Las mascarillas volverán a ser obligatorias en comercios y el transporte público en Inglaterra y se exigirá un test PCR a todos los viajeros a su regreso del extranjero, como parte de las medidas contra la variante ómicron del coronavirus, indicó este domingo el Gobierno británico.
Las naciones de Escocia y Gales e Irlanda del Norte ya aplican la normativa sobre la mascarilla, mientras que Inglaterra -el territorio más poblado, con 56 de 77 millones de habitantes que tiene el Reino Unido- había eliminado todas las restricciones sociales el pasado julio.
En declaraciones al canal Sky, el ministro de Sanidad, Sajid Javid, indicó que “está previsto que las normas para la cobertura facial entren en vigor el martes”, de forma “temporal y provisional”, al menos hasta que la estrategia se revise dentro de tres semanas.
Volver a utilizar las mascarillas “de una forma proporcionada, ya sea en los transportes públicos o los comercios, constituye un nivel correcto de respuesta”, añadió. Además, dijo que espera que “la gente asuma con seriedad” esta nueva medida tomada por el gobierno, tras el polémico abandono en julio pasado del uso de mascarillas en Inglaterra.
También señaló que se aplicaría “lo antes posible”, tras consensuarlo con los Gobiernos autonómicos, el requisito anunciado el sábado por el primer ministro, Boris Johnson, de que los viajeros vacunados se hagan un test PCR, y no uno de antígenos, a su regreso al Reino Unido, y se aíslen hasta obtener un resultado negativo.
Aunque Javid no precisó cuándo entraría en vigor esta medida, la página web del Ejecutivo dice que “a partir de las 4.00 GMT del (martes) 30 de noviembre” solo se aceptarán pruebas PCR y no de antígenos, que hasta ahora se permitían a las personas con la pauta completa de vacunación.
Según adelantó Johnson, los viajeros inmunizados tendrán que hacerse un test PCR antes del fin del segundo día de su llegada, y confinarse hasta confirmar que no tienen el virus. Las exigencias no cambian para los no vacunados y todos los positivos deben hacer una cuarentena de diez días.
Los nacionales o residentes británicos que a partir de este domingo lleguen de uno de los diez países africanos considerados de riesgo -cuyos ciudadanos no pueden viajar a este país-, deben confinarse en un hotel designado, pagando los costes de la estadía.
Javid sostuvo que, gracias al alto nivel de inmunización entre la población, la situación “no está ni de lejos” tan mal como para pedir trabajar desde casa o reintroducir la obligación de mantener la distancia personal o reducir el contacto social.
Johnson subrayó ayer la importancia de “ganar tiempo”, minimizando los contagios, hasta que los expertos determinen el efecto de la nueva variante, que, dijo, “parece transmitirse muy rápidamente” y “entre personas con la pauta completa de vacunación”.
Otra medida que adelantó es que los familiares y allegados de aquellos que den positivo con la variante ómicron tengan que hacer cuarentena estén o no vacunados, de lo que ahora se está exento a no ser que se presenten síntomas.
Se prevé que todas estas medidas se expongan el lunes ante el Parlamento, que sin embargo las acabará votando, por cuestión de tiempo, después de que en principio entren en vigor el martes.
Las autoridades sanitarias han detectado en dos localidades inglesas sendos contagios con la variante ómicron, conectados entre ellos y con Sudáfrica -donde inicialmente se detectó este tipo-.
Un total de diez países africanos se incluyen desde este domingo en la lista roja británica de destinos de máximo riesgo, de los que no se puede viajar al Reino Unido, salvo nacionales o residentes británicos.
El viernes, el Gobierno puso en el listado a Sudáfrica, Namibia, Zimbabue, Botsuana, Lesoto y Esuatini, a lo que ahora se suman Angola, Mozambique, Malaui y Zambia.
(Con información de EFE)
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