Competición de test antidroga en la campaña presidencial filipina, luego de que Duterte insinuara que uno de los candidatos consume estupefacientes

El mandatario, de 76 años, ganó las elecciones presidenciales de 2016 con la promesa de que erradicaría el acuciante problema de la drogadicción y puso en marcha una sangrienta campaña que costó la vida a miles de consumidores y pequeños traficantes y que está siendo investigada por la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad

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El presidente de Filipinas, Rodrigo
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, insinuó que uno de los candidatos a presidente se droga

Los aspirantes a la presidencia de Filipinas en las elecciones del próximo mayo compiten en los últimos días por mostrar pruebas negativas de detección de drogas después de que el presidente del país, Rodrigo Duterte, afirmara que uno de los candidatos esnifa cocaína.

”Tenemos un candidato que consume cocaína”, dijo hace una semana Duterte durante un discurso, sin revelar el nombre y demostrando una vez más su habilidad para marcar la agenda mediática al colocar la relación de los candidatos con los estupefacientes en el centro del debate.

El todavía presidente (se presenta a senador en las próximas elecciones de mayo) dio las suficientes pistas para que casi todos los observadores vieran en su acusación una referencia poco velada a Ferdinand “Bongbong” Marcos, hijo del dictador que gobernó Filipinas entre 1965 y 1986 y gran favorito en los comicios presidenciales.

”¿Por qué los filipinos se han vuelto locos apoyándolo? ¿Qué ha hecho esta persona por Filipinas? Lo que hace es consumir drogas, consumir cocaína. Vosotros veréis si es lo que queréis. Solo recordad, cuando llegue el momento, que es un líder débil, excepto por el nombre. Su padre, sí, pero ¿Qué ha hecho él?”, se preguntó el mandatario.

REUTERS/Eloisa Lopez/Foto de archivo
REUTERS/Eloisa Lopez/Foto de archivo

La referencia al padre nunca puede ser un indicio definitivo en un país dominado por las dinastías políticas, pero Duterte también afirmó que el misterioso candidato cocainómano es un “líder débil”, la misma descripción que había usado días atrás para referirse a “Bongbong” Marcos.

Marcos, que afirmó no sentirse aludido, se sometió el miércoles a una prueba de detección de cocaína para acallar las sospechas y manifestó que está “en contra de las drogas ilegales”.

DESFILE DE CANDIDATOS

Antes de que Marcos publicara sus resultados, se presentaron en la Agencia Filipina Antidroga el candidato Panfilo Lacson y su aspirante a vicepresidente Vicente Sotto, que dieron negativo por cualquier sustancia ilegal.

El último en probar su limpieza de sangre hasta el momento ha sido Francisco Domagoso (alias Isko Moreno), el alcalde de Manila, que se sometió a las pruebas este jueves junto a su compañero de candidatura Willie Ong.

Papeleta electoral en unos comicios
Papeleta electoral en unos comicios en Filipinas. EFE/EPA/ROLEX DELA PENA

Manny Pacquiao, la leyenda del boxeo que también aspira a la presidencia, no se hizo esta vez ningún test, pero sí entró en el juego planteado por Duterte al enviar a los medios unos análisis de septiembre que certificaban que su cuerpo no contenía entonces trazas de sustancias ilegales.

La única candidata en quedarse al margen hasta ahora ha sido la vicepresidenta del país y antigua activista pro derechos humanos Lenny Robredo, quien se ha mostrado dispuesta a hacerse la prueba “en cualquier momento” y ha recalcado que para tener credibilidad los test deberían hacerse de manera aleatoria, sin que el candidato lo sepa de antemano.

DUTERTE Y LOS MARCOS

La acusación poco velada de Duterte a Marcos es una muestra de la enemistad que demuestra el presidente en los últimos meses hacia un clan del que ha sido un aliado fiel, con el añadido de que su hija, Sara Carpio-Duterte, aspira a la vicepresidencia de la mano de “Bongbong”.

Algunos analistas ven en este cambio de criterio un supuesto enfado por que su hija, alcaldesa de Davao, haya decidido formar tándem electoral con “Bongbong”, en lugar de optar por la presidencia como a él le hubiera gustado.

EFE/EPA/ROLEX DELA PENA/Archivo
EFE/EPA/ROLEX DELA PENA/Archivo

El mandatario, de 76 años, ganó las elecciones presidenciales de 2016 con la promesa de que erradicaría el acuciante problema de la drogadicción y puso en marcha una sangrienta campaña que costó la vida a miles de consumidores y pequeños traficantes y que está siendo investigada por la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad.

(con información de EFE)

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