potencias (Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania, y Estados Unidos de formar indirecta), pero esos contactos se paralizaron tras seis reuniones en junio antes de las elecciones generales iraníes. Al mismo tiempo, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) advierte desde hace meses de que sus inspectores no tienen el acceso necesario en Irán para garantizar la verificación de las actividades nucleares.
Con información de EFE
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